Desde hace varios años que el mundo laboral vive profundas transformaciones. Hay trabajos que han desaparecido y otros que se irán creando a futuro; cambios que, sin duda, seguirán ocurriendo de manera cada vez más acelerada. Las razones apuntan, principalmente, a los avances tecnológicos, como la digitalización, automatización y la inteligencia artificial, cuyo efecto es y será que muchos empleos actuales serán automatizados y remplazados por robots, máquinas y software en los próximos 20 años. Pero, por otra parte, se crean cada día nuevos empleos basados en la aplicación de las tecnologías que hoy son las herramientas de esta cuarta revolución industrial.

La forma de enfrentar estas oportunidades requiere de la modernización de la legislación laboral que permita adaptar las jornadas de trabajo, otorgando mayor libertad a los trabajadores para definir sus horarios, con jornadas flexibles, bolsas de horas extraordinarias y horarios alternativos de inicio y término, para adaptarse a los requerimientos de las empresas y trabajadores. Además estas normas deben proteger los derechos de los trabajadores, mediante la implementación de contratos extraordinarios, ocasionales o no permanentes. También, se requiere de la regulación de las plataformas tecnológicas que aseguren la protección social de los trabajadores que se han incorporado a estos nuevos trabajos.

Así también, la regulación requerida para esta nueva era del trabajo debe fomentar la inclusión, otorgando más oportunidades a quienes hoy están alejados del mercado laboral, mediante perfeccionamiento de la ley de inclusión; políticas de fomento de la participación femenina; reforzando la prevención y sanción del acoso en el trabajo y promoviendo la capacitación y formación permamente para lograr las competencias y desempeño que los nuevos trabajos requieren.

Como Cámara Regional del Comercio de Valparaíso entendemos que ésta es una realidad que debemos abordar de forma inmediata y urgente, obligando a todos los sectores involucrados a tomar las medidas necesarias que nos permitan adaptarnos y mantener la calidad de empleo que necesitamos en nuestra región y país. Por eso, creemos que la iniciativa presentada por el Gobierno - que busca mejorar la calidad de vida de las personas, generando mas empelos y mejores salarios,- va en la línea con mejorar la productividad, generar mayor inclusión laboral y desarrollar las competencias requeridas para la transformación laboral en esta nueva realidad competitiva.

Con la flexibilidad, lograremos consecuencialmente mejorar la relación entre trabajo, descanso, vida familiar y formación, favoreciendo la necesaria transformación laboral, terminando con las brechas de género y abriendo espacios para la participación de mujeres, jóvenes, adultos mayores, personas con discapacidad y privados de libertad. Como CRCP, estamos comprometidos con el desarrollo de nuestro país y entendemos que necesitamos ajustar nuestra legislación laboral ahora, antes que el costo lo paguen los más necesitados, porque no fuimos capaces de generar las condiciones para su desarrollo.

En estos momentos, un sueño se hace realidad en el corazón patrimonial de Valparaíso. Un verdadero sueño, porque culminan años de esfuerzo, de hombres y mujeres de nuestra comunidad, que han trabajado con un norte claro, concretando un proyecto único que se constituirá en un real aporte a la cultura y las artes de esta ciudad, la región, el país y el mundo. Se trata del Museo Universitario del Grabado (MUG), que en octubre abrirá sus puertas a la comunidad de la región y el país, de la mano de la Universidad de Playa Ancha (UPLA).

Actualmente, está finalizando la restauración del inmueble que acogerá la mayor colección de obras artísticas de Sudamérica hechas con esta técnica. Por tanto, será un centro único en esta parte del continente, con más de 9 mil 500 creaciones de gran valor artístico.

Se trata de un incalculable aporte a la tarea de formación de los estudiantes de pre y postgrado, en especial, de nuestra Facultad de Arte, que tendrán directo acceso a esa rica colección, para apreciarla y estudiarla. Lo anterior porque junto a la colección existirá un centro de documentación que permitirá apoyar a futuros investigadores. El MUG contará con una serie de herramientas para generar conocimiento sobre la técnica, el oficio y el arte del grabado.

El museo será un aporte al emblemático cerro Alegre y a la comunidad, puesto que se rescató una casona del siglo XIX, con gran valor arquitectónico pero deteriorada, y se la modernizó para transformarla en una estructura sólida, atractiva y que combina lo antiguo con nuevas tendencias estructurales, respetando su valioso pasado. De este modo, los visitantes estarán recorriendo un museo artístico y, al mismo tiempo, una bella casa que conserva y restaura materiales originales propios de la urbe.

Por todo lo anterior, es que confiamos en que se transformará en un elemento vitalizador de la actividad del sector al actuar como un nuevo polo de atracción para visitantes nacionales y extranjeros. Será así un aporte al patrimonio y a la cultura de Valparaíso, con proyecciones regionales y globales.

Con este proyecto, abarcamos desde la formación de profesionales y la investigación, a la vinculación con el medio. Esta iniciativa tiene mucha relación con el compromiso social de la Universidad de Playa Ancha, que constantemente busca nuevas formas de promover la cultura, socializarla, democratizarla.

El MUG permitirá que nuevos públicos disfruten estéticamente de grabados que hoy se encuentran fuera de su alcance, además de conocer a los propios creadores, en actividades paralelas a la simple exposición.

Este museo será también un modelo de gestión pública. El resultado exitoso del proyecto, que surgió hace años como un sueño, fue posible gracias a que se unieron decididas voluntades del Gobierno Regional y del Ministerio de Obras Públicas, que han demostrado un trabajo comprometido, visionario e impecable. Todos juntos impulsamos esta iniciativa en favor de la cultura, el arte y el patrimonio.

Fue así como la labor mancomunada de estas instituciones públicas se tradujo en la creación de un espacio privilegiado. Esperamos también el apoyo del sector privado, quienes sin duda sumarán su aporte para seguir enriqueciendo este nuevo museo.

Después de todo, esta aventura cultural recién comienza.

El desarrollo de una aplicación que permite jugar con la imagen de nuestros rostros ha instalado la polémica respecto del uso de datos. En este caso, el uso de Faceapp es libre y voluntario. Nadie está obligado a exponer su imagen en esta aplicación y aunque sus creadores afirmen que no harán uso de esta información, no existe mayor control que pueda verificar que esto de verdad así ocurra.

La exposición de nuestra información privada no se restringe en caso alguno a las aplicaciones. El uso inocente de nuestras tarjetas, incentivado por el comercio, también va dejando una huella de todo lo que hacemos, dónde, cuándo y qué compramos. Esta información se puede cruzar con la de la patente de los autos y hacer un mapa diario de nuestros hábitos de consumo.

El mismo Waze, que permite guiarnos en los distintos caminos, realiza rutas predictivas a partir de nuestros hábitos. Todas las mañanas nos indica la mejor ruta hacia el trabajo o al regreso de nuestras casas sin que siquiera se lo pidamos.

El problema más grave surge en todas aquellas instancias en que se está haciendo uso de nuestras imágenes y datos sin nuestro expreso consentimiento. Los teléfonos inteligentes son la puerta de entrada para un sin número de datos, que aunque no queramos, muchas veces están a disposición de quien los necesite para lograr algún tipo de beneficio. Existen aplicaciones a través de las cuales alguien podría, incluso, seguir nuestra ubicación, ver y escuchar todo lo que hacemos activando la cámara y el micrófono del teléfono sin que nos demos cuenta. Esto no es el futuro, sino hoy. ¿Nunca se ha extrañado que le lleguen a su mail ofertas o promociones de productos de multitiendas o que lo llamen a su celular para ofrecerle un atractivo crédito de consumo a pagar en cómodas 36 cuotas? ¿Cómo las empresas obtienen esa información? ¿Quién las vende? ¿Quién regula este creciente mercado de la no privacidad?

La vanidad, la comodidad y la ingenuidad combinadas pueden terminar siendo sumamente perjudiciales cuando no sabemos quiénes ni con qué fin pueden utilizar nuestros datos. El uso de información médica, por ejemplo, hace que una persona "enferma" no sea atractiva para una isapre o un seguro, haciendo que su negocio funcione de manera casi perfecta, con un riesgo mínimo para quien presta el servicio y con un desamparo absoluto para quien está en una situación compleja.

En definitiva, se requiere que la autoridad se involucre con el control de esta información, antes que sea ésta la que termine controlándola. Aunque suene a exageración o ciencia ficción, el control de las fuentes de información puede terminar marcando el curso de una elección. El ejemplo más cercano está al norte de nuestro continente, con Donald Trump en Estados Unidos y, junto con ello, el condicionamiento de lo que quieran que hagamos.