"En Chile tenemos 25 años de retraso en el manejo de la sequía, por eso urge tener un Ministerio del agua"
"Ineficiente". Así define el manejo de la crisis de recursos hídricos del país Elir Rojas Calderón, geógrafo y director del Área Cambio Climático del Centro del Agua para América Latina de la Unesco y asesor en esta materia de las comisiones de Recursos Hídricos de la Cámara y el Senado. A su juicio, la compleja situación que se está viviendo en el país es un tema que se sabía hace más de 20 años. "No se tomaron la medidas necesarias y ahora estamos viviendo un escenario con resultado incierto", remarca.
- La sequía en la zona lleva varios años. ¿Es un ciclo climático que llegó para quedarse?
- La sequía está definida en la convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación, y que está vigente en Chile desde el 13 de febrero de 1998 y que adhiere porque históricamente hemos estado afectados por sequías. Hay registros que parten en 1541. Y si la norma es haber tenido periodos de dos o tres años, ésta ya lleva 10 años y se mantiene. O sea, vamos a entrar en el año 11. Lo preocupante es que esta es una situación que había sido informada por diversos organismos. El programa de la FAO nos habla de gestión del riesgo de sequía que se iba a producir el año 2010. Y esto va de la mano con el informe que hizo el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia de la Universidad de Chile, que habla de una megasequía a principios de la década. O sea teníamos dos documentos que hablaban de este fenómeno. A esto se agrega lo que menciona el Programa Hidrológico Internacional, en un taller que se hizo en 1995, que menciona cómo enfrentar esto con una mirada multidisciplinaria. Entonces, nunca hemos estado ajenos a esto. De lo que más tenemos memoria es la sequía de 1968 que genero un impulso a nivel de Estado relevante.
- Cuando comenzó el cambio de horario para aprovechar la luz solar...
- Sí, para ahorrar agua para la energía hidroeléctrica. Pero bueno, en ese periodo se realizan una serie de acciones como construcción de embalses mayores y gracias a eso es que se ha podido enfrentar de alguna manera lo que vivimos hoy. A partir de esa sequía nace el proyecto Río de la Unidad, a cargo de la Corfo, luego se va a Obras Públicas donde se crea un departamento que se dedica a estudiar la realización de un acueducto para el trasvasije de agua desde la zona sur hacia el norte. Lo importante es que tenemos una convención de la ONU vigente que define qué es desertificación y qué es sequía, y a eso debemos atenernos. Y como los tratados internacionales establecen en sus decretos el cúmplase y llévese a efecto como ley, éste es un instrumento que debe ser cumplido tanto por el sector público como por el sector privado.
- ¿Dónde está el nudo?
- No sólo hay una falla estructural de la administración del Estado y del sector público, sino que también pondría énfasis en los municipios que pueden acceder a presupuestos para enfrentar escenarios catastróficos. En especial cuando el 50% de la región presenta diversos grados de desertificación. Es decir, suelo con capacidad de producir alimentos que se está perdiendo. Eso fue medido en 1997 por la Conaf a través de un documento que se llama el Programa de Acción Nacional contra la Desertificación que se ejecuta en cumplimiento del tratado. Claramente estamos muy atrasados en implementar acciones para combatir la sequía y también a lo se asocia al cambio climático.
- ¿Cuál es su efecto?
- Lo que hace el cambio climático es acentuar y agravar un fenómeno en el que teníamos experiencia desde 1541, pero en todos estos años no supimos reaccionar y prepararnos para estos eventos. Así y todo es necesario separar aguas. Un problema es el agua potable de consumo humano, que en esta región nunca ha fallado y el desagüe de las aguas servidas; otro son los Comités de Agua Potable Rural, las APR, donde sí hay fallas porque son administradas por los propios vecinos; luego viene el agua para uso industrial y el agua para uso agrícola. Y en el caso de la agricultura el gran problema que hay en la región es el riego por gravedad, riego tendido que deja que el agua escurra. El riego tecnificado permite medir exactamente qué requiere cada plantación en cuanto a la cantidad de agua. En Chile el 70% es riego tendido y eso implica que hay un 70% de agua que se pierde. Por eso es urgente que se realice un cambio normativo para que se obligue a que todo el riego sea tecnificado.
- ¿Cuál es el riesgo de que el desierto avance hacia la región?
- El desierto de Atacama existe debido a un proceso geológico que ha tomado millones de años. Lo que tenemos ahora es una condición de desertificación, tanto rural como urbana, en que estamos perdiendo suelos de calidad para producir alimentos y para uso recreativo. Y cuando tenemos una mala gestión del agua, especialmente cuando hay una condición crítica como la sequía, ese índice aumenta. Y si ya tenemos en la región un 50% de desertificación, medido el año 97, a la fecha las comunas que estaban en condición leve aumentaron a condición moderada y las que estaban en condición moderada aumentaron a condición grave.
-¿En este contexto cómo califica la situación en la región?
-Crítica. Tener 10 años de sequía es una situación compleja que no será fácil revertir. El costo mayor está asociado a lo que se definió en el Comité Técnico sobre Desertificación y Sequía junto con el PNUD y la Conaf, y que es el costo de inacción y ese costo va a ser más caro por no haber actuado y no haber hecho las inversiones necesarias cuando ya sabíamos que esta situación se venía. El año 2000 la Oficina Mundial de Meteorología en Ginebra informó que de los 25 modelos predictivos de precipitaciones, 24 modelos decían que en Chile ya no volvería a precipitar como estábamos acostumbrados. Ahora tenemos el problema encima y no supimos reaccionar.
- ¿Cuán atrasados estamos?
- Un cuarto de siglo.
- ¿Hay riesgo de racionamiento?
- Por supuesto. Y es más, en mi opinión, creo que sería sano y sería una buena forma de preparar a la población que comenzáramos con racionamientos para que estemos preparados en el momento en que enfrentemos una crisis hídrica mayor.
-¿Podríamos quedarnos sin agua?
-Así como vamos, con el nivel de poca conciencia del uso del agua a todo nivel, podríamos tener problemas graves de abastecimiento de agua potable urbana.
- ¿Qué debiera hacer el gobierno?
- Esto no es sólo el problema de un gobierno sino que se trata de la proyección de un país que debe tomar decisiones a 100 años plazo. El uso del agua no puede depender de programas a tres años plazo, incluyendo los municipios. En Chile tenemos más de 100 organismos que tienen relación con el agua y en esa "burocracia" del agua gastamos más de tres mil 500 millones de dólares. Pero estos organismos no están logrando resolver los problemas macro y a largo plazo del país. ¿Falta una institucionalidad del agua? Sí. ¿Se requiere una subsecretaría del agua? Obviamente. Y mejor sería un Ministerio del Agua. Tenemos ministerios de todo tipo pero ninguna actividad humana funciona sin agua. Todo depende del agua. Todas las capitales regionales del país debieran tener una planta desalinizadora. Sin embargo, el problema no es que no tengamos agua, el problema es que la gestión del agua es mala.
"Si ya tenemos en la región un 50% de desertificación, medido el año 97, a la fecha las comunas que estaban en condición leve aumentaron a condición moderada y las que estaban en condición moderada a condición grave"
"Creo que sería sano y sería una buena forma de preparar a la población que comenzáramos con racionamientos para que estemos preparados en el momento en que enfrentemos una crisis hídrica mayor"