Valparaíso después de la pizarra en blanco
El 6 de noviembre del 2016, en este mismo diario, Metropolítica escribió la columna "Jorge Sharp, Valparaíso y el aterrizaje del programa". En ella, fueron analizados los ejes de su programación urbana y advertimos que todos ellos tenían la complejidad de que el municipio no lograría ejercer la concritud de éstos si no tenía una capacidad de diálogo y negociación interinstitucional, ante instancias gubernamentales, haciendo del encuentro entre la polis y la política, lo que la nueva administración tenía como desafío.
Y como decíamos en ese entonces, los atrincheramientos políticos y la miopía de resistirse a la voluntad de integrar una visión común eran un riesgo inminente para planificar el territorio, condición que era y sigue siendo importante de superar.
En la actualidad, han pasado hitos de altísima relevancia que debemos analizar y poner en balance, que en materia de planificación urbana y de inversión en la ciudad, serán claves: el primer hito son las claridades que hoy se tienen sobre el borde costero, siendo una de las razones que se puede atribuir a la victoria del alcalde Sharp. Su posición frente a que tanto el Proyecto Mall Barón como la ampliación del T2 eran proyectos deficientes para la ciudad, con apoyo de muchos sectores y organizaciones ciudadanas, logró instalar y mantener esta convicción.
Hoy si bien el proyecto Mall Barón no prosperó por asuntos de carácter legal que superan las atribuciones del municipio, Sharp logró generar una reacción temprana, asertiva y pionera de generar diálogos con el gobierno de Sebastián Piñera a través del Minvu, en sintonía con la Intendencia y la EPV, y se configuró de forma inédita un "Concurso de Ideas", el cual fue participativo y donde 11 mil ciudadanos escogieron la mejor idea para que se desarrolle dentro del actual Gobierno el "Paseo del Mar", un proyecto de alto acuerdo que permitirá que el borde costero sea un espacio público abierto, lo que quería con fuerza por más de una década de extravíos, muchos porteños y porteñas.
La compleja situación de la caída de la inversión que implicaba el proyecto de la ampliación portuaria del T2, lo cual sin duda es un fracaso para la ciudad, es por otro lado, una convicción compartida por muchos y liderada en el tramo final por el actual alcalde, que en Valparaíso no caben proyectos que desconocen su valioso entorno. En consecuencia, se puede discutir quiénes son los responsables de esto. Pero sí podemos consensuar que hasta hoy existía ambigüedad del futuro de lo que pasaría con este proyecto, y hoy hay certeza que debe existir una solución pronta, concreta y donde ya no será sólo la EPV quien vuelva a tener la única responsabilidad, sino que hay muchas más miradas constructivas para poder integrar un mejor proyecto portuario para la industria y para una ciudad económicamente diversificada. Una aspiración colectiva creciente de hace tantos años.
Hay muchas materias que inciden en nuestro diario vivir, que están en nuestro balance en rojo, en donde el municipio deberá poner esfuerzos importantes para ser un facilitador de procesos que en la ciudad están estancados, como la inversión privada y pública; como seguir profundizando la limpieza hasta que sea cultura; como mecanismos sociales para resolver la seguridad, el comercio ambulante, la rehabilitación de barrios patrimoniales, y una lista de grandes etc. Porque Valparaíso es pobreza desde siempre y revertirlo no es tarea de dos años, y la obviedad que es un compromiso de una agenda más amplia que la comunal.
Pero como ya hemos visto tristemente por años, no habrá inversión mientras se mantenga la incertidumbre, y hoy tenemos más certezas donde poner velocidad en concretar y en buscar modelos más innovativos para que la agenda social vaya acorde con el crecimiento productivo. Y debemos -por sobre todas las cosas- ser ciudadanos críticos pero responsables, aunar visiones y no quedarse en los intereses mezquinos propios de la vieja política.
Para ser precisos, los hechos citados no pertenecen a la agenda política del Frente Amplio, son temas ciudadanos que han estado discutiéndose por años, antes de que este partido siquiera pensara en nacer, por tanto, no podemos obviar el hecho de que los liderazgos ciudadanos, independientes de su sector, se evalúen con responsabilidad. Esto en el entendido de que, aunque tengamos diversas posibilidades de consenso, muchas veces las carreras políticas o la incontinencia por aparecer, y adjudicarse un gol, puedan ser parte de una dinámica lamentablemente por algunos que están dispuestos a enlodar procesos bien encaminados para visibilizarse. Pero no podemos ser miopes y mezquinos y no entender lo que significa que nuestra región no haya crecido, y que nuestra ciudad esté con problemas sociales tan complejos. Esas malas prácticas de algunos políticos son lo que ya no queremos como liderazgos para nuestra ciudad.
Frente a esas malas prácticas de algunos, no hay explicaciones que dar desde Metropolítica, somos un grupo de profesionales, ciudadanos, que nos gusta contribuir a estos debates, que no siempre estamos de acuerdo, y que desde siempre hemos promovido voluntariamente estos temas, como también hemos estado disponibles cuando se nos convoca abiertamente a aportar, ya sea desde el gobierno, desde los municipios, la Academia, desde las fundaciones, y desde dónde exista un genuino interés por mejorar las cosas, independiente de colores políticos, somos independientes y ejercemos nuestro derecho a participar en los que nos convoca, que es a mejorar nuestras ciudades.
La certeza que existe hoy en el territorio es una oportunidad, y la administración de la Alcaldía Ciudadana debe saber estar a la altura, profesionalizar sus métodos, resolver las inversiones privadas que están estancadas, acelerar sus instrumentos de planificación, pero que, sin un ritmo y visión, son solo instrumentos. La épica y velocidad con las cuales se convoque a todos los sectores, será lo que marque un segundo tiempo de mayores éxitos.
El resto es ruido.
*Integrante Corporación Metropolítica
Macarena Carroza *