Es difícil
Luego de casi una década de trabajo, confiamos en que las instituciones podrán reiniciar pronto las obras del Edificio de la Ciencia, actualmente paralizadas por un valioso proceso de rescate arqueológico Juan Carlos García, Director ejecutivo CINV-Universidad de Valparaíso
Hace unos años, Alfredo Jaar, reconocido artista visual chileno, presentó en el Festival Puerto de Ideas su charla "Es difícil". En ella mostró cómo sus intervenciones públicas de artes visuales se podían convertir en una forma de cambiar la realidad, algunas especialmente crudas.
Hace diez años, el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV), liderado por el Dr. Ramón Latorre, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2002, inició un largo proceso para construir su edificio institucional en el Barrio Puerto de Valparaíso. Consolidar un centro científico de excelencia en la ciudad, con reconocimiento nacional e internacional, requería un espacio adecuado, que tuviera un valor simbólico para el país, y que permitiera colaborar con la reactivación de un barrio abandonado por la inversión pública.
El Edificio de la Ciencia se planteó como una posibilidad para ayudar a cambiar la realidad mediante una iniciativa liderada por científicos desde el lugar de origen de nuestra ciudad. Sin embargo, eso no ha impedido que sea un proceso largo, a ratos desgastante y desalentador. En un comienzo, pocos creían que tuviera sentido una aventura de este tipo ¿Qué utilidad podía tener para Valparaíso? dijeron algunos.
Sin embargo, la convicción y tenacidad de Latorre y su grupo contó con el fuerte apoyo de Aldo Valle, rector de nuestra universidad, y con el paso del tiempo se sumaron muchos más. Hoy sentimos el respaldo de la ciudad y la simpatía de muchos en el país y el extranjero.
Se dice que concretar proyectos en Valparaíso es difícil, que requiere esfuerzos enormes, que todo es cuesta arriba. El recorrido de este proyecto lo avala. La poca convicción que muchas veces tenemos para impulsar proyectos ambiciosos nos lleva a renunciar a ellos antes siquiera de iniciarlos. Sin embargo, es un rol ineludible del Estado impulsar inversiones que reviertan tendencias, mejoren la calidad de vida de los habitantes y reduzcan los enormes índices de desigualdad que tenemos.
Albert Einstein decía que no se puede hacer lo mismo y esperar resultados diferentes. Creo que esa ha sido la clave de este proyecto; un liderazgo con convicción de Ramón Latorre, un centro de alto estándar, una arquitectura innovadora y respetuosa de su entorno, y pensado como un lugar abierto a la comunidad.
Luego de casi una década de trabajo, confiamos en que las instituciones podrán reiniciar pronto las obras del Edificio de la Ciencia, actualmente paralizadas por un valioso proceso de rescate arqueológico.
Sin duda es difícil; no obstante, si efectivamente creemos en Valparaíso y su futuro, necesitamos pensar los proyectos de otra manera, con arraigo local, pero vinculados al rol nacional e internacional de la ciudad. Creemos estar dando hoy un paso significativo en ese sentido.