El intendente y las universidades
El mensaje de Jorge Martínez puede no haber caído bien en los centros de educación superior. Sin embargo, más que una crítica, es un grito de auxilio. No es justo, claro está, decir que son las universidades las responsables, menos aún con los recortes estatales de fondos en Ciencia y Tecnología y la extensión del finaciamiento de la gratuidad. La comunidad ha sido testigo de los esfuerzos que las universidades han realizado en favor del bien común y del progreso tanto material como cultural de nuestra región. Solicitamos al Poder Legislativo que apruebe el CPTPP, por el bien de nuestro desarrollo, diversificando mercados y promoviendo el comercio.
Las declaraciones del intendente Jorge Martínez, el último martes durante el inicio del año académico del Inacap de Valparaíso, deben ser -por lejos- el mayor y más contundente mensaje político emitido por el jefe del Gobierno Regional en su primer año de gestión, al conminar a las instituciones de educación superior a integrarse decididamente en una indispensable triple alianza que, al menos en las lógicas de los últimos decenios, parecía restringida al siempre zigzagueante pacto público-privado.
La molestia de las universidades es entendible e, incluso, hasta puede ser justificable, por cuanto motejar de "al debe" el aporte que éstas hacen a la Región de Valparaíso y al país, no supone una señal muy amistosa a la hora de invitarlas a colaborar
-cosa que, sin duda, ya hacen- a la recuperación regional y la solución de problemas que ralentizan su desarrollo.
Dicho eso, y sin ánimo de entrar en polémicas, debe entenderse el juicio de Martínez no como una crítica, sino como un pedido de auxilio e integración para sacar adelante la titánica tarea que, como nunca, desborda las capacidades del Estado y la empresa privada en los tiempos que corren.
El actual intendente, formado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, por años profesor de Derecho Romano en varias universidades locales, exdirector de la sede Valparaíso del DUOC y exvicerrector de la Universidad Nacional Andrés Bello de Viña del Mar, arriesgó más de lo que se cree con su comentada charla en el Inacap, forzando al mismo tiempo una inédita y valiente autocrítica visión del rol que él mismo jugó en el pasado.
El concienzudo trabajo de la identificación de brechas regionales (Seguridad pública; Salud; Situación hídrica; Educación, ciencia y tecnología; Desarrollo sustentable y medioambiente; Región bioceánica, logística y portuaria; Crecimiento económico y empleo; Transporte y conectividad; Infancia y adultos mayores; Turismo; Regionalización; y Sectores vulnerables) debe ser necesariamente abordado por los tres entes antes mencionados mediante el potenciamiento de la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica local.
No es justo, claro está, decir que son las universidades las primeras responsables de ello, menos aún con los sucesivos recortes estatales de fondos en Ciencia y Tecnología y las discrepancias por la extensión del financiamiento de la gratuidad. Empero, el Consejo de Rectores de Valparaíso y sus asociados tienen hoy la gran oportunidad de retomar el protagonismo y liderazgo regional que jamás debiesen haber perdido.
Quizás erróneo en su forma, el mensaje de Martínez debe volver a ser leído en su fondo: ni el Estado ni los privados, haciendo sus mayores esfuerzos, son capaces por sí mismos de reducir las brechas que hoy postergan (y amenazan con relegar aún más) a la Región de Valparaíso.
Talento, capacidad y sudor existe de sobra. Quizás sea la hora de ponernos todos de acuerdo en el cómo y el cuándo.
Defender la universidad
CPTPP y fortalecimiento al comercio internacional
Chile ha tenido un liderazgo importante a nivel global en su estrategia de apertura comercial y, con ello, ha logrado un avance en su camino al desarrollo que no se hubiese logrado sin haber sido pioneros y líderes en la firma de 26 acuerdos comerciales con 64 economías. Es evidente que una economía con un mercado pequeño -como el chileno- debe orientarse principalmente al comercio internacional, mediante una cartera de productos y servicios que combinen nuestras tradicionales ventajas comparativas en "commodities" con productos y servicios de valor agregado que deben ser los que predominen en el mediano plazo.
Para lograr lo anterior debemos seguir profundizando nuestras relaciones comerciales globales y propender a lograr reglas del juego que beneficien o no entorpezcan el comercio internacional justo.
Como Cámara Regional de Comercio de Valparaíso, cuyos orígenes en 1858 se deben a los esfuerzos de los empresarios y comerciantes de la época para favorecer el comercio exterior, hemos respaldado los esfuerzos realizados por los distintos gobiernos para fortalecer nuestra relación comercial con la mayor cantidad de economías y con reglas de comercio justo y sostenible. Por ello, respaldamos el TPP y hoy, que este tratado se ha perfeccionado luego de la deserción de algunos de sus miembros y ha reunido a un importante grupo de países en el denominado CPTPP, solicitamos a nuestras autoridades legislativas que lo ratifiquen o aprueben.
Recordemos que ya ha sido ratificado por países como Japón, México, Singapur, Nueva Zelanda, Canadá, Australia y Vietnam. Todos ellos ya están haciendo uso de las preferencias arancelarias cruzadas que los países se han otorgado para facilitar el ingreso a sus mercados. Solo en los primeros dos meses de entrada en vigor del tratado, las exportaciones neozelandeses a Japón alcanzaron envíos record - en el caso de la mantequilla, las exportaciones crecieron un 52% comparado a enero-febrero de 2018-.
A nivel regional, siendo Valparaíso la puerta de entrada y salida de las importaciones y exportaciones chilenas, debemos fomentar nuestra vocación de una economía regional internacional, favoreciendo nuestras ventajas comparativas pero, especialmente, desarrollando nuestros sectores en forma competitiva.
La región de Valparaíso exportó 455 productos a los países que forman parte del CPTPP por US$ 592 millones, a través de 290 empresas, lo que representa el 9% de lo exportado desde la región al mundo y siendo el cobre el 50% del monto exportado. La otra mitad está compuesta por uva fresca, pasas, mezclas de vino tinto y tabaco, entre otros. Con el CPTPP se obtendrán para estos y otros productos mejoras arancelarias que las que se tienen en los TLCs bilaterales. Así, como otros productos que están excluidos de los TLCs tendrán ventajas arancelarias, haciéndolos más competitivos.
Solicitamos a los miembros del Poder Legislativo que cumplan con aprobar el CPTPP, por el bien de nuestro desarrollo comercial, diversificando mercados y promoviendo el comercio, de forma de mejorar nuestro crecimiento en beneficio del desarrollo para todos los chilenos.
El intendente Jorge Martínez ha planteado recientemente que las universidades de la región estarían "al debe" en su aporte a la solución de algunos temas de interés público, muy especialmente en materia de innovación y transferencia tecnológica al sector privado donde, a su juicio, los resultados serían "bajos en relación con el esfuerzo". Dicha afirmación motivó el titular "Gobierno insta a universidades a mayor compromiso regional" de la edición del 10 de abril de este diario.
Quienes trabajamos en el ámbito de la educación superior sabemos que dicho juicio no resiste análisis. Los países que ostentan logros relevantes en esta materia no lo hacen al amparo de la voluntad de cada institución sino a partir de la implementación de políticas públicas robustas y de largo plazo que destinan recursos suficientes tanto a la formación de científicos como al financiamiento de líneas de investigación en ciencia básica y aplicada. Según datos del Banco Mundial mientras en 2017 Israel destinaba un 4,25% de su PIB a gasto en investigación y desarrollo y Japón un 3,5%, Chile invertía apenas un 0,37%, ubicándose en el último lugar entre los países de la OCDE. Lejos de mejorar, se espera que para este año la situación se deteriore aún más puesto que para 2019 el presupuesto en ciencia y tecnología tuvo una reducción. Puede que los resultados en el ámbito de la innovación y transferencia tecnológica en Chile no estén a la altura de los que obtienen los países desarrollados, pero sin duda están muy por sobre el esfuerzo que la política pública hace en esta materia.
Sin embargo, lo más preocupante de estas declaraciones es que instalan una sombra de duda, más general, acerca del compromiso que las universidades tienen con el desarrollo de la región. Se trata de un cuestionamiento injusto. La comunidad ha sido testigo de los esfuerzos que, particularmente las universidades del Consejo de Rectores de Valparaíso, han realizado históricamente en favor del bien común y del progreso tanto material como cultural de nuestra región.
Como académico de la Universidad de Valparaíso no puedo dejar de pensar en ejemplos como el de nuestras clínicas Odontopediátrica y Odontológica, que suplen las importantes carencias del sistema público en materia de salud dental, entregando atención del más alto estándar. O en la Clínica de Reproducción Humana, que puso al alcance de los pacientes de Fonasa programas de fertilización asistida que antes estaban disponibles sólo en el sistema privado. O en el proyecto Gerópolis, que busca mejorar la calidad de vida de los adultos mayores de la región. O en el proyecto Ciencia Al Tiro que trabaja con niños y niñas de colegios vulnerables. O en el telescopio público que nuestra Universidad instaló en la comuna de Calle Larga al alero de nuestro Instituto de Física y Astronomía.
Podría enumerar cientos de ejemplos equivalentes. Sería bueno que nuestras autoridades también los conocieran y comprendieran que promover el desarrollo de la región también pasa por cuidar de las instituciones que lo sostienen y que, entre ellas, las universidades están en primera línea.
Pier-Paolo Zaccarelli
Presidente CRCP
Osvaldo Corrales Jorquera
Académico Universidad de Valparaíso