Correo
Parquímetros en Viña
Por fin el comercio del barrio poniente se dio cuenta que el barrio sin parquímetros es un caos que no sólo les afecta a ellos, al no contar sus clientes con estacionamiento, ya que están ocupados todo el día por personas que trabajan en el sector.
Cuando tuvimos los parquímetros veíamos las calles mucho más ordenadas y con espacio para estacionar.
Esta vez se debe buscar una compañía que tenga una buena reputación y con empleados honestos. Yo fui testigo varias veces cuando los encargados de los parquímetros permitían a personas estacionarse sin darles un ticket y recibiendo el dinero directamente para ellos. Incluso uno, mientras entrenaba a uno nuevo, le comentaba que el debería de hacer lo mismo, seguramente esta práctica tan deshonesta fue una de la causas por las que la compañía administradora de parquímetros anterior quebró.
Lugares como Providencia o Las Condes han implementado parquímetros exitosamente y nuestro barrio merece el mismo servicio. Es tiempo que el orden regrese al Barrio Poniente
Nelson Corley
Parque Barón
Dificil entender tanta polémica respecto a lo que finalmente se haga en el paño de Barón.
Todos los porteños tenemos bastante claro que serán miles y miles de metros cuadrados destinados al comercio ambulante, o "emprendedores" como les llama la autoridad comunal. Con suerte quedará espacio para alojar al Club de Brisca, que la Municipalidad instaló en la calle Uruguay, baños públicos y cocinerías ambulantes incluidas.
Invito a los lectores a darse una vuelta al sector.
Mauricio Díaz Fernández
Festival del Huaso
¿Por qué de una vez por todas no le sacan el sustantivo "huaso" al Festival de Olmué? No se trata de ser purista, pero un festival como éste no tienen nada que ver con nuestras tradiciones ni música.
Rodrigo Reyes Sangermani
Activistas
A sólo dos días de la multitudinaria marcha nacional por el clima, el municipio de San Pedro de la Paz llevó a cabo un plebiscito ciudadano para conocer la opinión de la comuna sobre el futuro del humedal Los Batros.
De las 80 mil personas habilitadas para votar y constituyéndose 243 de 245 mesas para ello, sólo se contabilizaron 15 mil de los 41 mil votos requeridos para cumplir el quórum. Según el diputado Félix González (Partido Ecologista), esto es un balance positivo, dando la excusa de que en las municipales votaron 26 mil. ¿Es menos del 20% del padrón realmente una cifra para estar orgullosos? Si se hace un análisis coherente con la contingencia, esto grafica la profunda desconexión que existe entre el ciudadano común y la causa medioambiental.
Así que podemos reventar las redes sociales con críticas al sistema, organizar un sinfín de marchas y apuntar con el dedo a mil culpables, pero el resultado siempre será el mismo.
Basta de llenarse la boca con palabras vacías y reconozcamos la responsabilidad individual que tiene cada uno de actuar por los cambios que queremos ver. El activismo de las redes sociales simplemente no alcanza.
Bárbara Haas
Campaña del No
A 31 años de la recordada campaña del No para el plebiscito de 1988, sin smartphones, sin redes sociales, sin WhatsApp, ésta se convirtió instantáneamente en una de las primeras campañas virales en la historia de la publicidad en Chile.
El impacto que produjeron sus contenidos en la ciudadanía, cuando la realidad de los medios estaba marcada por la censura y la falta de apertura, fue de tal magnitud que quizás sólo la Selección Chilena de fútbol haya generado tantas interacciones entre las personas.
"La mayoría silenciosa", como se le llamaba a la gran clase media, se informaba por medios controlados e ideológicamente favorables al gobierno militar. Sábados Gigantes reinaba en el rating junto al Festival de la Una, regalando dinero y enseres como consuelo a una situación económica en crisis. La cobertura de las protestas de esos años era ínfima. Pero todo eso cambió con la franja política de la campaña del plebiscito.
El tono informal, abierto, humorístico y humano de la franja llenó un vacío de información que liberó a la gente de sus miedos y culpas. A la mañana siguiente, el tema del día eran los microspots o cuñas de la franja. El jingle "Chile la alegría ya viene" fue un hit. El concepto estaba ahí en un himno de estadio, franco y directo. El boca a boca fue inmediato
La franja del SÍ y el NO es parte de nuestra historia, llena de luces y sombras. Lo que se viralizó en aquellos días fue la idea de que era posible la democracia, a pesar de todo lo vivido, y que era posible reconciliarnos. Un fenómeno sociocultural como nunca existió en la historia de las comunicaciones en Chile y de la publicidad en particular.
Ricardo Sierralta C. Académico Escuela de Gobierno y Comunicaciones, Universidad Central