Cristián Rodríguez F.

Un nuevo rumbo podría tomar el caso de Diego Gajardo, el joven de 21 años que a fines de abril falleció tras ser atropellado por un vehículo que habría estado participando en una carrera clandestina a la altura del Tranque Recreo, en Quilpué.

Quien iba conduciendo el automóvil era Cristián Oróstica Muñoz, actualmente en prisión preventiva tras detectarse que al momento del fatal atropello manejaba con 2,08 gramos de alcohol por litro de sangre, a lo que se suma que se dio a la fuga luego de impactar al estudiante, quien esa noche se encontraba estacionado con su moto en el cruce que une la vía Marga Marga con Lo Orozco.

Si bien la investigación por el accidente con resultado de muerte concluye a fines de este mes -se decretaron 90 días-, la familia de la víctima volvió a retomar las esperanzas luego que el Tribunal de Garantía de Limache revocara una suspensión condicional que el año pasado le había otorgado a Oróstica en otro caso similar.

Sería reincidente

De acuerdo a lo que explicó el abogado de la familia de Diego, Jorge Suez, en marzo de 2018 el imputado chocó una camioneta mientras conducía en estado de ebriedad. Y tras ser formalizado, en julio se le ofreció una suspensión condicional del procedimiento a cambio de no ser imputado por otro delito durante el lapso de un año.

Sin embargo, Oróstica no cumplió con dicho requisito al ocasionar la muerte al estudiante quilpueíno, por lo que este lunes el juzgado limachino accedió a revocar el procedimiento y continuar con la persecución penal en su contra.

Es justamente esa investigación la que podría influir directamente en el caso, puesto que si Oróstica es condenado por el hecho de 2018 -cualquiera sea la pena que reciba-, sería considerado como reincidente en un futuro juicio por la muerte del joven motociclista.

"Lo que esperamos es que el caso de 2018 avance a una etapa que concluya con un reproche penal en su contra y así llegue con esa sanción al juicio", explicó el abogado de la familia, agregando que la reincidencia quedaría estipulada como una agravante, permitiendo aumentar la condena.

"Hoy, él (Oróstica) puede arriesgar una pena que va desde los tres años y un día hasta los diez años. Pero si es condenado por el anterior caso, el margen de la pena partiría en los cinco años y un día, que es una pena efectiva", precisó Suez, insistiendo en que "cronológicamente hablando, corresponde que el caso de 2018 sea juzgado y sancionado antes de que se conozca el de Diego".

Además, el abogado aseguró que el imputado había protagonizado un tercer episodio de conducción en estado de ebriedad, también en marzo del año pasado. "Si no llega a ser condenado por esos actos, en el juicio vamos a hacer referencia a su historial, porque no es lo mismo una persona que conduce por primera vez en estado de ebriedad a una que ya lo ha hecho durante tres veces. El reproche debiese ser mayor", indicó Suez.

"No es lo mismo una persona que conduce por primera vez en estado de ebriedad a una que ya lo ha hecho durante tres veces"

Jorge Suez, Abogado de la familia