"Lo que no queremos son las protestas que ha habido en Brasil, México y Argentina"
"Lo que hace el Gobierno es poner un piso mínimo" que debe bajarse a la realidad particular de cada colegios, de cada repartición pública, de cada mall, de cada emprendimiento. Así entiende el diputado Jorge Alessandri (UDI) el anuncio que dio La Moneda en torno a una vuelta progresiva a cierta "normalidad" y que tiene a gremios y políticos enfrascados en una polémica de no fácil salida. En medio de todo esto su balance es positivo, aunque cree que es hora de rebajar sueldos en toda la administración pública para destinar esos recursos a cosas urgentes.
- Tenemos 10.500 contagiados y cerca de 140 muertos. ¿Cuál es su percepción respecto al manejo de la pandemia?
- Como el virus llegó antes a otros lugares, hemos ido mirando lo que funcionó y lo que no funcionó. Las cuarentenas totales no han funcionado porque la gente tiende a respetarlas los primeros días y después por necesidades básicas sale a la calle y no tenemos un carabinero por persona para estar fiscalizando. Por eso fue acertado hacer las cuarentenas graduales y la experiencia internacional ha mostrado que los países exitosos en esto eran los que testeaban mucho, ya que si se hacen muchos test, se identifica al enfermo y se va a poder separar de los no contagiados. Claramente, no es fácil poder coordinador a todos los laboratorios, pero si se miran las grandes cifras, estamos testeando más que otros países, tenemos menos fallecidos, tenemos buena infraestructura hospitalaria e instrumentos -como ventiladores- que otros países con un número similar de habitantes. El hecho de tener Estado de Excepción ayuda mucho al Ejecutivo porque se pueden tomar todas las camas clínicas privadas o públicas del país, o mover los ventiladores de un lugar a otro. Entonces, a pesar de que esto está empezando, estamos en el 15% del ataque del virus, vamos por buen camino.
"me tiene sin cuidado"
- A propósito de ventiladores, ¿qué le parece la polémica desatada por el anuncio del ministro Mañalich de que China donó 500 unidades y que luego el embajador de ese país en Chile señale que no tenía idea?
- Tengo experiencia, incluso como concejal, que cuando uno trata con China, que tiene más de 300 millones de habitantes, muchas veces se recibe ayuda desde municipios chinos -que pueden ser 10 veces el tamaño de Chile- y no directamente desde el gobierno. Por lo tanto, puede ser que el embajador no haya estado informado de eso. Lo importante es que en Chile existan los ventiladores suficientes. Si los donó el gobierno, un ministro, un alcalde o un concejal chino me tiene sin cuidado. Y si fueron vendidos y los pagó la CPC o La Moneda o un gobierno regional de nuestro país, también me tiene sin cuidado. Lo importante es que tengamos los ventiladores y que sean buenos, y eso se está logrando. A eso hay que agregar que los aviones que traen estos instrumentos hacen escalas y hay países que por sus estados de excepción requisan las cosas. Entonces, mientras menos se informe de esa operación, mejor; hay que trabajar calladitos como hormigas hasta que los tengamos acá.
- O sea, ¿está seguro de que van a llegar?
- Por supuesto. Ya hay 538 habilitados y un quinto de esos están ocupados. Trabajemos más y mostremos los logros cuando estén instalados; no hagamos cacareo antes de poner los huevos.
- Otra polémica que ha surgido es el anuncio del ingreso paulatino de funcionarios públicos y el retorno a clases progresivo.
- Primero, hay que hacer una distinción. Muchos funcionarios públicos me han escrito luego que el Gobierno señaló que los funcionarios públicos empezarían a volver en forma paulatina, pero vea, los trabajadores municipales prácticamente no han parado. Basta recorrer y ver a los recolectores de basura o de otros ámbitos trabajando. Lo que pasa es que el Gobierno da un lineamiento general y después cada jefe de servicio, cada ministro, cada intendente, cada gobernador debe bajar eso a la realidad local. No es lo mismo entregar clave única en una plaza en Coyhaique, en una oficina pequeña, en una región casi sin contagios, que en el paseo Huérfanos, donde hay fila de 500 personas en menos de 10 minutos, porque no hay suficientes funcionarios atendiendo. Entonces, cada oficina pública debe ir tomando las medidas necesarias acorde a su realidad. No es lo mismo volver a clases en el Instituto Barros Arana, donde los niños viven y hacen cuarentena juntos, que en un liceo en que hay 45 o 50 alumnos por curso. Entonces, igual como hicimos las cuarentenas, que se hicieron graduales y estratégicas, la vuelta a clases y el regreso de los funcionarios también deberá ser así.
-¿En el caso de los establecimientos municipales deberán ser los alcaldes o las corporaciones quienes tomen esa decisión?
- Yo iría más abajo. Llegaría a los directores. O sea, que cada alcalde recabe la información de los directores de cada establecimiento porque hay distintas situaciones. Hay alumnos que están más hacinados en sus casas que en sus colegios, que no tienen dónde almorzar porque lo hacían en sus colegios. Hay que ir adecuando. Por ejemplo, hay algunos, como los emblemáticos, que ahora tienen menos alumnos y que tienen muchas salas desocupadas y podrían realizar distanciamiento social. Sin embargo, no es la realidad de una escuela pequeña, donde hay mayor hacinamiento. Esa decisión hay que tomarla escuchando a los directores y luego a los alcaldes y que esa información llegue al nivel central.
Adaptación
- Otra polémica se ha desatado a propósito de los malls. Acá, en la región, el alcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, se opuso a la reapertura y lo abrieron igual.
- Es que es lo mismo. El Gobierno da lineamientos generales. El propio (Horst) Paulmann dijo que no estaba de acuerdo con reabrir el Costanera Center porque no podía garantizar la sanitización. El propio propietario señala que "está bien lo que dice el Gobierno, pero yo prefiero no abrir". Sin embargo, quizás el dueño de una fuente de soda, con cuatro empleados, puede decir "yo sí puedo dar las seguridades, puedo tener a mis trabajadores con guantes y mascarillas, puedo pasar desinfectante cada 10 minutos en las mesas". Entonces, dejemos que cada uno, según su realidad, pueda ir adaptándose. Ahora, evidentemente lo que no queremos son las protestas que ha habido en Brasil, México y Argentina, donde la gente salió a protestar porque quiere trabajar, ya que no tienen recursos para comer. Hay que ir compatibilizando. Los que puedan quedarse en la casa y hacer teletrabajo, bien por ellos; los que son población de riesgo, máximo cuidado, y los que pueden ir abriendo de a poquito cumpliendo las medidas sanitarias y por delivery, que lo hagan. Por eso es tan difícil seguir los lineamientos del Gobierno a raja tabla porque es muy distinto un mall gigantesco que una fuente de soda chiquitita.
- Así, esto queda a la conciencia de cada persona, de cada empresario, de cada empleador, de cada director de colegio o liceo. Y sabemos que en Chile si no hay una obligatoriedad o una ley, la gente no respeta. Incluso ha habido contagiados que no respetaron la cuarentena. Entonces, ¿esta "compatibilización" no implica un riesgo sanitario?
- Lo que hace el Gobierno es poner un piso mínimo. Reuniones de más de 25 personas, prohibidas; gente sin mascarilla, prohibido; atender público con alta aglomeración, prohibido. De ahí para arriba hay que ir viendo y ajustando.
- En medio de una crisis sanitaria con efectos económicos devastadores, ¿faltan señales de austeridad del aparato público, ya sea Presidente, ministros, parlamentarios, etc.?
- Así es. En el Senado se está discutiendo la rebaja de dieta, proyecto que venía de antes, desde el estallido social, pero además le pedimos al presidente de la Cámara, Diego Paulsen, que no sólo le entregue los 1.500 millones que el Fisco está pidiendo que le devuelvan, sino que veamos cómo rebajar todas las asignaciones que tenemos los parlamentarios y los gastos del edificio. Como estamos funcionando telemáticamente no estamos yendo al Congreso y hay menor gasto en bencina, en viáticos, en viajes al extranjero, etc.
- El ministro Briones propuso hace unas semanas una rebaja en el sueldo del gabinete ministerial, pero no se ha concretado.
- Él propuso una rebaja del 30%. Con el que más trabajo, por la Comisión de Seguridad, es con Gonzalo Blumel, y él sí donó este mes ese porcentaje. Ahora, es un proceso, pero claramente hay demasiada grasa en el Estado y es momento de ir cortándola en forma urgente porque los recursos se necesitan para otras cosas.
- En la Cámara la oposición aún evalúa la posibilidad de censurar la mesa de Paulsen.
- Ahora están proponiendo terminar con el voto secreto para elegir a la mesa y así poder vengarse de aquellos que no voten como ellos quieren. Entonces, uno se pregunta ¿en tiempos de pandemia será esto una urgencia? Me parece que no y que es un poco vergonzoso que estén citando para ver este tipo de leyes con lo que buscan arreglar el condoro que tuvieron. Dejemos que Paulsen actúe; censurar sin razón me parece muy poco serio y dejemos que termine su mandato que dura un año.
"Lo que hace el Gobierno es poner un piso mínimo. Reuniones de más de 25 personas, prohibidas; gente sin mascarilla, prohibido; atender público con alta aglomeración, prohibido. De ahí para arriba hay que ir viendo y ajustando".
"Ahora están proponiendo terminar con el voto secreto para elegir a la mesa y así poder vengarse de aquellos que no voten como ellos quieren. Entonces, uno se pregunta ¿en tiempos de pandemia será esto una urgencia?".