COP25 nos impone un estándar ético en descarbonización
Le hemos pedido al Presidente Sebastián Piñera el cierre inmediato de las cinco termoeléctricas más viejas y contaminantes del país.
La realización de la COP25 en Chile ha traído aparejado varios anuncios comunicacionales del gobierno respecto, como su financiamiento y el consejo asesor presidencial para su organización. Sin embargo, creo relevante evitar que se instale una sensación de complacencia con los avances ambientales de chile en la materia.
La ministra Carolina Schmidt ha indicado que no podemos esperar ser un país perfecto para ser sede de la COP25. Esos dichos generan una sensación de que todo va viento en popa, pero no hay que caer en un auto engaño: lo que en realidad sucede es que Chile está lejos de ser un país con mínimos "dignos" en cuando a su estándar ambiental.
Hay muchísima injusticia ambiental que es inaceptable en el país y de la cual debemos hacernos cargo, como es la existencia de zonas de sacrificio, en Quintero-Puchuncaví.
Se debe tener en cuenta además que al país le faltan muchas normas de calidad ambiental tanto en suelos, aire y agua. Por ello, le hemos pedido al Presidente Piñera el cierre inmediato de las cinco termoeléctricas más viejas y contaminantes del país. Pedimos, además, el retiro o reconversión de todas las demás termoeléctricas a carbón a más tardar al año 2030.
La electro-movilidad, de la cual el gobierno ha sacado provecho propagandístico, debe desarrollarse sólo con energías limpias y no con una matriz que depende en un 40% del carbón.
Por eso es clave que el gobierno no se quede en anuncios sobre la organización de la COP25, sino que también ejecute la labor que le corresponde: la determinación de nuestra meta climática, técnicamente llamada la "Contribución Nacional Determinada", o "NDC" del país. Esto consiste en las metas que tiene el país respecto de la reducción de gases de efecto invernadero, pero no se conocen los avances del gobierno en esta materia, a la fecha.
Fijar el NDC tendrá un efecto planetario y también local, porque podremos reducir las emisiones en zonas que sufren por la contaminación atmosférica -que es el principal problema ambiental del país- como la contaminación por el uso de la leña que afecta a tantas comunas a nivel país, en Talca o Coyhaique, o lo que ocurre con las zonas de sacrificio con las termoeléctricas, o la contaminación por el transporte en la Región Metropolitana.
El planeta entero esperará que Chile avance hacia un desarrollo sostenible y necesitamos también ver progreso del Gobierno en esta materia, no sólo a través de anuncios comunicacionales. No podemos fallar en este desafío que el mundo nos ha confiado.
Isabel Allende Bussi
Senadora