"Solución pacífica mantiene unidas a las comunidades"
Cuando Alex Guzmán Manríquez -quien juró hace unas semanas como juez titular- llegó a Isla de Pascua para asumir como juez interino del Juzgado de Letras y Garantía del territorio insular, encontró el inmueble que lo albergaba en el suelo. Esto tras el incendio del 29 de enero provocado por un grupo de personas cuando se realizaban protestas por un homicidio registrado en ese lugar.
Como lo esperaba antes de arribar, tanto los habitantes de Rapa Nui como los funcionarios que se desempeñan en el tribunal, estaban abatidos y atravesaban un momento complejo que ponía en jaque la sana convivencia y el trabajo de administrar justicia a kilómetros del continente.
Por ello, asumió como propia la tarea de restablecer los vínculos entre el Poder Judicial y la comunidad Rapa Nui, a pesar de que había un proceso judicial en curso debido al incendio, y de que -además- se trataba de un juez nuevo que recién comenzaba a vincularse con los habitantes de Isla de Pascua. Hoy, tras haber jurado como juez titular de ese tribunal, enfrenta la labor con entusiasmo y muchas ganas de trabajar.
- ¿Cómo asume su nombramiento?
- Lo asumo como un gran desafío porque significa reordenar y reorganizar un tribunal que sufrió un tremenda pérdida producto del incendio del 29 de enero de este año, tras lo que hemos estado trabajando ya desde que ocurrió. Afortunadamente fui interino durante todo este periodo, por lo tanto esta designación es la continuación del trabajo que venimos haciendo junto a los funcionarios para acercarnos a la comunidad de la isla. Se trata de un trabajo sistemático con mucha entrega, sobre todo de parte de los funcionario, y personalmente en lo que he podido aportar ha sido en reorganizar un poco el Juzgado, generar nuevas forma de trabajo para acelerar los tiempos de tramitación y con eso otorgar respuestas más rápidas que es lo que la gente necesita. A través de eso, además, queremos acercar el tribunal a la comunidad, y con ese propósito hemos hecho un par de seminarios durante este año que han significado que el tribunal salga de sus dependencias, que se baje del estrado y que se sienta parte de la comunidad.
- ¿El atentado que sufrió el juzgado en enero de este año, respondió a que existía alguna distancia con la comunidad?
- Creo que fue algo multisectorial, en el que se dieron muchos factores, sobre todo por la situación de aislamiento geográfico que tiene la isla lo que evidentemente genera problemas porque las decisiones se toman acá, en el continente. Hay una sensación de que existe un cierto abandono y olvido de la isla cuando no estamos en la contingencia. Ese es un problema que debemos enfrentar día a día, porque los problemas que se puedan generar dentro del tribunal como con los usuarios, no son visualizados por parte de las autoridades de nuestra jurisdicción y sabemos que no es porque no lo quieran, sino que por un tema de ubicación geográfica que dificulta el tema mucho más.
-¿En qué sentido?
-Las comunicaciones desde la isla al continente tampoco son las más óptimas y eso hace dificultoso el contacto. Esto redunda en que haya un cierto descontento no sólo hacia el Poder Judicial, sino respecto de toda la institucionalidad. Por eso, estamos trabajando en restablecer ese nexo, estamos tratando de reencantar a la población y de acercar posiciones, de manera que entiendan que la solución pacifica de los conflictos es lo que mantiene unidas a las comunidades y que eso ayuda a perpetuar sobre todo la etnia Rapa Nui que es lo que a nosotros nos interesa sobremanera darle la debida protección.
- ¿Es necesario adaptar la justicia al contexto cultural y social propio de la Isla y sus habitantes?
- Sí, tiene que haber una adaptación de la justicia, tenemos que hacer aplicación de normas internacionales, como el convenio 169 de la OIT y normas de protección especial a los pueblos originarios a través de la Ley Indígena. Además, contamos con una ley especial que es la Ley Pascua y contamos con otra ley de reciente aplicación que es la Ley 20.070 de residencia y permanencia en la isla. Se trata de normativa especial para el territorio insular, por lo que sí tenemos que hacer una adaptación respecto del campo normativo existente en la isla y al hacerlo logramos que los usuarios se sientan acogidos, escuchados y sientan que sus problemas son solucionados de alguna manera. Sabemos que no siempre van a tener la solución que ellos quieren, pero principalmente creo que lo más importante es escuchar a las personas y que entiendan por qué uno ha tomado determinada resolución. Si no fuese así la resolución se torna tiránica y no democrática y personalmente creo que las decisiones tienen que ser democráticas, es decir, entendidas por los usuarios y razonadas.