Sin hinchas en las gradas, el Decano gritó campeón con la copa en mano
FÚTBOL. En una celebración íntima en el estadio Elías Figueroa, sin presencia de público por los incidentes del domingo por la noche, Santiago Wanderers recibió el trofeo de la Primera B.
Al grito de "dale, campeón", Santiago Wanderers recibió ayer la copa que lo acredita como monarca de la temporada 2019 de la Primera B en la cancha del estadio Elías Figueroa Brander, esa que por momentos parecía inexpugnable: de 13 partidos jugados en Playa Ancha, el Decano dejó escapar puntos sólo cinco veces, con tres empates y dos derrotas.
Como muchas otras ocasiones, el camino había sido largo y tortuoso, tanto dentro como fuera del campo de juego. Después de un complicado inicio en la segunda rueda, donde parecía que al ascenso se esfumaba una vez más, los verdes alcanzaron la primera plaza hasta que a falta de tres fechas del término del campeonato el estallido social paralizó el fútbol nacional. Luego vino la incertidumbre, las negociaciones entre clubes y los Consejos de Presidentes que primero dejaron al Decano sin ascenso para después echar pie atrás y decretarlo como justo campeón y acreedor del retorno a la máxima categoría.
Pero la ceremonia de ayer por la tarde estuvo lejos del jolgorio y el júbilo de los festejos callejeros de los días previos.
La celebración fue íntima, con el plantel acompañado por familiares y algunos dirigentes y funcionarios caturros, pero ni un alma en las gradas del coliseo playanchino. El "Eseaene", con la copa en las manos del meta y capitán Mauricio Viana, se escuchó sin el ensordecedor coro de la siempre bulliciosa fanaticada verde.
¿La razón? El gobernador provincial de Valparaíso, Gonzalo Le Dantec, le bajó el pulgar a la celebración con la que el club tenía contemplado recibir a unos 10 mil hinchas en el Elías Figueroa, debido a la balacera en el Parque Italia con la que terminó el festejo del domingo por la noche.
En el club, más allá de otros trascendidos, manejan la misma tesis que en la gobernación: se trató de un ajuste de cuentas entre dos conocidos piños de la barra caturra, los mismos que terminaron a cuchillazos en la galería norte en el duelo ante Cobresal en septiembre del 2018.
"Estamos contentos porque finalmente pudimos levantar la copa. Nos costó mucho poder llegar a este punto, pero finalmente primó la justicia deportiva. Lamentamos no haber podido contar con nuestra hinchada en el estadio, se sintió muy extraño levantar la copa sin ellos, pero no aceptaron la propuesta de 10 mil personas que habíamos solicitado producto de los incidentes", comentó el timonel caturro Rafael González Camus.
Pese a ello, se buscará durante los próximos días la forma de poder presentar el trofeo ante los porteños. A priori, hay dos alternativas: la plaza Sotomayor y la plaza Cívica, frente a la Intendencia.
Dos estandartes
"Se hizo justicia deportiva, que era lo que todos estábamos apelando", fueron algunas de las primeras palabras del técnico Miguel Ramírez, con la medalla colgando sobre su pecho.
A falta de una reunión entre su representante y los dirigentes, "Cheíto" dio luces sobre su futuro. "Lo fundamental es primero estar en un lugar donde a uno lo quieran", comentó, para luego ahondar en la identificación que ha sentido en Wanderers, agregando que "siento que hay tarea todavía por cumplir". La determinación no debería pasar de esta semana.
De todas formas, y delineando el próximo plantel, es consciente que no será sencillo dada la merma de recursos. "Es una diferencia bien considerable", dijo, recalcando que "si llegamos a buen puerto en las negociaciones, esperamos hacer un equipo competitivo para también aspirar a algo, no participar, sino que competir y demostrar que este Wanderers está para grandes cosas".
Ramírez, eso sí, reconoció que tiene una conversación pendiente con Nicolás Ibáñez relacionada con la propiedad del club, y lamentó la ausencia de los hinchas en la celebración: "Lo importante es que nos acaban de entregar la copa que nos califica como reales campeones".
Néstor Canelón, otro estandarte de la campaña, con cierto dejo de tristeza ante la ausencia de su familia, comentó que "somos justos campeones, no nos regalaron nada, nos merecemos cada una de las medallas y el trofeo hermoso".
¿Su futuro? "Me gustaría jugar con Wanderers en Primera el próximo año, me encantaría. Sería un sueño hecho realidad, estamos avanzando y esperemos que todo vaya bien".
El festejo del campeón continuó ayer por la noche con una cena íntima, a la espera de volver a Primera División.
Los jugadores ausentes en Playa Ancha
Uno a uno la voz del locutor del estadio Elías Figueroa Brander fue llamando a los grandes protagonistas del campeonato y ascenso de Santiago Wanderers a Primera División. Entre ellos destacaron cuatro grandes ausentes: Elías Hartard, Jorge Ampuero, Gustavo Lanaro y Adrián Cuadra. El último estaba perfectamente excusado: se encuentra participando con la selección chilena sub 23 en un microciclo hasta el 14 de diciembre en el Complejo Juan Pinto Durán. La ausencia del resto es una incógnita, pero mientras Hartard y Ampuero de seguro no seguirán en el club, Lanaro al menos tiene una leve opción.
"Si llegamos a buen puerto en las negociaciones, esperamos hacer un equipo competitivo para aspirar a algo".
Miguel Ramírez, DT de Santiago Wanderers
Medel y Gutiérrez quieren seguir
Dos de los grandes referentes del plantel de Santiago Wanderers, Marco Medel y Enzo Gutiérrez, comenzarán días cruciales para definir su futuro en el club porteño. Ambos coincidieron en el descenso a Primera B, en participaciones internacionales y en el trofeo de Copa Chile. También en el retorno a la máxima división del fútbol profesional. Los dos concuerdan también en sus próximos pasos: quieren seguir ligados a la institución para jugar en Primera y, por qué no, concluir su carrera con la camiseta del Decano.
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