De intendente a candidato
La Cuenta Pública de Jorge Martínez puede ser interpretada como su sinceramiento definitivo de cara a las elecciones de gobernador regional. ¿Tendrá Martínez el apoyo de las bases partidistas y de los grandes caciques políticos para su nueva empresa? Quizás sea ésa la gran pregunta que él mismo debe despejar.
Si se cumplen los pronósticos, debe haber sido su última Cuenta Pública, dado que todo parece indicar que el intendente, Jorge Martínez Durán, abandonará el cargo a más tardar en octubre de este año, para abocarse a lo que será su campaña política para el nuevo cargo de gobernador regional en 2020, para lo cual ya contaría con el visado de su superior directo, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, como también del Presidente Sebastián Piñera.
Acaso por ello, el tan resistido militante de Renovación Nacional sorprendió durante la lluviosa noche del último miércoles en el Hotel O'Higgins de Viña del Mar con una larguísima intervención que, a todas luces, involucraba mucho más que su actual gestión y apuntaba a su visión a largo plazo sobre el derrotero que debiera seguir la Región de Valparaíso.
Así, con una presentación marcadamente optimista ("todos quieren hacer negocios con Valparaíso") posicionó a la zona como la puerta de entrada al gran corredor bioceánico de América Latina (con sus ramales desde el Asia Pacífico a Argentina, Brasil y la Cuenca de La Plata) y estableció las obras como la gran prioridad para el tan postergado despegue regional y la generación de empleos y oportunidades.
De la misma forma, tomó una marcada posición respecto del desarrollo sustentable y el respeto al medioambiente ("se comprobó que Quintero y Puchuncaví no era sustentable") y puso un fuerte acento en una opinión que causó bastante ruido hace algunas semanas entre las universidades, institutos y centros de formación técnica locales, al cuestionar la poca incidencia que éstas tienen en el nivel de innovación y transferencia tecnológica.
Pese a los avances en ciertos índices de criminalidad (mejorías en índices de victimización, percepción de inseguridad y delitos de alta connotación pública), reconoció Martínez su preocupación por el alto nivel de tráfico y consumo de drogas, la violencia contra la mujer y las incivilidades tan propias de la zona, sobre todo en la capital regional.
Más allá de las críticas propias (algunas hasta razonables) por parte de la oposición, Martínez pareció dar el paso definitivo al sinceramiento de su candidatura, aupado por un gran número de alcaldes de la Región, acción que debiera coronarse (¡ojalá!) con anuncios presidenciales sobre obras, conectividad y medidas de reactivación económica por parte del Presidente en su Cuenta Pública de mañana por la noche.
¿Tendrá Martínez el apoyo de las bases partidistas y de los grandes caciques políticos para su nueva empresa? Quizás sea ésa la gran pregunta que él mismo debe despejar antes de formalizar su opción. El resto es música.