Covid-19 y la globalización de los microbios
Jaime Llambías Wolff , Ph.D., profesor emérito Universidad York
El coronavirus (Covid-19) revive la batalla contra los microorganismos. En la Edad Media lanzaban agua hirviendo desde los balcones para quemar miasmas que flotaban en el aire. Hoy se les llama bacterias y virus. Durante la gran plaga (1665) y hasta mediados del siglo XIX, se creía que esta era la causa de las enfermedades infecciosas y permitió desarrollar las hipótesis sobre los microbios y luego los descubrimientos de los antibióticos y de las vacunas.
Ya en esos años se sabía que los microbios no eran ajenos a la intervención humana. El Dr. Snow, padre de la epidemiología, recomendó al gobierno británico, en el siglo XIX, que las soluciones a los brotes epidémicos cercanos al río Támesis eran la salubridad, la higiene y las condiciones de vida. Muchos años después, el Dr. Virchow, padre de la patología celular, asesoró al canciller Bismarck para implementar un plan de salud pública en Alemania, indicando que ésta no era un problema médico, sino sociopolítico.
Hace algunas décadas se tenía la certeza que la ciencia iba a erradicar las enfermedades infecciosas, que los antibióticos les ganarían la guerra a las bacterias y que las vacunas iban a controlar las enfermedades virales. La constante amenaza global de enfermedades infecciosas nuevas y reemergentes, como el Covid-19, Sida, SARS, ébola, etcétera, junto a la amenaza pandémica, demuestran que estamos lejos de ganarle la batalla a los microorganismos y, lo peor, a sus constantes mutaciones.
La intervención humana impacta en la etiología de nuevas o reemergentes enfermedades infecciosas. Por ejemplo: cambios en la agricultura (fiebres hemorrágicas); migraciones y urbanización (dengue, malaria); contagio animal (ébola); transfusiones y contacto sexual (hepatitis B y C y HIV); urbanización y roedores (fiebre Lassa); mosquitos (fiebre amarilla); aguas contaminadas (cólera); alimentos envasados y carne contaminada (Escherichia coli); contaminación de cañerías (Legionella pneumophila). El recalentamiento global tiene incidencia en la ecología de los microbios y en los animales que estos invaden. Estas bacterias resisten a los antibióticos y han logrado adaptarse, mimetizarse o peor, mutarse en otras más resistentes.
Los cambios ecológicos globales, los movimientos migratorios, el mal uso de antibióticos, etc., no sólo están aumentado los factores de prevalencia, sino que además la resistencia de virus y bacterias y alterando su patrón genético. Los microorganismos no sólo resisten, sino que además provocan enfermedades nuevas, muchas de ellas de insospechada sintomatología o irreconocible por el sistema inmunológico.
La manipulación humano-científica no es respuesta. Lo importante es que las armas que creíamos invencibles (antibióticos, drogas antivirales, pesticidas y otros arsenales de la tecnología) están ya claramente demostrando sus límites. La caja de Pandora no sólo se ha abierto, sino que hemos descubierto cómo el ser humano está provocando directamente nuevas enfermedades al confiarse en su capacidad de control exterior sobre la naturaleza y, en este caso, del propio organismo humano.