"El proceso constitucional es la excusa de turno para postergar la elección de gobernadores regionales"
"Vemos con preocupación lo que está pasando", reconoce el director ejecutivo de la Fundación Piensa, Juan Pablo Rodríguez, en medio del debate que se ha instalado en el mundo político de postergar la elección de gobernadores regionales. "Desde hace tiempo, cada vez que se discute el tema, y por diversas razones, sectores transversales salen con la idea de la postergación", advierte.
- ¿Por qué?
- Excusas. Hoy la excusa de turno es el debate constitucional. Ayer fue que la ley era imperfecta, antes que las regiones no estaban preparadas y hace tres años que no había capacidad instalada y que había que fomentar las universidades regionales. Siempre hay una excusa.
- ¿Cuál es la apuesta de la Fundación Piensa?
- Hay que avanzar en la dirección contraria. Piensa, y creo que la mayoría de los chilenos, está por perfeccionar el proceso descentralizador. Y a propósito del estallido social, uno de los elementos que motiva la crisis es la existencia de una desconexión entre la ciudadanía y quienes toman decisiones. Y la gente se siente lejana a las decisiones públicas que se toman, a la elaboración de políticas públicas, y lo que tiene que hacer esa política pública es acercar esas decisiones a las personas y que éstas vean que quienes toman las decisiones están cerca de los problemas. El proceso de descentralización apunta justamente a eso.
- ¿En qué sentido?
- Vemos en la futura elección de gobernadores regionales un elemento que puede ser una buena respuesta para algunas de las causas que gatillaron esta crisis social. La idea es acercar la política a la gente, que los problemas locales, territoriales, que las juntas de vecinos, las organizaciones intermedias sean relevantes y tengan qué decir.
- Se ha señalado que la discusión constitucional puede cambiar las reglas del juego...
- Se dice que el debate constitucional puede afectar el tipo de autoridad que se elegirá, si tendrá otras competencias o cómo se elegirá, pero con ese argumento habría que poner una suerte de pausa en todas las elecciones, porque con ese criterio ¿cómo vamos a elegir Presidente si quizás cambia el régimen presidencial y pasamos a uno semipresidencial? Además, ¿seguirá habiendo reelección? ¿Seguirán los periodos de 4 años? ¿Los municipios van a seguir teniendo las mismas facultades? Entonces, con la justificación de que el debate constitucional cambiará las cosas, no elijamos Presidentes, no elijamos alcaldes, no elijamos concejales, no elijamos gobernadores regionales. Pero la ley, tal como establece la elección de Presidente y parlamentarios, también establece la elección de gobernadores regionales.
- ¿Que cambien las condiciones no es impedimento, sino excusas?
- Efectivamente. Pueden cambiar las condiciones, pero como pueden cambiar las condiciones de todo. Y ese argumento nos lleva a una suerte de status quo porque todo puede cambiar. Por el contrario, creemos que la discusión constitucional va a ser una buena instancia para que Chile tenga una forma de Estado que arrope mejor la descentralización. Queremos que Chile sea un estado unitario descentralizado y esa discusión se puede dar en paralelo a una buena implementación de lo que ya establece la Constitución, como es la elección de gobernadores, con un acierto mecanismo de traspaso de competencias y a la espera de que el Gobierno cumpla su promesa y haga su trabajo de presentar una ley de rentas regionales que permita que el gobernador regional no sea una figura decorativa. Hay que cambiar el paradigma y tener un representante de la gente ante el Presidente y no un representante del Presidente en la región.
- Uno de los argumentos es que se está contra el tiempo...
- Tiempo ha habido y de sobra, lo que ha faltado es voluntad. Si los políticos y gobiernos de distinto signo hubieran hecho su trabajo, ya tendríamos gobernadores regionales electos. Si esta crisis sociopolítica se hubiera enfrentado con gobernadores electos validados territorialmente, la respuesta institucional a esta crisis hubiera sido distinta. Y la elite santiaguina, que mira por sobre el hombro a las elites locales, debe abrir los ojos y preguntarse: ¿No habrá sido esta postergación in sécula seculórum de descentralizar Chile una de las causas que explica el conflicto y explica la mala respuesta de la institucionalidad al conflicto?
- ¿Cómo evalúa el rol del Gobierno?
- Cuando el Presidente Piñera ganó la elección dijo que iba a ser el Presidente de las regiones. A dos años, esa promesa no está dotada de contenido y vemos con preocupación cómo el Gobierno y la Subdere se han demorado en la implementación de las leyes que permiten esta elección. Esperamos que esto se deba a cuestiones técnicas y no a falta de voluntad política. Hay una exigencia de la Constitución y de ser así, sería una negligencia del Gobierno. Creo que lo que debe haber detrás es que parte del Gobierno, como parte de la oposición, no cree en la descentralización. Y si eso es así, es bueno sincerarlo: están por el centralismo o la descentralización y esa palabra la tiene el Presidente Piñera.
- El diputado Cristóbal Urruticoechea (RN) reconoció que estaba por la postergación y que no le gustaba la elección de gobernadores...
- Yo celebro que se sinceren las posiciones y así esto no se transforme en un baile de máscaras. En Chile se requiere cambiar la forma en cómo pensamos y en eso de que Dios está en todas partes, pero atiende en Santiago. Sabemos que la elección de gobernadores es insuficiente, pero es el puntapié inicial de un proceso. Lo óptimo es enemigo de lo bueno y si no partimos no lo vamos a hacer nunca. Lo segundo es que Chile es un país extrañamente centralista, es el único país de la OCDE que no elige a sus autoridades regionales. Y si nos comparamos con países unitarios de la OCDE, mientras en Chile el porcentaje de decisión del gasto subnacional es en torno al 15%, en los otros países es el doble. Y eso es importante, porque es vital que quienes toman las decisiones estén cerca de los problemas. Hay que avanzar hacia una toma de decisiones de abajo hacia arriba.
- Se cuestiona que no están todas las competencias.
- En eso hay algo de mito, porque competencias hay. Claramente, lo que ocurrió desde el 18 de octubre complejiza todo, pero ¿por qué quienes deben pagar los platos rotos deben ser las regiones? ¿Por qué a lo primero que se echa mano es a las regiones? Creo que hay una elite santiaguina que nos mira como incapaces.
- ¿Hay miedo al federalismo?
- Chile no está para federalismos, tanto por las experiencias históricas como por la realidad que tenemos. Somos un país homogéneo, chico, hablamos parecido, etc. Sí creemos que hay que avanzar hacia un estado unitario que permita grados de desconcentración y descentralización. Hay modelos intermedios para que Chile no sea una monarquía presidencial donde todo se decide en tres cuadras y para que surjan liderazgos regionales. La política es conflicto y resolución de conflictos. Y lo que Chile necesita es tener contrapesos regionales ante las elites santiaguinas.
"Con la justificación de que el debate constitucional cambiará las cosas, no elijamos Presidentes, no elijamos alcaldes, no elijamos concejales, no elijamos gobernadores regionales".
"La futura elección de gobernadores regionales puede ser una buena respuesta para algunas de las causas que gatillaron esta crisis social. La idea es acercar la política a la gente". "Si esta crisis sociopolítica se hubiera enfrentado con gobernadores electos validados territorialmente, la respuesta institucional a esta crisis hubiera sido distinta".
"Lo que ocurrió desde el 18 de octubre complejiza todo, pero ¿por qué quienes deben pagar los platos rotos deben ser las regiones? Hay una elite santiaguina que nos mira como incapaces".