Cáncer de labio: En verano hay que proteger la boca del sol
DATOS. La protección contra los rayos UV es la principal forma de prevenir este mal, que hoy representa al 2% de los cánceres y a una de cada tres de las denominadas neoplasias orales.
El cáncer de labio es un tumor maligno que suele crecer en la zona más expuesta de la boca, principalmente en su parte inferior, y representa aproximadamente al 2% del total de cánceres que afectan al ser humano y a una de cada tres de las denominadas neoplasias orales, que suele surgir en tejidos como la lengua, el paladar y las encías, entro otros.
Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en 2018 se diagnosticaron 355 mil nuevos casos de cáncer de labio y cavidad oral en el planeta y las muertes por este mal superaron las 177 mil. En efecto, la tasa de incidencia global de esta enfermedad en hombres es de 5,8 por cada 100 mil habitantes y de 2,3 por cada 100 mil habitantes en mujeres.
En Chile no existen cifras oficiales sobre este mal, pero diversos estudios advierten que las cifras son similares a las registradas en los demás países de Sudamérica, cuyas tasas de incidencia son levemente inferiores y ascienden a 4,3 y 1,7 respectivamente.
El sol como factor
El porqué este tipo de cáncer es más habitual (se duplica) en hombres que en mujeres no está del todo claro, pero cada vez son más los investigadores que sostienen que se debe a que ellas usan con mayor frecuencia sombreros y sobre todo lápiz labial, cosmético que contribuiría a proteger la parte externa de la boca de los rayos solares ultravioleta (UV).
Este último aspecto es crucial, ya que entre los factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad se ha descrito que las personas de piel clara y que suelen exponerse en forma abusiva al sol son las más propensas a sufrir de cáncer de labio.
"La radiación solar UV incide de manera directa en el desarrollo de este tipo de neoplasia oral. Por esta razón, quienes trabajan al aire libre sin la protección solar adecuada son los candidatos más susceptibles a tener daños crónicos permanentes en esta parte de la boca o desarrollar una lesión potencialmente maligna, es decir, con riesgo de transformarse en cáncer, como la llamada queilitis actínica", afirma la cirujano dentista Karina Cordero Torres, magíster en Patología Oral, docente y coordinadora del Centro de Patología Bucomaxilofacial de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
Al respecto, la especialista precisa que los pacientes con lesiones iniciales como las descritas presentan un labio de color más pálido y no uniforme (con zonas más rosadas o rojas), como si perdiera el límite entre el bermellón y el labio, acompañado en ocasiones de heridas o úlceras que aparecen formando costras y desaparecen de manera espontánea.
"También se puede ver un labio inferior más voluminoso en comparación con el labio superior. Esta condición es asintomática, con excepción de las etapas en que presentan úlceras", acota la odontóloga.
Otros factores de riesgo son el hábito tabáquico (más si se fuma en pipa), la presencia de algunos tipos de virus, ciertos factores genéticos y fallas en el sistema inmunológico.
Sin embargo, la causa principal del cáncer de labio es la exposición prolongada al sol sin la adecuada protección. No por nada, en nuestro país y en el mundo el 70% de las personas que padecen este mal suele trabajar al aire libre.
Tipos
El cáncer de labio puede ser de varios tipos, dependiendo de las características histológicas de las células que lo componen.
El más frecuente es el llamado "carcinoma espinocelular" y clínicamente se observa con mayor frecuencia en el bermellón o parte inferior de los labios, que es el área más roja de estos y comprende la zona de transición entre la piel y la mucosa. También existen el carcinoma basocelular y el melanoma, que es el más grave pero el menos prevalente.
"El síntoma más común de esta enfermedad es una herida que no cicatriza por más de tres semanas. Pero hay otras señales, como el aumento de volumen del labio, dolor o sangramiento espontáneo, que aparece en etapas más avanzadas", explica Karina Cordero.
Pese a afectar a un tejido del cuerpo que es muy visible este cáncer -cuya edad media de aparición se da entre los 50 y 70 años- suele pasar desapercibido y extenderse a otras áreas de la cavidad oral, por lo que presentando una tasa de mortalidad de alrededor del 15%.
Diagnóstico
El diagnóstico de esta neoplasia maligna se confirma mediante una biopsia -que puede ser tomada por un especialista en Patología Oral, un cirujano maxilofacial o un médico dermatólogo- y un posterior análisis al microscopio.
Tal y como ocurre con los otros cánceres, en el de labio mientras más temprano sea el diagnóstico y la lesión sea más pequeña, mejor será la respuesta al tratamiento que se prescriba, que en la mayoría de los casos concluye con la eliminación completa del tumor con márgenes de tejido sano. En lesiones más avanzadas se complementa con braquiterapia (radiación que se aplica dentro del tumor), radioterapia y quimioterapia.
"Afortunadamente, el pronóstico de esta enfermedad es relativamente bueno. La sobrevida a los cinco años en un estudio realizado en el Instituto Nacional del Cáncer en Chile fue del 73%, sin embargo, en otros países como Estados Unidos, es cercana al 90%. Esta diferencia puede deberse a que en nuestro país aún hay desconocimiento por parte de la población de esta enfermedad y aún hay falta de cuidado en relación con la exposición a la radiación solar, sobre todo en la zona de labios", concluye la cirujano dentista y magíster en Patología Oral de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
¿Cómo prevenirlo?
La mejor manera de evitar el cáncer de labio es no exponerse en forma abusiva al sol y a toda luz ultravioleta (solárium). Para proteger a los labios de los rayos UV se recomienda aplicar un bloqueador labial factor protección solar 30 o mayor y aplicarlo cada dos horas, en especial aquellas personas que deben pasar largos periodos al aire libre. El autoexamen de labios y cavidad oral también es importante y se recomienda realizarlo cada tres meses. En el caso de sospecha de lesiones en labio o cavidad oral, se debe consultar al odontólogo o directamente a un especialista en Patología Oral, para que entregue un diagnóstico y tratamiento de la lesión.