Claudio Ramírez
"Valparaíso y sus líderes deben ser capaces de encontrar instancias de diálogo, en las cuales participen todos, y proponer una agenda proinversión realista para la ciudad", precisó el diputado Osvaldo Urrutia (UDI) en relación a la controversia provocada por la decisión de EPV de no persistir en el proyecto del muelle de cruceros.
"Los recursos del Estado tienen que invertirse en proyectos que apunten al mejoramiento integral de la ciudad, que hoy está muy desmejorada y abandonada. Las inversiones en infraestructura portuaria, tanto para pasajeros como para carga, pueden ser asumidas por privados, a través de concesiones, en la medida que el número de recaladas lo permitan", remarcó el parlamentario.
Añadió que la comuna no necesita bloques de apoyo para el terminal exclusivo, sino que "debemos concentrar nuestras energías en trabajar unidos o crear mesas de consenso que permitan atraer y concretar inversiones que otorguen una solución en el corto plazo. La ampliación del T1 y la concreción del T2 devuelven la competitividad al Puerto de Valparaíso en la atención de carga como la de pasajeros".
- ¿Pero respecto al proyecto del muelle exclusivo?
- La empresa EPV debe seguir trabajando para responder al crecimiento de número de naves de crucero, como al aumento de recaladas, con atención preferente en los sitios de atraque, para satisfacer la demanda actual, de mediano plazo y futura de la industria de cruceros.
- ¿Y es inviable a su juicio? Usted fue director de la empresa portuaria.
- Técnica y urbanísticamente el proyecto es viable y a un costo diría que razonable, el problema es cómo lo financiamos, porque los proyectos de infraestructura portuaria se financian vía concesión. La demanda por un terminal exclusivo para puertos no existe porque se fue. Veníamos creciendo, llegando a tener casi 50 recaladas al año, pero por razones que todos conocemos, la demanda se fue a San Antonio. No hay que enfrentarse con el Gobierno porque aquí hay razones económicas y financieras para tomar ciertas decisiones, hay momentos oportunos para invertir. El muelle de cruceros se va a hacer algún día, pero eso sucederá cuando en Valparaíso demostremos que la demanda crece sistemáticamente porque somos capaces como ciudad puerto de atraer a los cruceros porque les prestamos un buen servicio.
- ¿Y cuántos cruceros se necesitarían para justificar la inversión?
- Cuando fui director del puerto, estimábamos que el mínimo necesario eran 100 recaladas, ese era el punto de equilibrio, pero entremedio hay soluciones alternativas. Esto no es blanco y negro. En Valparaíso nunca ha habido muelle exclusivo y a pesar de eso la demanda creció. Hoy existen inversionistas privados dispuestos a ampliar el Espigón, lo que va a permitir un acceso no exclusivo, pero sí preferente.
- O sea, para usted la solución es el T2.
- Esa es una solución real, factible y en el corto plazo, está más a la mano. Pienso que los recursos del Estado, US$ 40 o US$ 50 millones que cuesta este muelle, se pueden invertir en el mejoramiento de la ciudad de Valparaíso y no en el puerto porque ya existen inversionistas privados dispuestos a ampliar el Terminal Dos.
Turismo exige muelle
- Pero el gremio del turismo ha sido enfático en la necesidad de un muelle exclusivo, incluso la directora de Sernatur se manifestó a favor.
- Yo entiendo la posición, entiendo que es la solución óptima, pero el Estado de Chile no puede financiar sin hacer un análisis económico previo, porque los recursos son escasos y tenemos una serie de problemas en otras áreas, los campamentos, el mejoramiento vial, los accesos, en fin, donde a ese monto se le puede sacar una rentabilidad social mucho más alta (...) No le pidamos al Estado que haga un esfuerzo extraordinario, dejando de hacer obras sociales mucho más relevantes y busquemos el acuerdo para tener soluciones intermedias hasta que las condiciones económicas nos permitan hacer un proyecto definitivo tan anhelado por todos.
- Pero ¿por qué no hacerlo ahora entonces?
- Lo primero es recuperar la demanda. El puerto de Valparaíso necesita aumentar la capacidad tanto para carga como pasajeros. Y cuando la carga comience a copar nuestra capacidad no podrá cohabitar en un mismo terminal con los pasajeros, pero eso todavía no ocurre. Entonces, yo prefiero que nos sentemos a conversar y logremos acuerdos razonables y no a prometer sueños que no se van a cumplir en el corto plazo. Los cruceros necesitan solución a corto plazo y lo primero es cómo vamos a recuperar la demanda que se nos fue por irresponsabilidad de algunos y ver cómo los podemos atender de la mejor forma porque están las condiciones, incluido un terminal de pasajeros, pero también hay que hacer inversiones en la ciudad que hagan más atractiva la ciudad al visitante y que se queden el mayor tiempo posible. Creo que allí la ciudad deja mucho que desear.
- ¿Fue muy apresurado firmar un compromiso en medio de una contingencia?
- Puede ser. Había un conflicto, pero siempre la idea ha sido construir un muelle exclusivo y por normas internacionales tiene que ser así. No sólo un muelle, sino que puede ser un terminal (sitio). El puerto requiere hacerlo, pero las inversiones que hacen los privados tienen que ser realistas. Un privado no va a invertir donde no hay demanda. El privado le está haciendo un préstamo al Estado y esos proyectos se evalúan a 20, 30 años, porque más tiempo no tiene sentido, pero creo que hay que ser capaces de encontrar instancias de diálogo a corto y mediano plazo.
"Cuando fui director del puerto, estimábamos que el mínimo necesario (para un muelle exclusivo) eran 100 recaladas. Ese era el punto de equilibrio, pero hay soluciones alternativas, esto no es blanco y negro"