El sentido adiós de Oneto: "Para mí fue el retiro, Lima fue lo último"
BALONMANO. El pivote quilpueíno analizó lo que dejó la medalla de plata en los Panamericanos. Pese a los sacrificios y sinsabores de años, afirmó que recorrería el mismo camino.
La final panamericana contra Argentina todavía da vueltas en la cabeza de Marco Oneto. O quizá el juego de su mente ha ido más allá, haciéndolo transitar entre recuerdos de alegrías y frustraciones, de festejos y sinsabores.
Y es que para el quilpueíno la disputa por el oro representaba el capítulo final de una prolífica carrera de más de dos décadas dedicada al balonmano, y que lo llevó, después de mucho sacrificio, a algunos de los mejores clubes de Europa. Lejanos y difusos aparecen ya esos días en que con menos de 18 años partió a probar suerte al Viejo Continente.
Llegar a la instancia decisiva en Lima 2019 era una deuda que el pivot anhelaba saldar después de dos bronces consecutivos: era algo que venía buscando desde los Panamericanos de República Dominicana en 2003. El sueño se cumplió, pero la medalla de plata lo dejó con sentimientos encontrados, ya que también se conjugan otros elementos.
"Después de la disputa de la final panamericana quedé mal. Era un día muy complicado para mí en lo personal y no haber podido llevar el oro para Chile y haber honrado la memoria de mi papá, que cumplía un año de su muerte, me tiene y me dejó bastante tocado", reconoce Oneto.
"La derrota pasó por varios sentidos, pero Argentina fue mejor que nosotros, nos leyó mejor, planificó mejor, y sobre todo estaban más frescos. Para nosotros todo el torneo fue muy agotador, llegamos muy cansados a la final. La semifinal efectivamente nos pasó la cuenta, fue un partido muy, muy intenso, nunca habíamos tenido a Brasil así, nunca le habíamos ganado a Brasil, ni siquiera empatado, entonces fue algo que nos consumió muchísimo", agrega.
Lima 2019 fue especialmente agotador para Marco Oneto. De hecho, a punto estuvo de no viajar a Perú. Con una hija prematura, mantuvo en suspenso su participación hasta última hora; su incorporación solo se concretó una vez que ella salió de la UCI con apenas cuatro meses de vida.
"Teníamos toda la intención de haber vuelto antes a Chile y prepararme como corresponde en los últimos meses para este torneo, pero lamentablemente no pudo ser así y eso te pasa la cuenta, eso es indudable", admite, tomando en cuenta que su último partido oficial fue en el Mundial de principios de este año.
"Fui ganando forma acorde iba teniendo partidos. Llegué a un buen nivel contra Brasil, pero lamentablemente por no tener un buen estado físico no lo pude mantener contra Argentina, físicamente pagué mucho lo de las semifinales y en la final no conseguí estar como debía", añade.
Por eso, Lima 2019 para el jugador debía ser el broche de oro para su carrera, y en cierta forma lo fue.
"De momento sí, es mi último partido, no quiero pensar en un mañana. Sigo siendo consecuente con lo que he dicho y para mí fue el retiro. Ojalá pudiera retirarme en casa, pero eso no va a pasar. No tenemos ningún torneo en casa, por lo que Lima fue lo último. Feliz por ello en el sentido que terminé con un gran logro, a pesar de que no fue el oro, pudimos dejar el balonmano y el deporte en Chile en lo más alto", resume.
¿Si le tienta jugar el Preolímpico para ir a Tokio 2020, algo inédito en el balonmano? Oneto se sincera: "Por supuesto que me tienta un Preolímpico, pero no lo tengo previsto, no sé ni cuándo ni dónde es, ni nada. No lo tengo dentro de mi calendario ni dentro de mis planes".
"lo volvería a hacer"
Con un tono cargado de emoción en su voz, Oneto sigue vagando entre sus recuerdos, y a ratos pareciera perderse en ellos.
"Mirando en retrospectiva, lo volvería a hacer", afirma. "Se pagó un precio enorme en varios momentos de la selección, con problemas tanto internos como externos, pero es lo que me motiva. Yo tuve en 2011 tuve la posibilidad de nacionalizarme español, y tuve un contrato en mesa, listo y firmado, para jugar con la selección de Italia, porque tengo doble nacionalidad. Y aun así decidí volver a jugar con Chile, porque hubo un tiempo en el que no estuve jugando con la selección por un problema que tuve con una directiva pasada. Volví a jugar con Chile porque es mi selección, es mi gente, es mi país, y a pesar de todos los sacrificios y las cosas que tuvieron que hacerse, no me arrepiento para nada, lo volvería a hacer mil veces. No hay otro lugar en el que me sienta más parte que aquí", sentencia Oneto, considerado por muchos el mejor jugador en la historia del balonmano chileno.
"De momento sí, es mi último partido, no quiero pensar en un mañana. Sigo siendo consecuente"
Marco Oneto, Seleccionado nacional
¿Y después del balonmano, qué?
De regreso en Chile, Marco Oneto se ocupará de su familia, fundación, empresa y el club que creó a fines del año pasado. También deberá asumir un cargo como entrenador en Promesas Chile en Valparaíso. "Es un honor grandísimo. Me esperaron a mi vuelta para poder realizarlo", confiesa, emocionado. "Estamos definiendo los lugares para el desarrollo, pero lo más probable es que sea en el interior y en la costa para poder darle a todos los chicos la posibilidad de que puedan asistir", detalla el ahora exseleccionado nacional.
37 años tiene Marco Oneto. El 2000, con apenas 17 años, el deportista pasó a integrar las categorías juveniles de Barcelona.
2010-2011 la temporada en que el pivote logró su mayor éxito deportivo: ser campeón de la EHF Champions League con Barcelona Borges.
31-27 se impuso Argentina en la final panamericana, que significó en la medalla de plata para Chile y el último partido para Oneto.