Urgencia fue el término dominante en las palabras del Presidente Sebastián Piñera durante la reunión que sostuvo el jueves, por la mañana, en la Intendencia Regional, junto a ministros y autoridades. El objetivo era acometer con prontitud y empatía soluciones tras el grave incendio que destruyó 245 viviendas en la parte alta de Valparaíso.
Y tiene razón el Jefe del Estado, pues tras la destrucción hay acuciantes problemas humanos de cientos de familias de escasos recursos que lo han perdido todo y que tienen que comenzar de nuevo.
Así, las soluciones deben llegar con rapidez y también con eficiencia y prolijidad. "No vamos a dejar solas a las familias afectadas", afirmó Piñera comprometiendo un plan que "las ayude a recuperar la normalidad de sus vidas".
Junto a sus anuncios, el Presidente llamó, como se ha hecho tantas veces, a no seguir construyendo en zonas de alto riesgo. Y ese un aspecto crucial, pues gran parte de los cerros y sus quebradas encierran riesgos de siniestros -incendios o derrumbes-, pero concentran viviendas por tomas o carencia de terrenos económicos. Quienes están allí establecidos, pese a riesgos o destrucción, como es este caso reiteración de otros anteriores, se resisten a dejar sus sitios, donde está el fruto de sus esfuerzos y variados lazos afectivos.
Es posible que el riesgo de las zonas críticas pueda ser minimizado mejorando la vialidad con el postergado eje entre avenida Alemania y el Camino La Pólvora, compromiso tras el siniestro de 2014, junto a la construcción de muros y limpieza y de quebradas. A la vez sería necesario un estricto control sobre las plantaciones forestales adyacentes a las viviendas.
Ayer mismo, en la Intendencia Regional, concretando los anuncios presidenciales, el ministro Cristián Monckeberg informó de un subsidio por $1.200.000 para el caso de viviendas con pérdida total. También dio cuenta de una ayuda por $ 600.000 por daños parciales y de un subsidio para arriendo por $ 300.000, por un plazo de siete meses.
Los compromisos del Presidente y los concretos anuncios posteriores exigen un esfuerzo coordinado de todo el aparato estatal, nacional y local, por eso se echó de menos la presencia del alcalde Jorge Sharp en la reunión del jueves en la Intendencia, con quien el Presidente sólo tuvo un contacto telefónico.
Posiblemente, el jefe comunal estaba en terreno removiendo escombros, o bien temió pasar un mal rato ante la presencia de un grupo de manifestantes que, seguro, lo habrían "funado" por reunirse con el Presidente de la República.
En fin. Olvidemos la anécdota, pues estamos en horas de urgencias, con necesidad de trabajo coordinado y unidad. Los escombros y el dolor de las personas no dan espacio para chacoteos o cálculos políticos.