CONSUMO DE ACEITE DE OLIVA EN ADULTOS OBESOS REDUCE RIESGO DE INFARTOS
ESTUDIO. Investigadores de la Universidad de Nueva York establecieron beneficio a nivel de plaquetas de este alimento. FLORA NATIVA. Investigadora de la Universidad de La Serena menciona que de esta forma se implementarían medidas para promover su recuperación.
En un grupo de adultos sanos pero obesos, tomar aceite de oliva al menos una vez a la semana se asoció con una menor actividad de las plaquetas en la sangre, lo que puede reducir la tendencia de la sangre a coagularse y bloquear el flujo sanguíneo, según una investigación preliminar presentada en las Sesiones Científicas de 2019 sobre el estilo de vida y la salud cardiometabólica de la Asociación Americana de Epidemiología del Corazón y Prevención.
Las plaquetas son fragmentos de células sanguíneas que se unen y forman grupos y coágulos cuando se activan.
Contribuyen a la acumulación de placa que obstruye las arterias, conocida como arteroesclerosis, la enfermedad que subyace en la mayoría de los ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, según el autor principal del estudio, Sean P. Heffron, profesor asistente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, y el Centro para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares de la Universidad de Nueva York.
Usando encuestas de frecuencia alimentaria, los investigadores determinaron con qué frecuencia los participantes obesos, no fumadores y no diabéticos del estudio tomaban aceite de oliva.
La edad promedio de los participantes fue de 32,2 años y su índice de masa corporal promedio (IMC) fue de 44,1. La obesidad se define como un índice de masa corporal (una medida del peso corporal) superior a 30.
Activación de plaquetas
Los científicos descubrieron que los que tomaban aceite de oliva al menos una vez a la semana presentaban menor activación plaquetaria que los participantes que lo consumían con menos frecuencia y que los niveles más bajos de agregación plaquetaria se observaban entre los que consumían aceite de oliva con mayor frecuencia.
"Las personas obesas tienen mayor riesgo de sufrir un ataque cardiaco, un derrame cerebral u otro evento cardiovascular, incluso si no tienen diabetes u otras afecciones asociadas con la obesidad. Nuestro estudio sugiere que la elección de comer aceite de oliva puede tener el potencial de ayudar a modificar ese riesgo, reduciendo potencialmente la amenaza de una persona obesa de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral", afirma Heffron.
"Por lo que sabemos, este es el primer estudio que evalúa los efectos de la composición dietética, específicamente del aceite de oliva, sobre la función plaquetaria en pacientes obesos", señala la coautora Ruina Zhang, estudiante de Medicina de la Universidad de Nueva York.
Bemoles del estudio
Algunas limitaciones del estudio son que se basó en cuestionarios completados por los participantes; medía la frecuencia con la que comían aceite de oliva, pero no la cantidad de aceite de oliva que tomaban; y como fue observacional, el análisis no pudo probar que el consumo de aceite de oliva reduzca la activación de las plaquetas en los adultos obesos.
Buscan que se declare al lúcumo y lucumillo en peligro de extinción
En jaque se encuentra la supervivencia de arbustos endémicos del norte de Chile, como el lúcumo y el lucumillo, que se encuentran en peligro de extinción.
"Ambas plantas son de origen tropical y anacrónicas, es decir, probablemente eran diseminadas por la megafauna que se extinguió a finales del Pleistoceno. Quedaron sus frutos grandes, pero perdieron a sus dispersores originales. Pese a ello, los estudios que hemos hecho muestran que los roedores nativos son importantes al convertirse en una clase de dispersores substitutos", precisó Andrea Loayza, científica del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académica de la Universidad de La Serena.
Por un lado, el lúcumo se distribuye entre las regiones de Coquimbo y Valparaíso, puede alcanzar los 5 metros de alto y se caracteriza por sus ramas tupidas, hojas ovaladas, flores blanquecinas y frutos rojizos de hasta 3 cm de diámetro.
Mientras tanto, el lucumillo puede llegar a los 1,5 metros con su copa redondeada, ataviada de hojas aromáticas, flores blancas, y bayas rojas de hasta 2 cm de diámetro. No obstante, se emplaza exclusivamente en la Región de Coquimbo y en tan sólo 83 km de la costa rocosa de Elqui.
Las poblaciones de ambas especies no sólo ocupan zonas extremadamente limitadas y aisladas, sino que han sido diezmadas por la destrucción de su hábitat, el desarrollo urbano e industrial, la expansión turística, los basurales, la extracción de su hojarasca para tierra de hoja y los incendios.
A esto se suman otras particularidades de estos arbustos, como sus simientes que mueren cuando se secan, por lo que no es posible conservarlas en bancos de semillas.
"La única chance de estas plantas es que cuando caiga el fruto, éste y su semilla sean llevados a lugares protegidos y con más humedad, donde no estén expuestas al sol", agregó.
Roedores son claves
Es ahí cuando irrumpen en escena los mamíferos nativos. Estos arbustos conviven con pequeños roedores como el degu, el ratón oliváceo, el ratón orejudo de Darwin y otras especies como el zorro chilla y el chingue.
En el caso de las aves, estas sólo picotean los frutos sin retirarlos. En cambio, los roedores trasladan el fruto aunque sea pesado para ellos.
"Ellos sólo comen la pulpa, porque les da azúcar y agua, y guardan la semilla para después. Si ya no hay comida, recuperan la semilla que tenían enterrada y la consumen, pero a veces sucede que olvidan dónde la guardaron, y es ahí cuando germinan."
Actualmente, los científicos buscan que se catalogue a ambas especies "en peligro crítico de extinción" para poder implementar más medidas que promuevan su recuperación. "Queremos evitar que se extingan, por ello necesitamos conservar estos microendemismos que sólo están en un pedacito de la Cuarta y Quinta Eegión", dijo Andrea Loayza.
"Las personas obesas tienen mayor riesgo de sufrir un ataque cardiaco, un derrame cerebral u otro evento cardiovascular, incluso si no tienen diabetes u otras afecciones asociadas con la obesidad"
Sean Heffron, Profesor U. de Nueva York"
años fue la edad promedio de los participantes en el estudio de la Universidad de Nueva York. 32,2
fue el índice de masa corporal medio de los sujetos de estudio. La obesidad se considera desde 30. 44,1
En sólo 83 km de costa, en la Cuarta Región, se puede encontrar al lucumillo, hoy en peligro de extinción. 83
ALIMENTACIÓN