"La automatización puede significar la destrucción de empleos, pero también la creación de otros". Afirmación de Violeta Silva, secretaria regional ministerial del Trabajo, ante las inquietudes surgidas en sectores laborales debido a la introducción de sistemas tecnológicos que desplazan a la mano de obra humana.
La tecnología reemplazando al trabajo manual no es novedad. Ejemplo claro es la difusión mundial en el siglo XIX de la máquina de coser, que facilitando la confección de ropas dejó sin trabajo a miles de mujeres que pacientemente y con gran prolijidad hacían esa labor.
La tendencia fue avanzando, pero hoy alcanza un alto ritmo, pues los procedimientos tecnológicos cubren los más variados campos. Así, por ejemplo, hay en concreto una inquietud en el retail, que ha introducido procesos tecnológicos en el cobro al público, reemplazando a los tradicionales cajeros. Lo mismo aparece en los peajes.
Y la tendencia avanzará, pues se agilizan operaciones y, a la vez, disminuyen costos para las empresas; pero cuando la moderna máquina reemplaza al trabajador, aparecen inquietudes laborales. Afirma la seremi del Trabajo que, sin embargo, se crean nuevos empleos. Cierto, pero la mutación no es automática. Esos nuevos empleos, necesariamente, están ligados a la tecnología y ello supone capacitación.
Reconociendo la situación, Alejandro Villarroel, director regional del Sence, sostiene que no se puede desconocer que "los tiempos están cambiando", ante lo cual, afirma, "tenemos que hacernos cargo de ello y preparar a las personas para que tengan otras especialidades".
Desafío ineludible que tiene varios tiempos. El primero es hacerse cargo de quienes, aquí y ahora, están perdiendo sus trabajos. Y eso precisamente cuando las cifras de empleo no son satisfactorias. El segundo tiempo refiere a la educación que en todas sus ramas debe asumir la presencia de la tecnología en reemplazo de muchos cupos laborales. Y es la educación la que debe generar capacidades para asumir esos nuevos empleos asociados a la tecnología que precisamente está reemplazando al trabajo humano. Y todo lo anterior debe situarse en un marco legislativo acorde con la nueva realidad.
Una acción realista en la materia es la que anuncia el Sence con la oferta de 1.700 cupos en cursos ligados al uso de herramientas digitales y el programa "Experiencia Mayor", focalizado en personas mayores de 60 años que deben nivelarse, al menos básicamente, con las actuales generaciones que dominan las nuevas tecnologías.
El desafío de la automatización exige atención permanente, tanto del sector público como del privado, buscando que le ventajas de los nuevos sistemas signifiquen no solamente cifras en la economía, sino que aportes efectivos en la vida de las personas.