Ajedrez político por los ascensores
No existe hoy una discusión más ideológica y política que la que fue puesta sobre la mesa esta semana por el intendente Jorge Martínez respecto del futuro de los nueve ascensores (los recientemente licitados Artillería, Florida y Mariposas; Espíritu Santo, Cordillera y Concepción, en marcha blanca; Monjas y Villaseca, en obras; y Larraín, en estudio) comprados y recuperados en 2012 por el Estado y el Gobierno Regional para los habitantes de Valparaíso. En su impecable lógica, Martínez no admite cuestionamiento alguno: en los ascensores se ha gastado mucho dinero ($24 mil millones, para ser más precisos) y el mantenimiento de los mismos (unos $100 millones por cada uno de ellos al año) debe ser realizado para cautelar no sólo la inversión, sino que también los restantes índices golpeados por la ausencia de los mismos (la economía y el turismo de los cerros, la seguridad, el patrimonio y otros intangibles). Para ello, dictaminó que la marcha blanca de los ascensores ha sido un "fracaso" y estudia como alternativa junto al Consejo Regional, el traspaso de la administración de los elevadores -hoy en manos de la Municipalidad de Valparaíso por un comodato de cinco años renovado en 2017- a la naciente Corporación de Turismo, que precisamente esta semana dio a conocer a su flamante gerente general, el exencargado de la Asociación de Viñas de Casablanca, Francisco Godoy.
En la contraparte, el alcalde Jorge Sharp acusa que el fracaso de la marcha blanca anunciado por Martínez, un mes después de inaugurar el Concepción, en realidad es una trampa y atenta contra los más vulnerables. Es más, el propio "Modelo de Gestión de Transición del Sistema de Ascensores de Valparaíso" del Ministerio de Obras Públicas asegura "que el autofinanciamiento de las actividades del sistema, en sus primeros años, no será posible debido a que se requerirá un mínimo de 3 años para tener en funcionamiento todos los ascensores".
Por lo mismo, el alcalde pidió la declaratoria los ascensores dentro de la Red de Transporte Público para así acceder a subsidios, lo que finalmente no fue aceptado por el Ministerio de Transportes, cartera que retiró el decreto con el reglamento de Contraloría sin mayores explicaciones. En paralelo, Sharp anunció la gratuidad -que ya existía para los escolares- ahora para los adultos mayores, con una estimación de casi 55 mil beneficiados a contar del próximo mes de mayo. Menuda apuesta.
En ese mundo paralelo, en el cual el Transantiago es prioridad y las estaciones de Metro en la Región Metropolitana se multiplican a la orden del día, no parece un despropósito pedir que no autosaboteemos entre nosotros uno de los pocos y maravillosos elementos diferenciadores que tenemos como Región y que es la red de ascensores. La exigencia de un plan de gestión es obvia y necesaria, algo a lo cual, tal como a los proyectos, suelen esquivarle el bulto en la Casa Consistorial de calle Condell. Pero no queda nada de claro -como bien alega el consejero Manuel Millones- por qué los funiculares no están afectos a los fondos espejo del Transantiago. ¿Cuál es el sentido?