¿Y quién podrá defendernos?
Patricio Young , Asistente social, Magíster en Sociología
El Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, como los acuerdos para las demandas sociales, está mostrando una nueva manera de hacer política que, sin duda, se debía haber dado hace mucho tiempo, pero que nos muestra que vamos por buen camino.
Ahora, si bien quedando aún muchos problemas por resolver y el país va enfrentando la violencia social propia de la injusticia, no ha sabido cómo salir de la violencia destructiva que nos embarga. Sabemos que son sólo un grupo muy pequeño de anarquistas, antisistémicos y carteles de droga que manejan a los nini como carne de cañón.
En efecto, en nuestro país hay 600.000 ninis, personas que no trabajan ni estudian, personas que no tienen presente ni futuro y que están tomados por la droga y el alcohol. Nuestra sociedad no ha sido capaz de acogerlos y resolver esta situación. Son uno más de los invisibilizados, excluidos y violentados.
Esta ha sido su hora para visibilizarse frente al país. Es sabido que antes de realizar los vandalismos y saqueos consumen alcohol y droga. Eso ya ha sido grabado y circula en redes sociales.
La violencia, de ningún tipo se justifica, porque, como decía Gandhi, "cuando la violencia produce un bien, ese bien es sólo temporal y el mal que hace es permanente". El problema es que no sabemos cómo contener esta violencia que ha superado a nuestras fuerzas de seguridad.
Es cierto que estas fuerzas han cometido errores y han atentado contra los derechos humanos, pero también es muy cierto que han debido trabajar en condiciones extremas, muchas veces sin comer ni dormir. No podemos sólo criticar el abuso de la fuerza sin junto a ello criticar al violentismo y al vandalismo.
No puede ser que se permita que se les lancen bombas molotov, que son consideradas armas, sin que puedan hacer uso de las suyas. No es posible que grupos muy bien organizados les hagan emboscadas, le tiren piedras y palos y no puedan defenderse. Eso es absurdo e intolerable.
Ellos están defendiendo nuestra integridad y no podemos dejarlos indefensos frente a estos grupos. Así no saldremos de la violencia, porque a estos grupos les interesa poco o nada los acuerdos sociales a los que se lleguen. Ellos están en otra.
Más allá que sea necesario una reingeniería de Carabineros y la Policía de Investigaciones para que cumplan mejor sus funciones y la generación de leyes que castiguen como se debe los saqueos y la violencia contra Carabineros, es necesario en este momento apoyarlos y comprender que su tarea es compleja.
Es urgente que ahora el Gobierno y el Parlamento se encierren para buscar juntos una forma de terminar con esta violencia, ya que sin paz no es posible cumplir a plenitud los compromisos sociales que se están contrayendo por el bien del país.