El soterramiento de la vía ferroviaria que cruza transversalmente Viña del Mar significó la liberación de importantes espacios, dando lugar al par Viana-Álvarez con un bandejón central que debe consolidarse como parque urbano.
Dentro de ese dilatado espacio se encuentran los terrenos que desde 1863 ocupaba la estación de ferrocarriles de la ciudad, que incluía desvíos, bodegas y locales para la atención de pasajeros. Actualmente una instalación de superficie en el extremo poniente de ese terreno da acceso a dos niveles de la estación de las ahora soterradas líneas de Merval.
La superficie liberada -cercana a los 9 mil metros cuadrados- está convertida en un sitio eriazo en el centro de la ciudad, entre la calle Quilpué y la plaza Sucre.
En principio esa superficie debe ser entregada a la Municipalidad de Viña del Mar, pero hay indefiniciones en cuanto al uso del suelo. Pedro Pablo Errázuriz, presidente de la estatal Empresa Ferrocarriles del Estado (EFE), espera una decisión municipal para concretar la entrega, poniendo como condición la realización de algún proyecto "que permita darle un poquito de valor a las propiedades de EFE y por eso propusimos la idea de hacer un desarrollo comercial, un bulevar, algo que sea parte del parque, pero también del ingreso a la estación".
En 2018, Germán Correa, el entonces presidente de la empresa, entregó a la Municipalidad un proyecto para construir 45 locales comerciales con espacios públicos, aceras y terrazas. Sin embargo, afirma Errázuriz, EFE ha ido modificando la iniciativa "para irnos adaptando a lo que a la Municipalidad le gustaría, que tiene que ver con la cantidad de metros cuadrados disponibles para hacer la integración entre el parque y la estación". Estima que un 10% de ese terreno debe ser destinado al propuesto bulevar.
En los metros está la diferencia, pues con molestia el diputado Osvaldo Urrutia (UDI), exdirector de la Secpla viñamarina, sostiene que la superficie sobre la cual se debe calcular el centro comercial es de sólo 9 mil metros y el resto sería "franja de utilidad pública", por lo que allí se debe hacer cumplir "con lo dispuesto por el Presidente de la República, que es hacer un parque". Así, el sector comercial se limitaría a 900 metros cuadrados y no a los casi 2.000 de los que habla Errázuriz, partiendo de la superficie total antes mencionada. El administrador municipal, Claudio Boisier, conciliador, reconoce el deseo municipal de recuperar el terreno, la disposición de EFE y el interés comunal para "llegar a la mejor alternativa".
Y en ese sentido se debe avanzar, definiendo metraje y destino, para así terminar ese lunar que hoy significa un sitio eriazo en pleno centro de la ciudad, el que debe dar paso a áreas verdes y a un acotado y armónico uso comercial.