Desazón tras el veredicto que abre un incierto escenario sobre rango de penas
CASO NIBALDO. Si bien el Tribunal Oral de Viña del Mar condenó a Johanna y Francisco por parricidio y homicidio calificado, respectivamente, ambos podrían llegar a salir en libertad antes si es que se les otorga la pena más baja.
La gran cantidad de medios de comunicación que estaban apostados ayer en el Tribunal Oral en lo Penal de Viña del Mar tenían un solo objetivo: captar la impresión de los familiares al momento de que los jueces dictaran el veredicto condenatorio en contra de Johanna Hernández y Francisco Silva por el homicidio y posterior descuartizamiento del profesor Nibaldo Villegas, cuya muerte remeció al país en agosto del año pasado luego que su torso apareciera flotando en la bahía de Valparaíso.
"Se condena a Johanna como autora material del delito de parricidio de su cónyuge, perpetrado el día 11 de agosto de 2018 en Villa Alemana. Se condena a Francisco como autor material del delito de homicidio calificado", fueron las palabras finales del magistrado Claudio Espinoza, lo que puso término a casi tres semanas de juicio oral donde finalmente los imputados fueron declarados culpables del crimen.
Pero lejos de lo esperado, la reacción de los familiares que presenciaban la lectura fue nula, salvo una que otra persona que tibiamente esbozó una sonrisa ante lo que escuchaban. Y en las afueras del tribunal lo mismo: un sentimiento de desazón ante un veredicto que no logró apaciguar el dolor de los últimos nueve meses.
"No estamos para nada satisfechos y espero que la justicia note la disconformidad que tendremos si es que a esta persona (Francisco) le otorgan 20 años de pena, porque los dos tienen la misma culpa, los dos planearon lo mismo y los dos tenían las mismas intenciones con mi papá. Tenemos fe de que la justicia nos entienda y empatice con nosotros", dijo al término de la audiencia el hijo mayor de la víctima, Alejandro Villegas, marcando lo que sería el tenor principal de las declaraciones del resto de los familiares de Nibaldo.
Veredicto "abierto"
Al mediodía de ayer y durante quince minutos, el juez Espinoza resumió los principales hechos en los que por unanimidad coincidieron el resto de los magistrados, y que básicamente ratificaba la tesis del Ministerio Público, de que los dos imputados son autores materiales del homicidio y posterior descuartizamiento.
"Ambos acusados, previamente concertados y con pleno dominio de las acciones principales, realizaron actos ejecutivos propios que estaban destinados a un mismo propósito delictivo: la muerte de Nibaldo", señaló el magistrado.
Sin embargo, a medida que la lectura avanzaba hacia su final, comenzaron a aparecer una serie de elementos que -a la luz de las pruebas y testimonios entregados en el juicio- no estaban entre las posibilidades que manejaba la familia, la Fiscalía y los querellantes.
Si bien el tribunal coincidió con el Ministerio Público y condenó a Johanna y Francisco por parricidio y homicidio calificado, respectivamente, aún existe la posibilidad de que ambos no cumplan una cadena perpetua -como fue ampliamente solicitado-, lo que se conocerá definitivamente el próximo jueves 16 de mayo, a las 13 horas, con la lectura de la sentencia.
Posibles condenas
En concreto, el rango de pena para la exesposa de Nibaldo, por el delito de parricidio, va desde el presidio mayor en su grado máximo -equivalente a 15 años y un día de prisión- hasta el presidio perpetuo calificado. De ser condenada a esta última pena, Johanna deberá pasar el resto de sus días en prisión y sólo recién a los 40 años podría aspirar a algún tipo beneficio carcelario, como una libertad condicional.
No obstante, el tribunal aún dejó abierta la puerta para que la mujer sea sentenciada al rango mínimo de pena por parricidio (quince años), cuyo escenario sería aún más negativo para la familia considerando que cumplida tres cuartas partes de la pena ya podría salir en libertad.
De acuerdo a lo expuesto ayer en la audiencia, lo anterior sería completamente factible tomando en cuenta que el tribunal le consideró a Hernández una atenuante -irreprochable conducta anterior-, pero también una sola agravante (alevosía), por lo que ambas circunstancias modificatorias se compensarían y la pena podría varias desde el mínimo hasta el máximo.
Ello, sin contar que los jueces aún no resuelven si van a considerar las declaraciones de los imputados como una colaboración sustancial en la investigación y el proceso. Porque de ser así, Johanna pasaría a tener dos atenuantes y una sola agravante, lo que -según fuentes de la Fiscalía- haría que el tribunal la condene automáticamente al rango mínimo de la pena por parricidio.
Descartan planificación
Distintas alternativas de las cuales Francisco Silva tampoco está exento. En su caso, la alevosía por la que también lo condenaron permitió considerar el homicidio como calificado, de modo que dicha circunstancia no podrá ser estimada como una agravante.
Al igual que el parricidio, el delito al cual fue sentenciada la expareja de Johanna parte en el presidio mayor en su grado máximo hasta el presidio perpetuo simple. La única diferencia es que, en caso de ser condenado a esta última pena, él podrá optar a un beneficio a los veinte años. Sin embargo, de recibir una sentencia por el mínimo, de igual forma podría salir en libertad al cumplir tres cuartas partes de la pena.
En cuanto a las accesorias, si bien Silva no tiene irreprochable conducta anterior por un delito de hurto en el pasado -y tampoco agravantes-, el tribunal sí podría otorgarle una colaboración sustancial, lo que lo dejaría con una atenuante a favor y la posibilidad de ser condenado al mínimo de la pena por homicidio calificado.
Un escenario diverso que, en parte, se fue configurando luego que los jueces descartaran la premeditación que solicitó la Fiscalía al considerar que el homicidio había sido planificado con anterioridad.
"Es cierto que en el juicio se vertieron antecedentes que daban cuenta del interés que desde hacía algunos meses despertaba en los acusados la propiedad raíz de Nibaldo, empero, eso obedece a las motivaciones del crimen, distinción que redunda en la conclusión informada", indica el veredicto condenatorio.
Colaboración
Como sólo se otorgó la alevosía y no la premeditación, es justamente el debate respecto a la colaboración sustancial el que marcará el devenir de la sentencia, donde a juicio del fiscal del caso, José Miguel Subiabre, no existe ningún antecedente para acoger dicha atenuante.
"Ellos han mentido y entorpecido la investigación desde el primer día, cuando se estaba buscando al profesor y ante las policías. No puede ser colaboración que una vez detenido hayan mentido y volvieran a hacerlo ante el tribunal", indicó el persecutor, quien también apeló al carácter público que ha tenido el caso y la condena que esperaría el país.
"Respetuosamente, entendemos que el tribunal tiene que hacerse cargo de que las penas a otorgar también tienen que tener una prevención general dirigida hacia la sociedad, en cuanto a que estos hechos no pueden volver a ocurrir", dijo Subiabre, quien durante la audiencia solicitó el máximo de las penas para Johanna y Francisco.
Misma petición que realizó el abogado querellante de la familia, Patricio Olivares, al asegurar que "ellos no aportaron ningún antecedente que haya sido relevante para las diligencias de investigación", agregando que "la falta de colaboración sustancial sólo tenía como objetivo retardar el acción de la justicia".
Como era esperable, ambas posturas chocaron con la de los abogados privados de ambos condenados. Porque mientras el defensor de la mujer, Leandro Díaz, aseguró que las declaraciones de ella "se ven corroboradas" por lo que expusieron los peritos policiales, el abogado de Silva, Carlos Oliva, indicó que las pruebas encontradas en Laguna Verde "fue gracias al plano y las referencias que dio mi representado", y que además Francisco entregó su celular de manera voluntaria cuando aún era testigo y no imputado.
Por lo anterior, Oliva solicitó al tribunal otorgarle una condena a Silva por 16 años, asegurando que la cumpliría de manera "efectiva".
Desazón familiar
Una de las razones que explicaría la desazón de los familiares apunta a las expectativas que tenían de que ambos imputados recibieran una misma pena. Esto, porque el abogado querellante había solicitado que Silva también fuese condenado por parricidio -pese a no tener un vínculo familiar con Nibaldo- bajo un principio conocido jurídicamente como "comunicabilidad".
No obstante, el tribunal no acogió dicha petición justamente por no existir un "vínculo familiar con la víctima". "Cualquier estimación en sentido diverso constituiría una interpretación en contra del 'reo o malam partem', que se encuentra prohibida en el derecho penal", explicaron.
"No estamos conformes ni tranquilos por lo que se pretende dar como pena. Estamos dolidos porque lo que queremos es el presidio perpetuo calificado para ambos. La justicia se tiene que poner a la altura de la sociedad y de la familia, para que nos quedemos tranquilos con la mayor de la sentencia. Les pido que por favor se pongan a la altura de lo sucedido", solicitó uno de los hermanos de la víctima, Edson Villegas, quien actualmente tiene la tuición de la hija del profesor villalemanino.
"Este es un error grave. La ley está escrita, pero es la gente la que la tiene que interpretar. Si no fuera así, no seríamos jueces ni necesitaríamos abogados, y sólo se leerían libros para dictar una pena. Pero para eso están las personas capacitadas, que estudiaron y que puede determinar como corresponden los delitos como este", apeló, por su parte, el otro de los hermanos de Nibaldo, Leandro Villegas, mientras a su alrededor se escuchaban cánticos bajo la consigna "no estamos de acuerdo".
"El tribunal tiene que hacerse cargo de que las penas (...) tienen que tener una prevención dirigida hacia la sociedad"
José Miguel Subiabre, Fiscal del caso Nibaldo
"No estamos para nada satisfechos (...) si es que a esta persona (Francisco) le otorgan veinte años de pena"
Alejandro Villegas, Hijo de la víctima
"No estamos conformes. Estamos dolidos porque lo que queremos es el presidio perpetuo calificado para ambos"
Edson Villegas, Hermano de la víctima
15 años, como mínimo, es lo que arriesgan Johanna Hernández y Francisco Silva por parricidio y homicidio calificado, respectivamente. Dependerá del Tribunal las penas a cumplir por cada uno.
16 de mayo, a las 13, se conocerá la sentencia en contra de ambos condenados, como también si sus declaraciones en el juicio son o no consideradas como una colaboración sustancial.
16 años es la condena que el abogado Carlos Oliva solicitó para Francisco Silva. De ser condenado a presidio mayor en su grado máximo, podría salir libre al cumplir tres cuartas partes de la pena.
Absueltos por uso fraudulento de tarjeta
Además del homicidio de Nibaldo, el Ministerio Público también estaba solicitando que los imputados fuesen condenados por uso fraudulento de tarjeta de crédito, tras acreditarse que Francisco Silva -utilizando una chaqueta de la víctima- giró $35 mil desde la cuenta del profesor horas después de que se le había dado muerte. Sin embargo, el Tribunal decidió absolver a ambas personas por ese delito, asegurando que "en los hechos de la acusación no se señala como supuesto fáctico uno de los elementos base del tipo, esto eso, que la tarjeta de débito haya sido sustraída por los autores (...) Ese elemento, penalmente relevante, no se describió en las acusaciones".