Tomás Moggia C.
El 2019 ha sido un año complejo para Carlos Salazar, presidente de la Corporación Deportiva Social y Cultural Everton de Viña del Mar, una institución que durante el último tiempo se ha transformado en el "caballito de batalla" a través del cual diversas agrupaciones de hinchas oro y cielo esperan a futuro lograr participación al interior de la sociedad anónima viñamarina.
Ya sea con lienzos en el estadio Sausalito, en marchas o distintas actividades, el lema "Abran la Corporación" se instaló con fuerza dentro de las exigencias de los fanáticos auriazules.
Alegando intolerancia y barreras para poder ingresar a la agrupación de socios oro y cielo, la situación escaló al punto que se sucedieron diversos incidentes, entre ellos la protesta en el Novotel durante la cena gala por el aniversario 110 del club.
Y Salazar también lo ha sufrido en carne propia. De hecho en agosto su casa fue apedreada una medianoche y los rayados en su contra se han tomado los muros cerca de su lugar de trabajo. Es más, el directivo relata que el sábado pasado fue increpado en la calle por un tipo que le gritó: "Huevón sinvergüenza, devuelve la Corporación". Hechos que se van sumando y que en más de una ocasión lo han llevado a pensar en dar un paso al costado.
"Desde mucho antes ya estábamos pensando en eso con mi familia", confiesa Salazar, agregando que "yo jamás me he tomado la Corporación ni he sido dueño. Al contrario, mañana mismo hubiera dado un paso al costado, pero tampoco puedo dejar esta situación botada".
Y también se defiende de las acusaciones en torno a que la agrupación está cerrada a los hinchas. "Siempre dijimos que las puertas están abiertas, pero hay que seguir el conducto regular que exigen los estatutos, para lo cual hay que pasar por una comisión de disciplina", explica.
"En las mismas redes sociales tenemos grabado que hemos recibido varias solicitudes de personas que querían ingresar, pero no los acompañan los antecedentes porque nos han insultado, y uno de los estatutos dice que si agredes o insultas verbalmente a cualquier miembro del directorio, quedas automáticamente marginado", puntualiza el timonel de la Corporación, detallando que son cerca de 17 personas las que se encuentran en dicha situación.
"Son jóvenes a los que se les mostró una idea, que por una persona fueron inducidos a que si ellos ingresaban a la Corporación podían recuperar el club, entonces hay muchos que me han dicho lo mismo. No sé quién anda difundiendo esa información, porque nosotros no estamos en condiciones, con suerte pagamos lo que tenemos que pagar", dice.
La acumulación de amenazas, insultos y malos ratos lo llevan a evaluar su futuro en el cargo, y según precisa ha instado a socios del club, muchos de los cuales participan jugando fútbol por la entidad, a que se organicen en estos meses para presentar una lista para las elecciones de marzo de 2020, cuando concluye su periodo.
"Ya es suficiente, si con todo lo que hemos pasado... Primero hay que pensar en lo familiar, porque estás ganándote insultos gratuitamente", asegura, para luego admitir que tras los piedrazos a su casa su señora "entró en una histeria que no la podíamos calmar".
Ever de Gómez Carreño
Pese a los cuestionamientos y dificultades de su mandato, Carlos Salazar se muestra orgulloso, ya que después de un intento frustrado por ingresar a la Asociación de Fútbol de Santa Inés, en el segundo lograron acceder a la Asociación de Fútbol de Gómez Carreño, donde fueron aceptados a contar de 2020.
Serán seis divisiones con las que la Corporación Everton participará: súper senior, senior, primera, segunda, tercera y sub 16.
"Invitamos a todas las personas que se quieran sumar a este proyecto, porque entrenamos martes y jueves en la noche en el CDE, y el domingo hacemos amistosos en la mañana", cuenta Salazar, ad portas de los que serían sus últimos seis meses como mandamás de la Corporación Everton.
El legado: la sede, un terreno y un museo
Independiente de las complejidades, Carlos Salazar está conforme con la oficina sede que la Corporación tendrá en 1 Norte. Además, lo tiene motivado el museo de trofeos y copas previsto para el hall de acceso del Sausalito. "Antes de irme quiero dejar varias cosas en concreto en la Corporación, que ya quedó con un terreno en Achupallas (paradero 8), limpia de deudas y demandas. Ahora tienen todo para seguir trabajando, y lo único que tienen que hacer es el proyecto de permiso de construcción para levantar el gimnasio. Ahí hay una tarea para los que sigan si es que no sigo yo", sostiene el dirigente.
"Ya es suficiente, si con todo lo que hemos pasado... Primero hay que pensar en lo familiar"
Carlos Salazar, Presidente de Corporación, Everton