Impacto ha provocado en Placilla y Curauma la decisión de suspender dos de los servicios de movilización colectiva que atendían ese sector, medida adoptada por el seremi de Transportes, José Emilio Guzmán. La determinación tiene su origen en la acumulación de censuras aplicadas a la empresa Codetran S.A., titular de esos servicios, parte de la red TMV que cubre el transporte público del Gran Valparaíso.
La medida, en primera instancia, limita la oferta de movilización para el sector y fue criticada por la delegada municipal para el área, Jennifer Araya, acusando que se tomó "sin saber la realidad local" y que además faltó participación e información a la comunidad.
Puede que en ese aspecto exista una falla si se considera que Placilla-Curauma concentra a una población de casi 40 mil personas, a lo que se suman importantes actividades comerciales y otras vinculadas al movimiento portuario. De cualquier modo, la autoridad actuó ante quejas de los vecinos por reiteradas y comprobadas faltas de los servicios de Codetran S.A.
Reconociendo el impacto, el seremi dispuso que la carencia sea suplida por tres líneas que también atienden el sector, pero que no cubren los puntos del servicio sancionado. El plan de contingencia, que debe ser monitoreado en terreno para evaluar su efectividad, será seguido de un concurso para un nuevo servicio que, afirma la autoridad, "pueda entrar en funcionamiento lo antes posible, con un estándar más elevado no sólo en el cumplimiento de las frecuencias y en su regularidad, que era lo que más adolecía la línea cerrada, sino que también en la calidad de los buses".
Y el punto del estándar del servicio y de la calidad de los vehículos es fundamental, pues parte del recorrido discurre a través de la Ruta 68, con un intenso tráfico de grandes camiones, buses interregionales y automóviles particulares.
Pero este caso es la punta del iceberg. La cuestión de fondo es planteada por el diputado Marcelo Díaz (PS): la urgencia en llamar a una licitación para todo el transporte público del Gran Valparaíso. El actual sistema tiene 14 años de vigencia. "Esto ya no da más… sólo está generando problemas a la población", dice.
El actual TMV es atendido por 10 "modelos de negocios" que cubren con sus máquinas Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Quilpué y Villa Alemana.
El aumento de la población, la extensión de las ciudades y la creciente complejidad del tránsito exigen acometer la largamente postergada licitación de los servicios, buscando justamente el mejoramiento del estándar de que habla el seremi Guzmán. Es un proceso ineludible que incide, directamente, en la calidad de vida de la población, más allá de necesarias sanciones y soluciones de parche como las aplicadas ante el caso de dos servicios de Placilla-Curauma.