Tomás Moggia C.

Pocos minutos después de que sonara la chicharra del Fortín Prat para decretar a Valparaíso como campeón del Nacional Sub 17 tras superar en un vibrante encuentro a su símil de la Asociación Regional de Básquetbol Metropolitano (Arbam), el técnico local Braulio Sasso poco pudo hacer para evitar que sus dirigidos lo dejaran empapado al voltearle varias botellas de agua encima.

Fue parte del eufórico festejo del quinteto porteño, que cerró un torneo perfecto coronándose de forma invicta al ganar los cinco duelos, el último de ellos por 73-62 sobre los capitalinos.

Generación especial

Mojado a más no poder, Sasso no esconde la emoción de marcar un nuevo hito junto a una camada de jugadores que lo han acompañado desde hace mucho tiempo, incluyendo un título en el Nacional Sub 15 y en la Copa Pancho.

"Es una generación especial para mí. A la mayor parte de los chicos los tomé a los 12 años. Además, para la mayoría de esta generación es su primer año Sub 17, y ahora se obtuvo el campeonato nacional de forma invicta también, así que feliz por los chicos, y conforme con lo que se ha podido hacer durante tantos años, agradezco el apoyo de las familias y los dirigentes. Todo el entorno de los chicos aportó y en cierto modo también los entrenadores y los mismos compañeros de clubes permitieron este logro, que es de Valparaíso entero", valoró Sasso.

Ese conocimiento de larga data entre el cuerpo técnico y los jugadores permitió que no pesara el poco entrenamiento previo al certamen, ya fuera por los arreglos en el Fortín Prat o por la agitada agenda del entrenador, responsable de otras categorías de la Asociación de Básquetbol de Valparaíso.

"Es una generación que lleva mucho tiempo junta, se conocen. Para mí fue fácil en poco tiempo avanzar lo que más se pudo. En una semana planteamos el Nacional, los jugadores venían con ritmo de juego y lo importante es el proceso. Fue largo, de varios años y ahora se corona siendo campeones Sub 17. Es bonito. Esos factores externos no incidieron tanto en el resultado y pudimos obtener el título", explicó el técnico porteño.

Haciendo un análisis de lo que fue el partido contra Arbam, Sasso destacó la jerarquía de un quinteto que por momentos complicó a los locales. Pese a remar siempre desde atrás, los santiaguinos nunca bajaron los brazos y dieron pelea hasta el final, mordiendo en defensa y con mucha dinámica, sobre todo en un último cuarto, donde llegaron a ponerse a siete puntos de los dueños de casa, en un cierre marcado por la tensión.

"Son jugadores desequilibrantes, que estuvieron dentro del quinteto ideal (como Nicolás Rebolledo y Lucas Márquez) y marcan diferencias. Santiago tiene casi la mitad de la población de Chile, por lo tanto, tiene el doble de jugadores que las otras regiones y obviamente siempre va a presentar equipos competitivos. Un factor importante fue la localía, y ya habíamos jugado una final en la Copa Pancho con ellos, nos habíamos topado en el Nacional Sub 15 también, y conocíamos el ritmo de juego que tenían. El resultado si bien a ratos estuvo muy peleado, siempre tuvimos seguridad y confianza de que podíamos tener un buen logro", aseguró el entrenador.

Golpe anímico

Sobre las dificultades que tuvo su equipo cuando Ty Jones, a la postre el jugador más valioso y goleador del torneo, se vio obligado a salir por la acumulación de faltas y cansancio, Sasso sostuvo que "ahí entraron un par de jugadores que de repente no lucen tanto como otros, pero cumplen funciones que son súper importantes en el juego. Ty si bien se quemó con fouls, le pesó un tema anímico también, y eso le pasó la cuenta. Yo llevo mucho tiempo dirigiéndolo, entonces sé cómo es su forma de ser y carácter. Sé cómo manejar eso y lo pude recuperar en el último cuarto, donde marcó diferencias. Es un jugador que es desequilibrante a nivel nacional, lo emocional le jugó en contra los primeros cuartos, pero se pudo reponer a eso y ahí estuvo en el último cuarto como lo necesitábamos".

Equipo de finales

Pero más allá de nombres propios, el adiestrador local destaca que a esta "generación dorada" no le tiemblan las piernas ni las manos en momentos de adversidad.

"Los chicos están acostumbrados a las finales e instancias decisivas. Jugaron la final de Copa Pancho, la final Nacional Sub 15, entonces este era un torneo importante para ellos, jugando de local, y jugaron de otra forma y supieron sobrellevar la presión. Es una generación que no siente presión, eso facilita también la obtención de resultados", confesó Sasso.

Ahora lo que viene para esta exitosa selección son las clasificatorias para los Juegos Binacionales, aunque para entonces podría perder a su mayor figura. "Esto nos da harta confianza, esta generación no descansa. Ty Jones tiene posibilidades de irse a Estados Unidos, pero así como en la generación pasada uno se fue a Castro y otros a Argentina, con lo que tenga tendré que hacer lo mejor posible para seguir trabajando y preparando al equipo", avisó Sasso, motivado con seguir prolongando un exitoso proceso.

"Los chicos están acostumbrados a las finales e instancias decisivas... Es una generación que no siente presión, eso facilita también la obtención de resultados".

Braulio Sasso, DT de la Selección de Valparaíso