Septiembre, tras prolongados días de festejos, se cierra para millones de chilenos con otro importante gasto: el pago de la tercera cuota de las contribuciones de bienes raíces. El implacable plazo fijado por Tesorería vence el lunes 30. Este impuesto afecta también a una cantidad importante de adultos mayores, especialmente de clase media, cuyo único bien es la propiedad en que residen y sobre la cual deben cancelar un tributo creciente en circunstancias que sus ingresos generalmente son decrecientes, también gravados por aquellos inexorables deterioros la salud que implican altos gastos. Esta realidad ha sido reiteradamente planteada a través de los medios de comunicación con casos que son realmente dramáticos, pues muchas personas deben renunciar a lo que ha sido su vivienda de toda la vida ya que no están en condiciones de pagar un tributo que ha crecido en forma desmesurada.
Lo anterior se debe a que muchas propiedades y barrios enteros se han valorizado y el implacable sistema tributario, asumiendo esa valorización, también aumenta tasación y consecuente tributo. Esto en circunstancias que los propietarios castigados no han buscado esa revalorización y, simplemente, han querido seguir residiendo donde lo han hecho por años.
Ante la reiterada queja que afecta a un sector importante de los tres millones de adultos mayores que hay en el país, Sebastián Villarreal, subsecretario de Servicios Sociales, y Octavio Vergara, director nacional del Senama, afirman en carta a un diario que la reforma tributaria impulsada por el Gobierno en uno de sus puntos postula rebajar la contribuciones a unas 56 mil personas de la tercera edad al "aumentar el tope de los avalúos por inmueble de 75 millones a 128 millones de pesos y, especialmente al establecer una rebaja del 50% del valor de la contribución o que el monto máximo de pago no sea superior al 5% de sus ingresos".
Con esta norma, pendiente en el Parlamento, se busca entregar a esos adultos mayores "una certeza que les permita vivir más tranquilos en la vejez etapa que cada vez es más extensa". Esta materia tributaria es particularmente sensible en la Región, donde la cantidad de adultos mayores es significativa, y se relaciona con el desarrollo inmobiliario que va asociado a una valoración no buscada de muchas propiedades. Así, la norma sería un paso de toda justicia. Pero es solo un paso, Nuestra realidad etaria exige un política global para ese grupo que tiene mayores necesidades que debe enfrentar con capacidades disminuidas por razones económicas o de salud. Así, la inquietud de estos días ante el pago de un tributo, debe asumirse como una expresión más de una realidad social a la que hay que prestar atención prioritaria.