CRISIS Y COMUNICACIÓN
CULTURA ORGANIZACIONAL. El análisis del mundo que nos toca vivir, ¿evitaría una crisis?
Crisis, parece ser una palabra que envuelve nuestra vida, en los ámbitos más diversos, desde lo personal a lo más global imaginable. Desde luego, el referido a las organizaciones y empresas en particular. Podríamos afirmar, sin mucho riesgo, que alguna forma de crisis no nos es ajena y que en nuestra vida las experimentaremos con variado grado de involucramiento o protagonismo.
Desde luego, a medida que transcurre el tiempo, el concepto se hace más conocido, aumentando nuestra sensibilidad sobre su presencia en algún momento. Por eso podemos decir: hablemos de crisis nuevamente.
La literatura y el historial de casos crece exponencialmente. Las universidades lo estudian, fundamentalmente en el ámbito de la comunicación estratégica. Las consultoras especializadas exponen su experiencia al servicio de las organizaciones. Profesionales dan su soporte desde aquellos dominios que contribuyen al entendimiento y a la gestión de las crisis y el llamado "control de daños" que tanto se escucha.
Sobre el mundo que nos toca vivir
A cada ser humano, a través de la historia, a cada directivo y líder, le toca vivir su mundo, su tiempo, con sus sellos y símbolos, sus tendencias predominantes, sus características emergentes que pueden llegar a ser dominantes durante alguna extensión temporal o territorial. Hay abundante material que los estudiosos disponen para afinar nuestras interpretaciones del "mundo que nos toca vivir".
Nos toca vivir un mundo complejo, de cambio acelerado, que penetra todos los ámbitos, incluso aquellos no imaginados. Esto es lo que se escucha o se experimenta.
Sin jerarquizar los atributos, de forma incompleta, se pueden anotar: la relevación de la transparencia -al parecer con entendimientos diversos- los movimientos de indignados por causas homogéneas y también contradictorias, el empoderamiento de las personas, la globalización con sus luces y sombras, la importancia de los medios de comunicación y la elevada preponderancia de las redes sociales -que son motivo de diario debate, de novedades y oportunidades positivas y expresión de terreno de odiosidad y espejo de corazones cargados de resentimiento y desprecio- una notoria multiplicación de los centros de poder que se manifiesta en una opinión pública espontánea y también manipulada, de la exaltación de la inmediatez, todo lo queremos ahora, de una conciencia enriquecida ante el planeta que habitamos, procesos migratorios de origen diverso y por causas políticas, económicas y sociales que ya los chilenos empezamos a entender, de una vejez que se desplaza porque vivimos más, con las consecuencias que de ello se derivan, los anuncios ya visibles de la inteligencia artificial, nuevos estilos de vida, las múltiples expresiones de la inseguridad, las desigualdades persistentes -de las antiguas y de las nuevas- la relevancia de la inclusión, la búsqueda del sentido de vida.
¿qué sucede con las crisis en este fértil terreno?
"Crisis es cualquier circunstancia, deliberada o fortuita, que produce un desequilibrio en la relación normal de una organización con su entorno, afectando la imagen pública". (Tironi y Cavallo. Comunicación Estratégica: vivir en un mundo de señales).
Este libro bien conocido contiene una buena estructura y análisis, también una completa bibliografía que acompaña los capítulos para tener una visión más integral de comunicación estratégica. En la información general sobre crisis se enfatiza también el sentido de la sorpresa, sus características únicas -referidas a causas y efectos- y el sentido de urgencia. Reiterando, hay un cambio entre dos situaciones que amenazan la imagen y el equilibrio entre las partes.
Por eso es muy crucial el análisis del "mundo que nos toca vivir". ¿Evitaremos así una crisis? Con seguridad no lo lograremos. Sin embargo, con el mejor entendimiento podemos ganar márgenes de previsión, de afinar la cultura organizacional para ese día que habrá de venir.
Por otra parte, parece sabio acrecentar el activo de reputación de la empresa ante sus públicos. Ese ahorro que puede servir para el futuro. Esta analogía puede ser compartida, pues se asemeja tanto a asuntos económicos o estratégicos.
Un ejercicio que me permito sugerir es hacer seguimiento a la multiplicidad de crisis que percibimos diariamente, a nivel nacional y global, de inimaginables naturalezas, que nos muestran esos desequilibrios en las relaciones regulares. Miremos a las instituciones del Estado, del mundo privado, de la más fuerte tradición, de la educación, que cada día aparecen ante nuestros ojos en la sociedad de medios.