Las 480 familias de la Villa Hanga Roa, emplazada a un costado de la Ruta 68 en el sector de Rodelillo, proyecto de viviendas sociales que surgió el año 2006 y que finalmente se concretó en el 2010, tras sortear los múltiples vaivenes administrativos y financieros que implican una iniciativa de esta envergadura, ven con preocupación que el sueño por el que tanto lucharon quede truncado por la desidia de las autoridades de turno. Transcurridos diez años aún no se concretan las medidas de mitigación que debía realizar el Serviu.
Las cerca de 50 toneladas de material que se deslizaron del talud que soporta a parte de los block de departamentos, genera gran preocupación entre los residentes de los bloques 3 y 4, que, desde sus ventanas, observan que la ladera está a menos de tres metros de las construcciones y una nueva lluvia o movimiento telúrico puede generar nuevos desprendimientos. Si bien tras el desmoronamiento del lunes se convocó a un comité de emergencia en el que participaron Serviu, Municipalidad de Valparaíso, Onemi, Sernageomin y Gobernación Provincial, donde se adoptaron las primeras medidas para resguardar la seguridad de los residentes de la villa, existe una serie de situaciones que mantienen inquietos a los vecinos.
El Serviu, a través de su director regional, Tomás Ochoa, anunció trabajos para superar la emergencia, pero no existe claridad sobre los montos que se requieren y los resguardos que se deberán adoptar para retirar más de 250 metros cúbicos de tierra y evitar que el terreno sufra nuevos desmonoramientos.
Desde el Concejo Municipal fueron mucho más drásticos en su conclusiones y apuntaron directamente a la responsabilidad del Serviu, que hace 10 años debió haber realizado los muros de contención en las laderas, como parte de las medidas de mitigación -también incluyen la accesibilidad y una rotonda- que aún quedan por ejecutarse. Tal retraso generó que la Dirección de Obras Municipales (DOM) aún no haya aprobado la recepción final para la urbanización del sector, impidiendo con ello que los dueños puedan realizar la escrituración de sus propiedades e inscribirlas en el Conservador de Bienes Raíces.
Han pasado diez años. Para muchos una eternidad para que se cumplan los compromisos suscritos por organismos públicos, sin embargo, como muchas cosas que ocurren en Valparaíso, parece a nadie importarle.
De no ser por este lamentable episodio, los habitantes de villa Hanga Roa tendrían que seguir esperando, resignados. Sin embargo, nadie asume las responsabilidades políticas de este descalabro.
Según informó la DOM en el pasado Concejo Municipal, el talud artificial que dejó la empresa constructora alcanzó ahora los 70 grados de inclinación, "una situación riesgosa porque la altura de ese talud es de alrededor de los 14 metros y el Block 4 de ocho pisos está a metro y medio del borde".
Si alguien no hace algo a tiempo, sólo queda esperar que dicha negligencia no provoque una tragedia mayor.