Alarmantes cifras de suicidios
Un estudio del Ministerio de Salud y el INE nos dice que el segmento de mayores de 80 años encabeza los suicidios en nuestro país. El problema ahora ya no es la escasez de comida, sino la falta de oportunidades para aquellos que viven muchos más años que antes y diversos factores exógenos.
Un estudio del Ministerio de Salud entregó una cifra sorprendente: los suicidios de los adultos mayores de ochenta años se han duplicado en las últimas dos décadas (13,6 por cada 100.000, uno de los más altos de la región. El número es alarmante y supera, contrario a lo que indica el sentido común, al de los adolescentes durante el último tiempo.
Lo que hace algunos días parecía ser una noticia aislada, el suicidio de un criancero en Chalaco Bajo, Petorca, sumido en una depresión profunda a raíz de la muerte de su hija y, posteriormente, por la sequía que exterminaba uno a uno a sus animales, deja de ser un hecho aislado para transformarse en una señal de alerta para la Región.
Aunque todavía Valparaíso es una zona relativamente joven, el promedio de la mayoría de los habitantes ronda entre los 20 y 30 años, las cifras de las personas que pertenecen a la tercera edad comienzan a crecer significativamente.
Si el padre de la demografía, Thomas Malthus, anunciaba el colapso de la población por la falta de alimentos, el problema ahora ya no es la escasez de comida, sino la falta de oportunidades para aquellos que viven muchos más años que antes, producto de las mejoras en la alimentación y en la salud. En la actualidad, la principal dificultad radica en que ni la sociedad ni el mercado están preparados para hacerse cargo de ellos.
El Ministerio de Salud ha identificado como causa de la mayoría de los suicidios, además de los factores endógenos, otros exógenos como el poco acompañamiento y el pesar que genera en muchos de ellos sentir que son una carga molesta para la familia.
Hace algunas décadas, la muerte temprana de la mayoría de los "abuelitos" permitía que la familia, compuesta de varios hijos, se hiciera cargo, por lo menos, de uno de ellos. Hoy en día ocurre lo contrario, la reducción del número de hijos y las mejoras en las condiciones de salud hace que estos abuelos se transformen en una "carga" que muchas veces termina siendo insostenible, considerando además el aumento del costo de la vida, arriendo, educación y salud.
Hay que agregar, asimismo, otro factor que hace que el panorama sea todavía más oscuro y tiene que ver con la falta de oportunidades de trabajo para los mayores de cincuenta años, quienes deben competir con los jóvenes, la robotización y los inmigrantes. Sume a eso las escuálidas pensiones que reciben los jubilados, pese a haber trabajado gran parte de su vida.
Por ahora, no se ven soluciones concretas para enfrentar este problema, sólo queda en nuestras manos tener un poco de empatía, una pequeña conversación o un gesto amable que ayude a que ese adulto mayor no se sienta como una carga.