Fallece Rubén Bastías, el hombre que dibujó lo cotidiano porteño
GENTE. A los 83 años murió, en su hogar del cerro Esperanza, quien puso el humor a las páginas de este Diario y "La Estrella de Valparaíso" por 50 años.
El ojo agudo y la pluma avezada de Rubén Bastías para apreciar la actualidad ya no se mueven más. Tras una larga enfermedad, el diseñador, publicista y dibujante falleció ayer a los 83 años rodeado por el cariño de sus hijos y nietos.
Pese a que su delicado estado de salud poco a poco fue mermando sus fuerzas, no así su constante creatividad. Hace poco más de un mes, el pasado 26 de mayo, mientras permanecía hospitalizado, tomó su lápiz y realizó tal vez el último dibujo en este mundo. Retrató en su estilo el Parque Pümpin, uno de los íconos de ese Valparaíso que tanto amó y que inmortalizó con maestría en múltiples ilustraciones.
Consciente que la muerte estaba cada vez más cerca, Bastías preparó también una póstuma despedida para sus lectores. Una imagen con la leyenda "Adiós", que aparece publicada en la sección de Humor en la edición de hoy en nuestro Diario, marca su partida definitiva.
Durante la jornada de ayer sus restos fueron velados en el Cementerio Parque del Mar, en Concón, y hoy a las 11 horas tendrá lugar en dicho camposanto una misa en su memoria y por su eterno descanso, según informó su familia.
Nacido en La Serena el 21 de diciembre de 1935, Rubén Iduan Bastías Laciana era hijo de unos vascos inmigrantes -Manuel y Araceli-, quienes primero se afincaron en Viña del Mar y luego viajaron por otras comunas del país, hasta volver con el tiempo a la Ciudad Jardín. Por ello es que parte de su enseñanza formal Rubén la realizó en Santiago, y otra en el Liceo de Viña del Mar.
La pasión de Bastías por los "monos" -como llamaba a sus creaciones-, comenzó desde pequeño y a los 15 años siguió un curso de dibujo por correspondencia. Al poco tiempo ingresó como ayudante a limpiar pinceles al diario "La Unión" para luego pasar al Departamento de Diseño.
Corría 1957 cuando "un día llegó la operación Unitas y unos marinos fueron a visitar el diario y pasaron por el Departamento de Arte. Éramos cuatro dibujantes, yo era el más nuevo…y preguntaron si no había nadie que pudiera hacerles una caricatura y dije que 'yo podía, yo se las hago'", contó en una entrevista de 2014 aparecida en el blog Ad Portas del Suceso.
Al otro día, la caricatura salió en la portada del diario, dando inicio a una larga historia relacionada con el humor periodístico. "Recibió de Dios el don del virtuosismo como dibujante, un buen gusto depurado y una inteligencia veloz para captar, entre muchos temas, el que está justamente asimilado por los lectores para hacerles recibir la visión humorística del dibujante", escribió el periodista Luis Muñoz Ahumada en el prólogo del libro "30 años con los monos", editado en 2007.
Talento regional
Aunque incursionó en otro negocio - como fue tener un criadero de conejos angora, cuya producción de lana era para Bellavista Tomé, en La Ligua, y que terminó producto del terremoto de 1965-, su fuerte era la creación. Es así como fundó las agencias de publicidad Publicentro Chilena, y posteriormente Publicidad Pembag.
En ésta última compartiría sociedad con tres amigos: Muñoz Ahumada, Juan Pablo González y Renzo Pecchenino, "Lukas". En forma paralela trabajó como asesor de la recordada Litografía Moderna, Gráfica Codarte, Chiletabacos, y por muchos años colaboró con la familia Demaría.
En todos estos lugares hizo gala de su calidad e ingenio. Aunque -como dice el periodista y ex director de "La Estrella de Valparaíso", Julio Hurtado- "principalmente ese ingenio y calidad de su dibujo se canalizaron en el periodismo de opinión en 'El Mercurio', 'La Estrella' y en varios diarios del sur del país".
A la empresa periodística porteña se unió en 1969 colaborando con el dibujo de la sección "Quién es quién". En abril de 1978 apareció su primera ilustración para la portada de "La Chueca", suplemento humorístico de "La Estrella", "editado por el fallecido periodista José Tomas Reveco, que en portada presentaba un mosaico que encadenaba varios temas con acertados dibujos con personajes y situaciones de actualidad muy porteña", recuerda Hurtado.
El 31 de enero de 1979 debutó Sam Kudo en el diario popular. "Nace por el Festival de la Canción. Ese año vino Rafaella Carrá, quien alojó en el hotel San Martín. Algún problema tuvo y se cambió al hotel O'Higgins, entonces yo la dibujé acostada en lo que simulaba ser la pieza del hotel y se me ocurrió llenar la habitación de zancudos que hablaban con una serie de diálogos", recordó Bastías en una entrevista que otorgó a "La Estrella" en 2004.
En un principio el personaje aparecía sólo en "La Chueca", por lo que sus viñetas estaban relacionadas con el deporte. Más tarde empezó a aparecer los días sábado con cualquier tema y finalmente comenzó a incluirse diariamente.
"Cuando finalizaba agosto, colocaba 'Felicitaciones' y comenzaba a hacer un listado de los principales ciudadanos, políticos, periodistas, empresarios dueños de negocios, entre otros y al final ponía 'pasaron agosto'. Después de eso me paraba gente en la calle y me reprochaban porque no los había incluido en el listado", detalló el dibujante en la misma entrevista.
El mismo sabía que su zancudo opinante era muy popular en la ciudad, pues como dijo a "La Estrella", "de repente al firmar un cheque por ejemplo, me reconocen por la letra y la gente me dice: Ah, usted es el del Sam Kudo".
Entre las curiosidades que provocó el famoso personaje está que el comercio de Viña del Mar condecoró a Bastías por la acción que desarrolló en contra de los vendedores ambulantes. ¿El premio? Un anillo de oro con una zancudo, diseño a cargo de Vicente Gimeno.
Su versatilidad se manifestó también en la caricatura, logrando captar en pocas líneas los rasgos distintivos de numerosos personajes de Valparaíso, imágenes que eran publicadas en las páginas de este Diario con una reseña escritas por Claudio Solar bajo el rótulo de "Gentecatura".
Es en esta especialidad el dibujante era prácticamente insuperable, captando la esencia de los personajes y ello ya había sido admitido por Lukas, quien en su tiempo afirmaba que no había conocido otro caricaturista mejor que Rubén, según escribió en el reportaje de 2007 Alfredo Larreta titulado "Bastías, 30 años con los monos".
Con los "monos"
En junio de 1964, Rubén Bastías se casó con Olga Castex Marambio con quien tuvo tres hijos: Iván, Rubén y Patricia. Precisamente el mayor, quien fue el que impulsó el libro "30 años con los monos", recordó que su padre "siempre te contaba la historia cuando le tocó asistir por 'El Mercurio' como testigo y dibujar el fusilamiento de los Psicópatas de Viña".
El hecho ocurrió el 29 de enero de 1985 en Quillota, y Bastías se convirtió en testigo privilegiado debido a que se prohibió el ingreso de reporteros gráficos y camarógrafos. Por lo mismo, él fue el encargado de dibujar en el mismo lugar toda la secuencia del fusilamiento que más tarde fue publicada tanto por "La Estrella" como "El Mercurio de Valparaíso".
Tres años más tarde viviría un duro momento con la muerte de su gran amigo "Lukas", acaecida el 7 de febrero de 1988. También fue un momento clave en su carrera, ya que se convertiría en el sucesor natural de Pecchenino, debutando el 6 de marzo de ese mismo año en las páginas de opinión de "El Mercurio de Valparaíso", donde siguió apareciendo todos los días hasta casi el final de su vida.
Julio Hurtado destaca que "sus 'monos' interpretaban acertadamente con un humor cercano la actualidad, con notas críticas, pero nunca rompiendo el límite del respeto": y resalta: "El incesante trabajo de Bastías, un dibujo cada día, nunca cayó en la rutina, siempre fue novedoso manteniéndose vigente casi hasta los últimos momentos de su partida, sumando, fácilmente, casi 10 mil ilustraciones, notas de fino y actual humor, de sentido común que lo identificaban certeramente con las inquietudes de sus fieles lectores".
En la entrevista para el blog Ad Portas del Suceso, Rubén Bastías contó que para llevar a cabo su trabajo leía todos los diarios en busca de inspiración. Aunque, la inspiración llegara en cualquier momento: "Yo duermo con un block y un lápiz", declaró en aquella ocasión. Fue también en que hizo su declaración de principios: "La finalidad del humor periodístico, más que hacer reír es hacer pensar…Es mucho más valiosos cuando el lector dice, mmm está bueno y surge una sonrisa mental".
Adiós definitivo
Los premios no estuvieron ajenos para Rubén Bastías. En 1984 se llevó el Municipal de Periodismo y participó en varias oportunidades en el Torneo Internacional de la Caricatura, saliendo seleccionado y publicado en una de las revistas del torneo que se realizó en Canadá. A su vez, fue nombrado Ciudadano Ilustre de Valparaíso en 2008, y el año pasado este Diario le entregó un reconocimiento a su dilatada trayectoria.
Entre los aspectos menos conocidos de su trayectoria está el haber sido creador de logos y envases que sobreviven hasta hoy de marcas como Cachantún, Virginia, Deyco, Argonauta de Valparaíso, Municipalidad de Valparaíso y el recordado Don Pancho.
A su vez fue creador de muchas campañas políticas, miembro de ICREP, Instituto de Relacionadores Públicos, y colaboró por muchos años con la Corporación del Cáncer y Cordam, donde donó sangre regularmente hasta que su salud lo permitió.
Su familia -compuesta por sus tres hijos y sus nietos Romina, Vicente, Nicolás, Agustín y Francisco- así como quienes lo conocieron, se despiden del dibujante con una sonrisa, recordando todos los "monos" que creó en más de 50 años de carrera.
Desde ahora Bastías y su fiel compañero, Sam Kudo, descansarán y se podrán reencontrar con sus entrañables amigos: Lukas y Alfredo Larreta.
"De repente al firmar un cheque por ejemplo, me reconocen por la letra y la gente me dice: Ah, usted es el del Sam Kudo"
Rubén Bastías, Entrevista a "La Estrella", 2004
"El incesante trabajo de Bastías, un dibujo cada día, nunca cayó en la rutina, siempre fue novedoso manteniéndose vigente casi hasta los últimos momentos de su partida"
Julio Hurtado, Exdirector de "La Estrella"