Desgarrador testimonio de familiares de desaparecidos
CIUDAD. Entre las posibles víctimas se encuentran dos jóvenes venezolanos y dos chilenos, quienes el pasado martes 13 se reunieron en la escalera Pasteur para celebrar un cumpleaños.
Temor e incertidumbre. Esos fueron los principales sentimientos que durante la jornada de ayer se repitieron entre las personas que llegaron a la intersección de las calles Huito y Aldunate de Valparaíso, para conocer en carne propia los detalles de la nueva tragedia que la tarde del pasado martes 13 de agosto azotó a la Ciudad Puerto, luego que una antigua vivienda, ubicada en la escalera Pasteur del cerro Bellavista, se desplomara sobre un estacionamiento, provocando caos entre los residentes y comerciantes del sector.
La tragedia dejó al menos seis víctimas fatales, de las cuales hasta al momento dos han podido ser identificadas. Ayer, con las primeras luces del día, pudo apreciarse la tragedia en toda su magnitud, estremeciendo al gran número de porteños que acudieron al lugar para ver cómo Valparaíso se convertía nuevamente en una zona de catástrofe nacional.
En dicho lugar, las latas de techumbres, el adobe, la tierra, el polvo y el cemento se entremezcló con los recuerdos de una familia que el martes perdió, de manera inesperada, a dos de sus integrantes: Mónica Bruna, de 53 años, y María Rodríguez, de 82, quienes como cada tarde se encontraban compartiendo en su casa con sus seres queridos, hasta que un fuerte estruendo avisó de la catástrofe que se desataba sobre ellas.
Ayer, en la tarde, las autoridades reconocieron que a dicho fatal registro había que sumar seis denuncias por presunta desgracias, que convertían a Valparaíso en una postal de guerra, tal como sucedió en la explosión de la calle Serrano del 2007 y en el megaincendio del 2014, por nombrar algunas de las tragedias que se han desarrollado en la Ciudad Puerto durante los últimos años.
"no llegaron a casa"
Este trágico hecho impactó de forma especial a Abilio Rondón, venezolano residente en Chile, quien ayer, a primera hora, llegó a la calle Huito, buscando respuestas sobre el paradero de dos de sus compatriotas: Carlos Mendoza, de 21 años, y Eduardo Flores, de 18, quien junto a los chilenos Enzo Martínez, de 19, y Francisca Muñoz, de 18, se encuentran desaparecidos.
"Ellos se juntaron ese día a la hora del derrumbe en la escalera, pues Carlos (Mendoza) iba a estar de cumpleaños, así que junto a sus amigos chilenos estaban compartiendo antes de la celebración oficial, pues él tiene un hermano mellizo e iban a celebrar juntos su cumpleaños. Sin embargo, no llegaron a sus casas, ni a la de sus amigos o familiares, y hoy (ayer) tampoco respondieron sus celulares, los cuales se encuentran apagados, así que nos organizamos para obtener algún tipo de información porque se encuentran totalmente desparecidos", relató Rondón con lágrimas en los ojos, quien al igual que Mendoza y Flores, pertenece a la provincia venezolana de Valencia, ubicada en el estado de Carabobo.
Con el pasar de las horas, esa preocupación dio paso a la desesperación por obtener algún dato que pudiera entregar alguna certeza sobre la identidad de los jóvenes, que actualmente se mantienen desaparecidos. A ellos se suman dos denuncias más de presunta desgracia. Sin embargo, las autoridades se mostraban ayer reticentes a confirmar las identidades de las personas fallecidas debido a que aún faltaba el rescate de los cuerpos y las medidas de identificación.
"Hasta el momento no han podido levantar totalmente los escombros, y por lo mismo, no han podido sacar los cuerpos para reconocerlos, así que estamos con mucha esperanza esperando el trabajo que va a ejecutar la grúa pluma, pues los cuatro jóvenes andaban juntos celebrando. Es más, uno de los venezolanos envió una foto mostrándose en la escalera a las 19:45 horas aproximadamente del día martes, lo que da a entender que estaban en el sector al momento que se provocó el derrumbe", agregó Rondón.
En este sentido, y sobre los detalles de los desaparecidos, los dos venezolanos, Carlos Mendoza y Eduardo Flores, junto al chileno Enzo Martínez, trabajaban en el restaurante Patrimonio Porteño ubicado en calle Serrano de Valparaíso, lugar donde se reunieron tras la jornada laboral para iniciar la celebración del cumpleaños de Mendoza. Tras eso, se reunieron Francisca Muñoz para dirigirse a la escalera Pasteur, lugar que cada día y especialmente los fines de semana, es concurrida por un alto número de jóvenes para compartir antes de iniciar el denominado "carrete porteño".
Así lo confirmó César Obonaga, venezolano y compañero de trabajo de los tres hombres desaparecidos, con quienes desempeñaba sus labores en el restaurante Patrimonio Porteño.
"Andaban dos venezolanos y dos chilenos, entre ellos una mujer chilena. Sus edades son entre 19 y 22 años y llegaron hasta la escalera porque era un lugar que frecuentaban, pero siempre mandaban mensajes o respondían sus celulares para avisar donde andaban, por eso nos llamó la atención que estuvieran apagados durante la mañana de hoy (ayer) y que sus familias no supieran sobre su paradero exacto, pues no eran chicos que acostumbraran a quedarse afuera de sus casas o a desaparecer sin dar explicaciones. Por lo mismo, queremos que nos entreguen algún tipo de información, porque no sabemos nada sobre ellos y como amigos estamos desesperados", indicó Obonaga.
En tanto, y sobre las acciones de rescate que se han ejecutado a cargo del Grupo Usar del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso para poder encontrar a posibles sobrevivientes a la tragedia, Abilio Rondón precisó que "uno siempre mantiene la esperanza de que todo salga bien, de que estén con vida, pero al mismo tiempo hay que ser realistas, pues existen muchas posibilidades de que estén fallecidos porque es mucho el escombro y lo que cayó encima de ellos, pero estamos pensando en positivo".
A su vez, y tras ser consultado sobre los contactos que se han ejecutado con las familias de los desaparecidos en Venezuela, Rondón explicó que "Eduardo Flores está en Chile con su mamá, quien está desesperada recopilando algún tipo de información. En tanto, en el caso de Carlos (Mendoza) está con su hermano acá en Chile, pero obviamente existe mucha familia que está sumamente preocupada en Venezuela por lo que pueda pasar con ambos jóvenes".
"Nadie sabe nada"
Esta desazón caló de manera doble en Adolfo Suárez, dueño del restaurante Patrimonio Porteño, lugar donde trabajaban tres de los jóvenes desaparecidos, y quien además es el padrastro del chileno, Enzo Martínez, a quien describió como un adolescente tranquilo y sin vicios, aspectos que en definitiva encendieron la preocupación familiar luego de percatarse que no había llegado a dormir a su casa.
"Ellos le dijeron a todos que venían para acá, pues acudían siempre a esta escala a compartir después del trabajo y como uno de los niños estaba de cumpleaños, me imagino que se juntaron a celebrar, pues eran todos jóvenes", puntualizó Suárez, quien agregó que "lo que nos llamó la atención fue que Enzo (Martínez) no llegó a dormir, porque él siempre llega, ya que no bebe alcohol, así que es muy responsable, además después nos dimos cuenta que el teléfono estaba apagado".
En este sentido, y en torno a la coordinación que han generado entre los trabajadores del restaurante Patrimonio Porteño y las familias de los desparecidos venezolanos, Suárez manifestó que "nadie sabe nada, ni los trabajadores, ni la familia de los chicos venezolanos, y la única certeza que tenemos es que todos frecuentaban la escalera y que el día martes se iban a venir para acá a celebrar un cumpleaños. Por lo mismo, decidimos venir a hacernos presentes en el lugar para que las autoridades nos puedan ayudar con alguna información, pero todo es complejo, pues debido al rescate y los escombros y el peso de la loza, todo se vuelve difícil, pero estamos esperanzados porque los equipos van a trabajar durante toda la noche".
"Nadie sabe nada y la única certeza que tenemos es que frecuentaban la escalera y que el día martes se iban a venir para acá a celebrar, pero todo se ha vuelto muy complejo porque no hay información"
Adolfo Suárez, Dueño de restaurante Patrimonio Porteño y padrastro de Martínez
"La escalera era un lugar que frecuentaban al salir del trabajo, pero siempre mandaban mensajes o respondían sus celulares para avisar donde andaban. Sin embargo, hoy (ayer) estaban apagados"
César Obonaga, Venezolano amigo, de desaparecidos