Las letras nacionales pierden a otro de los suyos: muere Enrique Lafourcade
GENTE. El controversial escritor, autor de la mítica "Palomita blanca", falleció por una neumonía.
La novela, el cuento, el ensayo y la crónica fueron algunos de los géneros que exploró el escritor y periodista Enrique Lafourcade Valdenegro, quien murió ayer a las 6.50 horas, producto de una neumonía. El autor, miembro de la generación del '50, estaba en una residencia de Las Condes especializada en los cuidados de personas con alzhéimer, enfermedad que padeció por cerca de 10 años y que lo mantuvo fuera del ojo público.
La noticia la dio a conocer su hija Nicole a través de su Facebook: "Vuela alto, amado nuestro, como tu palomita blanca. Mi papá se nos fue esta madrugada".
La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, comentó que "lamentamos profundamente la partida de Enrique Lafourcade. Un escritor fundamental de la literatura chilena. Autor de obras emblemáticas como 'Palomita Blanca', que luego fue llevada al cine bajo la dirección de Raúl Ruiz". Aprovechó de "enviar un cariñoso abrazo a su hija Nicole y toda su familia e invitar a todas las chilenas y chilenos a valorar su legado, recordarlo, leerlo y conocer quién fue Enrique Lafourcade".
Hito generacional
Nacido el 14 de octubre de 1927, Lafourcade cursó humanidades en el Liceo José Victorino Lastarria y en el Instituto de Educación Secundaria. Después siguió Filosofía en la Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Si bien empezó a escribir siendo un adolescente, recién en 1950 publicó su primera novela: "El libro de Kareen", inspirada en una de sus hermanas, Ximena, muerta a los 17 años por tuberculosis. Cuatro años después vendría su primer aporte colectivo: "Antología del nuevo cuento chileno" (1954), donde se lo nombra como el "futuro baluarte de nuestra literatura". Entre los integrantes del volumen están Enrique Lihn, Claudio Giaconi, José Donoso y Jorge Edwards.
Nombres que son parte de la Generación del 50, término propuesto por el propio Lafourcade en 1954, refiriéndose al grupo de escritores nacidos entre 1920 y 1934. "Literariamente, creo que fue el que promovió más la idea de una generación del '50 (...), la idea de un grupo de escritores que se juntaba en el Parque Forestal a leer sus textos, a comentarlos", sostuvo Claudio Guerrero, doctor en Literatura y profesor del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la PUCV.
"También le sirvió para autopromoverse y reunir en un mismo saco a autores como José Donoso, Claudio Giaconi -que, en ese entonces, estaba recién empezando a escribir-, y algunos poetas que él los consideraba parte del grupo, pero que en realidad tenían otra dinámica y otra manera de entender la literatura como era Enrique Lihn y Jorge Teiller", detalló.
Entre los '50 y '60, Lafourcade publicó títulos como "La fiesta del rey Acab" (1959), una novela sobre los regímenes dictatoriales en Latinoamérica que toma como ejemplo la de Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana; "El príncipe y las ovejas" (1961), "Fábulas de Lafourcade" (1963) y "Frecuencia modulada (1968).
El gran fenómeno
Pero sería en 1971 donde daría el golpe más importante con "Palomita blanca", novela en primera persona contada a través de los ojos de una joven chilena llamada María. En ella se abordan hechos cercanos a la realidad chilena de la época, así como la exploración de las drogas, la sexualidad y la vivencia religiosa, entre otros.
La novela es considerada el mayor éxito del autor, pues es el libro más leído en la historia nacional con más de 40 ediciones y ventas que superan el millón de ejemplares. Hasta el día de hoy es considerada como parte del programa escolar.
Para el profesor Guerrero en este éxito también ayudó el mito que se creó en torno a la novela producto de su llegada al cine de la mano de Raúl Ruiz. El estreno de la cinta -que además cuenta con la banda sonora de Los Jaivas con temas épicos como "Dónde estabas tú" y "Vergüenza ajena"- estaba previsto para septiembre de 1973, pero tras el Golpe de Estado fue confiscada desde las bodegas de Chile Films. Años después un funcionario de la compañía encontró los originales y Ruiz terminó de editarla, estrenándose en 1992.
"Quedó reservado como un gran ícono popular, uno de los pocos hitos literarios -creo yo- que se conservan asociados a una cultura más masiva", dijo Guerrero, añadiendo que "la película ayudó mucho, la música, todos los referentes que aparecen ahí como el Festival de Piedra Roja. Es bien mítico".
Luego, en 1973, el escritor publicó "Salvador Allende" en que revive, mediante un monólogo interior, las última horas de vida del ex Presidente. "Se creía figura histórica y padre de la Patria", aseguró Lafourcade sobre Allende, lo que lo enemistó con la izquierda. Le seguirían textos como "Tres terroristas (1976) y "Adiós al Führer" (1982).
Otros destacados
Para el escritor y editor porteño Ernesto Guajardo, Enrique Lafourcade es el "eje para poder comprender la mitad de la literatura, de la narrativa chilena en el siglo XX" y está de acuerdo con que "Palomita blanca" es hito fundamental, "pero también me gustaría recuperar cosas que quizás fueron menores, pero que no dejan de ser significativas en términos de una posición ética, por ejemplo, con la novela 'El gran taimado', que sin ser una gran obra, igual fue un momento donde el autor literalmente pone el cuerpo, digamos, por esa novela".
En este trabajo, de 1984, el autor hace referencia a Augusto Pinochet, por lo que el 26 de noviembre de ese año se asiló en calidad de "huésped" en la embajada argentina en Santiago y luego viajó a Buenos Aires, a raíz del requisamiento del texto que circuló en fotocopias. "'El gran taimado' fue un grito. De alguna manera me estaba ahogando en ese entender no entendiendo. La copia feliz del Edén estallaba en llamas. Lo demás era muerte y sólo muerte, no sólo a las cinco de la tarde, sino a toda hora", comentó respecto al título al diario "La Nación" en 2005.
Guajardo también destaca "Para subir al cielo" (1958), la cual es "una novela que quizás no está a la altura de sus otras obras, pero que a nosotros, por lo menos como porteños, nos debiera ser muy entrañable con la descripción que hace de la Plaza Echaurren y todo ese imaginario mítico que construyó en torno a esa zona del barrio puerto".
Otras novelas suyas, que además fueron finalistas del Premio Planeta, son "Mano bendita" (1993), "Cristianas viejas y limpias" (1997) y "Otro baile en París" (2000). Desde la perspectiva del editor porteño "la obra narrativa de Lafourcade, de alguna manera, disminuye la percepción que tenemos de su obra como crítico literario y como ensayista que también es muy potente. E inclusive, algunas obras más bien lúdicas".
Dijo recordar "Animales literarios chilenos ilustrados" (1981), en el cual incluye crónicas aparecidas en "El Mercurio" con autores a quien el escritor rinde homenaje y que tuvo una segunda versión en 1997. "Fue una obra muy ligera en términos no de liviandad, sino libre de pluma, muy poco promocionada, y que sin embargo da cuenta de la finura de la mirada de Lafourcade", destacó Guajardo.
"Pero ese tipo de libros, la crónica, el ensayo, la crítica literaria de alguna manera no han sido puestas en valor, o no fueron puestas en valor, porque precisamente la narrativa de Lafourcade fue muy fuerte", explicó.
Su duro estilo
El autor publicó cerca de 45 títulos, siendo uno de los últimos la recopilación de crónicas "Los porotos sagrados" (2006). Fue columnista de los diarios "Las Últimas Noticias" y "El Mercurio", donde también publicó crónicas y entrevistas. Algo que para el profesor de la PUCV, Claudio Guerrero, "le daba cierta presencia en el ámbito cultural". "En ese sentido yo lo considero más como un personaje que un gran escritor, quizás comparado con sus compañeros de generación: José Donoso recibió todos los honores de la crítica literaria, y Enrique Lafourcade ocupó un espacio más secundario, quizás más asociado a anécdotas", sostuvo.
Lo cierto es que el escritor consiguió ser masivamente conocido gracias a su rol de jurado en el programa "¿Cuánto vale el show?", tanto en los años '80 como en los 90, y en el que solía regalar "una palomita", u otro libro, a quienes respondieran sus preguntas. En el espacio compartió con el poeta Erick Pohlhammer, los periodistas Ítalo Passalacqua y Yolanda Montecinos, las figuras televisivas Marcela Osorio, Gonzalo Cáceres y Marlen Olivari. En varias temporadas la conducción estuvo a cargo de Leo Caprile.
Según publicó "La Tercera" el 20 de septiembre de 2014. su hija Nicole tuvo serios conflictos con él producto del programa, pues le enrostraba su dureza hacia los concursantes y, especialmente, su presencia en un espacio tan tosco. "Una vez me dijo: aquí me pagan muy bien. ¿No te gusta estudiar?, pues así te pago la universidad, así que calladita mejor", contó la menor.
Su estilo "duro" y confrontacional no sólo fue durante el programa. Disparó contra el concurso Miss Chile, la Selección Chilena de Fútbol, el Festival de Viña del Mar, la Teletón y sus propios pares. Ello porque no aceptaba la mediocridad y fue ácido frente a la proliferación de libros que no tuviesen ningún mérito literario, salvo contar con marketing suficiente.
En una entrevista a "El Metropolitano" (2001) dijo que "los novelistas chilenos, la mayoría, no oculta su vocación entusiasta por el tedio, por las fealdades de una prosa hecha con rudimentarias artesanías, sirviendo historias triviales, burradas domésticas, dolorcillos miserables. La novela femenina, pomposamente ginecológica. La masculina, donde predominan las torturas y los torturados de los venceremos. Todo esto pone a la vista limitaciones, talentos crudos".
Sus dardos fueron, incluso, a compañeros de generación como José Donoso o Jorge Edwards. Éste último comentó, según recogió "La Tercera", que "podía ser muy puntudo y agresivo, pero siempre tenía cosas respetables que decir. A mí me atacó muchas veces y cuando gané el Premio Cervantes, dijo que lo había obtenido por mi capacidad para pasearme por los salones europeos". También dijo a radio La Clave "estoy triste por la muerte de Enrique Lafourcade".
Conocida es su polémica con Raúl Zurita, luego que éste obtuviera el Premio Nacional de Literatura en 2000, al que en una columna trató de "patero y un genuflexo". Luego de que el poeta, molesto por el cuestionamiento, llamara por todos los medios a no darle nunca un premio al autor, éste reaccionó en una de sus columnas dominicales: "Y todo porque lo encuentro un escritor en decadencia, gateando indigno tras el poder, lamiendo tronos y manos de poderosos".
Sin el nacional
Y si bien obtuvo galardones como el Municipal de Literatura de Santiago en 1959, el María Luisa Bombal (1982) o el Gabriela Mistral, el Nacional de Literatura siempre le fue esquivo. El año pasado sus hijos, Octavio y Dominique, lo postularon por última vez, pero tampoco lo consiguió.
En una entrevista que el propio autor dio a "El Mercurio" el 3 de febrero de 2001 dijo que este galardón "es un premio político y se da por favores y servicios políticos; no por merecimientos literarios".
Un aspecto en el que concuerda el escritor y editor Ernesto Guajardo: "Los Premios Nacionales tienen que ver con la calidad de la obra literaria, pero también tiene que ver con otras variables claramente. Y variables tanto políticas como sociales que no necesariamente dicen relación con la obra en sí".
"Personalmente -continuó- no tengo ningún documento, ninguna fuente, pero me da la sensación de que la dificultad de encasillar políticamente a Lafourcade, o su devenir, de alguna manera tuvo alguna incidencia con ello (ganar el premio)". Explicó que "desde la novela 'Salvador Allende' hasta 'El gran taimado' hay un arco político, un desarrollo político en el pensamiento y en la obra de Lafourcade que, sospecho, incide en si se le entrega o no se le entrega el premio".
últimos años
Casado en primeras nupcias con Maria Luisa Señoret Guevara, viajo con ella a EE.UU. en 1959 tras obtener la beca Fulbright para estudiar y perfeccionarse en la Universidad de Iowa, donde trabajó con el periodista y novelista estadounidense Vance Bourjaily.
Profesor visitante en los Estados Unidos desde 1960, Enrique Lafourcade dictó clases en las universidades de California, Berkeley, Utah, Nuevo México y Columbia, por nombrar algunos. También estuvo casado con la escritora y periodista Marcela Godoy Divin y convivió durante siete años con la escritora viñamarina Marta Blanco.
Su última relación fue con la pintora Rossana Pizarro García, con quien pasó los últimos 26 años y quien estuvo con él cuando comenzó la enfermedad de alzhéimer que lo llevó a reclutarse primero en Coquimbo, y luego volver a Santiago.
Además, fue padre de tres hijos: Dominique, Octavio y Nicole. Los dos primeros viven fuera de Chile, por lo que a través de su cuenta de Twitter la mayor anunció que "ni mi hermano Octavio, ni yo, podremos estar presentes en el funeral de nuestro padre Enrique Lafourcade Valdenegro - el viaje en sí tarda 24 horas y entierro tendrá lugar antes de nuestra posible llegada".
En conversación con "La Tercera", Dominique contó que "mi relación con mi padre fue fundamentalmente epistolar a partir de 1973. A ambos nos gustaba escribir cartas largas, personales, a veces íntimas, varias veces al mes. Tengo cientos de cartas de mi padre. Es un diario de vida en epistolar".
Sus restos fueron trasladaos hasta la Parroquia Santa María de Las Condes y esta tarde se realizará su funeral en el Cementerio General en horario que se informará.
"No tengo ningún documento, ninguna fuente, pero me da la sensación de que la dificultad de encasillar políticamente a Lafourcade, o su devenir, de alguna manera tuvo alguna incidencia con ello (ganar el Nacional de Literatura)"
Ernesto Guajardo, Escritor y editor porteño
"Literariamente, creo que fue el que promovió más la idea de una generación del '50 (...), la idea de un grupo de escritores que se juntaba en el Parque Forestal a leer sus textos, a comentarlos"
Claudio Guerrero, Académico PUCV