Pero la proyección de Óscar Córdova no sólo está puesta como árbitro junto al tatami. Hoy, el también entrenador porteño aspira a convertirse el próximo año en el nuevo presidente de la Federación de Taekwondo en el lugar que actualmente ocupa Mario Mendel.

Entusiasmado con la opción y asegurando que "todo va muy bien perfilado" gracias a un "enorme" respaldo de la dirigencia, Córdova recuerda que durante dos años fue director de la entidad, tesorero en tres períodos y por muchos años jefe del departamento de árbitros.

"Siempre he pensado que cuando uno hace algo tiene que dejar huella y una de las formas de hacerlo es realizando cosas por y para lo que uno quiere y hace", insiste el instructor, asegurando que "quiero entregar más".

Si bien destaca el buen momento que vive la actividad en lo deportivo, reconoce que "desde hace un tiempo que haría algunas cosas de manera diferente a como se están realizando".

"Quiero hacer, por ejemplo, una redistribución de los centros de rendimiento porque hay cosas que se pueden hacer mejor", explica.

Juan Carlos Moreno A.

Óscar Córdova reconoce que una de las premisas que marcan su vida personal, profesional y deportiva es que "el esfuerzo siempre tiene su premio".

Y hoy, este porteño, Maestro Taekwondo WT, 7° dan, admite que se encuentra recibiendo aquella recompensa y reconocimiento que debía de llegar luego de 32 años como protagonista nacional e internacional de la disciplina deportiva.

Y es que el director de la Escuela Cho Nam Soo viajará nada menos que a Rusia para participar, en la ciudad de Moscú, del selectivo que puede permitirle por segunda vez en su trayectoria ser uno de los árbitros de la Federación Internacional en unos Juegos Olímpicos, tal como ya lo hizo en Beijing en el año 2008.

Árbitro de combate, de formas y también del Parataekwondo, Córdova reconoce que la manera en que llegó la invitación para asistir al selectivo como único chileno no deja de sorprenderlo.

"Estaba de juez en los Juegos de la Juventud Trasandina y recibí un llamado desde Corea del Jefe Mundial de los árbitros de la Federación Internacional (el sueco Chakir Chelbat), quien me dijo que me necesitaba en Rusia", recuerda, insistiendo en que se trató de un llamado inesperado, al punto que le obligó a pedir un par de horas para pensarlo, más aún porque el plazo para las inscripciones en la cita de árbitros era el 26 de abril y él, claramente, estaba fuera de ese tiempo.

"Tuve que decirle que me diera más antecedentes porque de un día para otro no es sencillo tomar las maletas e irse a Moscú y ahí fue cuando me dijo que quería que fuera para buscar mi selección a los Juegos Olímpicos de Tokio", agregó, aunque el plazo para una respuesta fue bastante menor a lo esperado: "A las 8 de la mañana del otro día ya me estaba sonando el celular, y ahí me dijo e insistió en que no me preocupara de los plazos y que fuera porque me necesitaba".

Y la reflexión de Óscar Córdova es inmediata. "Con todo el recambio que ha tenido el taekwondo en Chile y los años que pasan, la verdad es que hoy siento que soy más reconocido fuera del país... imagínate lo que es que el jefe mundial de los jueces te diga que te necesita".

Con mucha confianza

Córdova se tiene una fe enorme. En sus palabras irradia seguridad respecto de la posibilidad de volver a ser juez en unos Juegos Olímpicos.

"Siempre me he tenido mucha confianza", advierte, recordando que en estos 32 años como protagonista de la actividad a nivel nacional e internacional ha tenido la oportunidad de disfrutar de la disciplina tanto dentro como fuera del tatami.

"Han sido tres décadas, como practicante, con la academia, como árbitro internacional y como dirigente... me ha tocado de todo y estoy feliz", sostiene, sin dejar pasar la ocasión para recordar lo que fue su participación en los Juegos de Beijing 2008. "Allá se competía en cinco áreas, cuatro a los lados y una en el centro y en alto... yo fui el único árbitro sudamericano que estuve en el centro, con micrófono y transmisión para todo el mundo", recordó el reconocido juez.

El rol de maestro

Sin embargo, y más allá de los diversos roles que le ha tocado vivir en el taekwondo, hay uno que a Óscar Córdova le sigue quitando el sueño: El de Maestro.

Y la Academia Cho Nam Soo es su gran orgullo. Nacida en 1994, hoy sigue con una enorme actividad en calle Blanco 1501, hasta donde más de 40 amantes del taekwondo, de entre 4 y 55 años de edad buscan conocer algo más de la disciplina, y en algunos casos, incluso llegar a ser cinturón negro.

Una instancia que ha traspasado las fronteras regionales, ya que con orgullo, Córdova explica que ahora también hay academias en Santiago, Melipilla, Pucón, Villarrica, Loncoche, Puerto Montt, Puerto Varas y Calbuco.

Una instancia de competencia nacional e internacional, siendo la próxima aventura de los pupilos del Cho Valparaíso en territorio uruguayo.

"Con todo el recambio que ha tenido el taekwondo en Chile y los años que pasan, la verdad es que hoy siento que soy más reconocido fuera del país"

Óscar Córdova, Entrenador y juez de taekwondo