"Seremos los últimos en irnos", afirma la presidenta del Senado, Adriana Muñoz, destacando la importancia de la labor legislativa focalizada en este momento en la lucha contra la pandemia. En entrevista con este Diario, reafirma que en ningún momento se ha pensado en cerrar el Congreso.
Manifiesta disposición a dialogar con el Gobierno para ver la agenda de proyectos de ley y mociones parlamentarias "que van orientadas directamente a dar una respuesta a la crisis sanitaria, que a la vez tiene un impacto social y económico muy fuerte".
No duda esta militante del PPD en defender al Legislativo afirmando que "en vez de discutir desde una barricada y entrar en una descalificación al Parlamento, como se ha venido haciendo, necesitamos mejorar los canales de comunicación… sentarnos a conversar".
Buena la disposición de la presidenta. Los tiempos no están para guerrillas y el trabajo legislativo, pese a dificultades para reunir a los parlamentarios, debe continuar evitando el despacho de iniciativas que deben ser parchadas una y otra vez.
También es oportuno este ánimo de la senadora cuando en un sorpresivo vuelco el timón de la Cámara de Diputados ha quedado en manos del oficialismo, lo que llama a un trabajo compartido. Pertinente además el llamado a evitar "guerrillas", cuando ya en la Cámara Baja se habla de una censura a la nueva mesa oficialista, materia que, con negociaciones y tironeos, sólo serviría para frenar el ya complicado trabajo legislativo que debe estar centrado en aminorar el impacto de la pandemia.
Y dentro de esa visión positiva se ubica el planteamiento de Adriana Muñoz, que dando buena nota al proyecto de La Moneda destinado a proteger el trabajo, estima que es necesario ir más allá. "Quedan casi 4 millones de chilenos completamente desprotegidos, que son los de cuenta propia, que viven del día a día", sostiene.
Es cierto, se trata de trabajadores independientes, sin contrato y cuyas fuentes de ingreso han desaparecido.
Y buscando mitigar esa situación, ayer el Presidente Sebastián Piñera anunció un nuevo plan de emergencia enfocado justamente al grupo del que habla la presidenta del Senado, creando un fondo de asistencia de US$ 2.000 millones para ayudar a los trabajadores informales, además de líneas de crédito con aval del Estado para emprendedores y empresas.
En la formulación de esta iniciativa, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, hizo consultas con Chile Vamos y la oposición y ya en marcha la propuesta es la hora del Congreso Nacional que, sin ser obsecuente, debe trabajar en la "búsqueda de acuerdos" a que alude Adriana Muñoz, evitando guerrillas y descalificaciones que, al final del día, terminan castigando a los que más sufren y sumando notas rojas a la evaluación del Poder Legislativo.