El IPoM 2019: un bien público
Alejandro Corvalán Quiroz , Doctor en Economía, Universidad de Cantabria. España
El pasado 5 de diciembre se presentó el Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central ante la Comisión de Hacienda del Senado. La entrega se adelantó unos días dada la crisis social que se inició el 18 de octubre, la cual "se ha caracterizado por reclamos sociales que han llevado a la discusión de cambios institucionales relevantes -como una nueva Constitución- y presiones legítimas por beneficios y derechos sociales con importantes implicancias fiscales. Este proceso, sin embargo, ha sido acompañado de episodios de violencia, significativos y prolongados, los que han provocado importantes disrupciones en el sistema productivo, incidiendo fuertemente en una menor actividad y debilitando el empleo". Un primer punto a relevar es que este IPOM se concentra sólo en sus dimensiones económicas y en sus implicancias para la política macroeconómica y la política monetaria en particular.
En este escenario macroeconómico el IPoM asume que la actividad tendrá una caída anual de 2,5% en el cuarto trimestre del año, con lo cual el PIB total del 2019 acumularía un crecimiento en torno al 1,0%, por debajo de lo previsto en septiembre que se estimaba entre 2,25 y 2,75 por ciento. Esta proyección contempla que tanto el consumo como la inversión tendrán variaciones anuales negativas en la última parte de 2019, con una debilidad especialmente concentrada en sus componentes transables.
En lo referente al consumo, diversas encuestas muestran que la confianza de las personas se deterioró de manera significativa después del 18 de octubre, entre las cuales se destacan la caída de las percepciones respecto de la evolución presente y futura de la economía, la situación económica personal, el empleo y el momento para comprar bienes durables, que anota los niveles más bajos desde que existe registro (marzo 2002). En el mercado laboral se plantea que de mantenerse la relación histórica entre la demanda de trabajo y la actividad, la tasa de desempleo podría superar el 10 % a inicios de 2020. En cuanto a la inversión, su evolución esperada para 2020 se corrige de forma importante, proyectándose una caída de 4% anual en el escenario base, lo cual responde a un descenso significativo de la inversión privada no minera.
La elaboración de este IPoM ha impuesto al Banco Central desafíos muy relevantes respecto a otros Informes anteriores. Hoy estamos frente a un shock interno que ha aumentado de manera repentina la incertidumbre en muchos ámbitos, con lo cual dimensionar el alcance y persistencia sobre las variables económicas y financieras ha sido y es mucho más complejo; lo que ha significado para un entidad autónoma como el Banco Central un reto importante en la utilización del instrumental de análisis, la generación de juicios en torno a él y el proceso de toma de decisiones.
Finalmente, "la magnitud del impacto de la crisis social es comparable con algunos de los mayores shocks recibidos en el pasado por la economía chilena. Amortiguar dicho impacto involucrará recurrir a gran parte de las holguras y a la experiencia acumulada por las autoridades económicas a lo largo de los años. De hecho, sólo esas holguras y un marco adecuado de política económica harán posible amortiguar, pero no eliminar, las probables consecuencias del escenario macro sobre el desempleo, el crecimiento y la inflación".