Entereza porteña
No es ninguna mentira cuando se dice que los chilenos estamos preparados para las tragedias y pruebas extremas que nos coloca en el camino la naturaleza.
En los cerros de nuestro puerto de Valparaíso, un gran incendio hizo humo los sueños más queridos, los recuerdos de vida de gente que con gran esfuerzo había logrado tener. El siniestro hizo de las suyas, serpenteando los cerros Rocuant y San Roque y dejando su estela de desolación. Pero la entereza propia del porteño sigue igual, dispuesto a renacer de las llamas.
¿Por qué tienen que ocurrir estas desgracias para unirnos y salir adelante? ¿Cómo puede ser posible que el incendio haya sido intencional? Valparaíso nuevamente da ejemplo de entereza. Aprendamos la dura lección que deja este nuevo siniestro.
¡Vamos, Valparaíso!
Luis Enrique Soler Milla
Paridad
A propósito de las cuotas de género para el proceso constituyente, la Ley N° 20.840, que sustituyó el sistema binominal, obligó a los partidos políticos a presentar un porcentaje no menor al 40% de candidatas, con lo que en la última elección de diputados de noviembre de 2017, se logró aumentar la representación de las mujeres en la Cámara de Diputados de 19 a 35 escaños, incrementando su porcentaje desde un 15,8% a un 22,6%.
Con la propuesta de modificación para el proceso constituyente, que se debate en el Congreso Nacional, la mayoría de los partidos se inclina por incorporar una corrección por género en la elección en que se elegirían a los convencionales constituyentes, si es que aprobara la elaboración de una nueva Constitución.
La propuesta de reservar un 50% de los cupos para mujeres en dicha eventual elección de octubre del próximo año, fuera de ser antidemocrática, es contradictoria y excepcional, puesto que el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre no especificó una reserva de cupos por género.
Renato Valenzuela Ugarte
Nueva Constitución
La reciente encuesta Cadem nos reveló que la ciudadanía se muestra altamente expectante de la posible Nueva Constitución. Creen que con ella mejorará la educación, salud, pensiones y hará de Chile un país más justo y menos desigual.
Distante de lo que puede estimar el pueblo, para su desgracia, una Carta Magna lejos está de ser una lista de deseos que garantice su realización. Siguiendo a Aristóteles, más bien viene siendo una estructura que da orden a la ciudad estableciendo el funcionamiento de todos los cargos y sobre todo de la autoridad soberana, es decir, "el ordenamiento de las magistraturas". Es, entonces, más una cuestión estructural y de principios que de anhelos de la población.
Se ha instalado, en definitiva, una especie de confusión constituyente. Esperar que de su elaboración se solventen las más importantes dificultades del país, es pedirle peras al olmo.
Nicolás Martins Fundación Para el Progreso
Esperanza
Estamos a fines de un año 2019 que ha sido especialmente difícil para nuestro país. Recientemente, el Papa Francisco, en su homilía de Nochebuena, decía que el Señor "nació pobre de todo, para conquistarnos con la riqueza de su amor", lo cual es un potente llamado para nosotros, más aun relacionado con sus dichos de junio pasado, cuando señaló que "un político nunca, nunca debe sembrar odio y miedo, solamente esperanza, justa, exigente, pero esperanza."
Cuánta falta le hace a Chile esa noble virtud de la esperanza para este nuevo año 2020 que iniciaremos, pero por sobre todo, la riqueza del amor, amor por los más pobres, amor por los más desfavorecidos de nuestra sociedad, amor por quienes sufren, amor por nuestros semejantes. Ojalá nuestros líderes políticos hagan suyo ese llamado, y se conviertan en sembradores de esperanza, la cual, unida a un profundo amor por Chile, nos llevará a un mejor porvenir para todos y cada uno.
José Ignacio Concha
Procesos más reflexivos
Se cierra la segunda década del siglo XXI, que puso de manifiesto un incremento significativo de demandas por mejores condiciones sociales. Cómo no recordar las movilizaciones estudiantiles del 2011 y la necesidad de fórmulas para reparar los daños y desequilibrios de la desigualdad en Chile. Década que se cierra con el estallido social y se abre, a la siguiente, con un inédito proceso constituyente.
En esta década, se revaloró el proceso de democratización y participación y el papel de los gobiernos institucionales se vio tensionado. Las personas, convertidas en números, público o consumidores, fueron volviendo a su estado de conciencia ciudadana, expresando su parecer sobre el devenir del país. Sin duda, fue una década compleja para las instituciones que no aquilataron los cambios que se estaban generando.
En esta nueva etapa tendremos que apostar por procesos más reflexivos, respecto de nuestro desarrollo cultural y político.
José Albuccó Académico U. Católica Silva Henríquez