Edgardo Geoffroy recuerda los años en que marcó una época oro y cielo
FÚTBOL. El exjugador e ídolo de Everton pasa la cuarentena en su natal Chubut y alejado del fútbol, pero siempre interesado en lo que pase con la escuadra viñamarina.
Este año se cumplen 30 años de la partida del argentino Edgardo Geoffroy de Everton de Viña del Mar. Pero el tiempo no ha borrado los recuerdos de quien usara por cuatro temporadas la tricota número "10" del elenco oro y cielo, y quien ha sido recordado como uno de los rostros más destacados de finales de los ochenta en un zigzagueante, pero entrañable elenco evertoniano.
Esas rememoranzas vuelven al exmediocampista, que desde su retiro definitivo de la actividad en 1993 se encuentra afincado en su natal provincia de Chubut, en el sur argentino. Hoy, en plena pandemia del covid-19, Geoffroy está alejado del fútbol y consagrado a su familia y a su trabajo en el ámbito judicial, pero no pierde oportunidad de enterarse de la actualidad del equipo del que supo ser una pieza fundamental.
"Todos los días me llega algún mensaje, alguna información o algún saludo de alguien de Everton. Yo no veo casi nada de fútbol, pero siempre estoy informado por cómo les va en lo deportivo, cuando enjuician el juego del equipo, y en lo dirigencial, con lo de la sociedad anónima y los problemas que han tenido con todo eso", comenta el exjugador auriazul, quien agrega que "yo acá tengo una vida muy tranquila. Después del fútbol comencé a trabajar y a estudiar la licenciatura en trabajo social. Trabajo en el área de prevención y protección de víctimas. Hago lo que me gusta y aplico los conocimientos del trabajo en equipo que da el fútbol. Pero siempre conectado con Everton, sabiendo que incluso podría irme para allá si la cosa se pone mala acá".
Una afirmación que "Geo" realiza sustentado en el cariño que siente cada vez que visita la Ciudad Jardín. "Cuando fui por los cien años de Everton, me saludaba la gente en la calle, con hinchas, con los porteros, los kiosqueros… es un cariño tremendo que yo a veces no entiendo, pero que recibo con mucho afecto. Incluso Nelson Acosta en esa ceremonia me abrazó y me dijo 'a usted lo quieren más que a nosotros', siendo que ellos habían salido campeones muy recientemente", sostiene el trasandino.
Recuerdos de Viña
El primer acercamiento del volante del característico bigote con Viña del Mar tuvo lugar en su época como jugador de O'Higgins, en 1983. Según cuenta, el encuentro con la urbe viñamarina fue un "amor a primera vista", pero llegar a él costó más de la cuenta, ya que antes de vestir la camiseta oro y cielo jugó por el elenco rancagüino, Rangers, Linares y Unión Española.
"Yo conocí Sausalito y me enamoré más aún. Me encantaba el lugar y me hacía pensar que había que responderle bien. En Viña no puedes limitarte a pegarle para arriba, tienes que jugar buen fútbol", comenta, agregando que "me identifiqué mucho con el juego que practicaba Everton, me sentía muy cómodo en el club y valoraba poder estar ahí. Así que cumplía aportando lo mejor que tenía y por eso me quedé cuatro años, fue el equipo en el que más estuve junto con Velez, donde hice las inferiores".
En las cuatro temporadas, según recuerda, Geoffroy intentó hacer honor a la fama del elenco evertoniano y aportó desde lo que sabía. Fue un volante ofensivo con condiciones naturales, buen disparo y buena visión de juego, la cual buscó plasmar junto a figuras del talante de Ivo Basay, Leonel Contreras, Domingo Sorace, Johnny Ashwell, Jorge Cortés, Horacio Simaldone, entre otros.
"Sabía que se me iba a hacer muy difícil estar en otro equipo después de estar en Everton, porque me gustaba la ciudad, hacía vida social, iba a las escuelas de fútbol… incluso iba a la cárcel en Valparaíso, porque allá quería aportar más de lo que aportaba futbolísticamente. Hice lo que pude, sin esperar algo a cambio", recuerda Geoffroy, agregando que "los hinchas siempre me apoyaron, por lo mismo todos los días recibo un nuevo amigo por Facebook, quieren saber cómo estoy, me ofrecen casas para ir a quedarme si viajo, recorridos por la ciudad. Para mí es muy lindo. Es extraño después de tantos años aunque todo esto me hace muy bien, porque me hace sentir que siempre me respetaron".
¿En Wanderers?
Pocos lo saben, pero Edgardo Geoffroy no sólo se puso la casaquilla evertoniana en la Quinta Región. A pesar de haber sido verdugo de Wanderers en varios Clásicos Porteños, en medio de su primer retiro el volante cruzó la vereda para reforzar al archirrival. Un hecho que sólo se materializó en un encuentro amistoso que los caturros disputaron con Universidad de Chile, donde el trasandino convirtió un gol.
"Sabía que la rivalidad era mucha, pero ellos me buscaron. Yo ya estaba retirado y había rechazado una oferta de Minervén de Venezuela y de Coquimbo Unido. Pero andaba por la zona y me ofrecieron jugar ese partido", dice el chubutense, quien agrega que "hice un gol porque a la 'U' le marcaba siempre, y fue tanta la buena impresión que Wanderers intentó nacionalizarme para hacerme jugar esa temporada, ya que tenían los cupos de extranjero copados".
La cantidad de trámites para hacer efectiva la nacionalización y la nostalgia por su tierra, llevaron al ídolo evertoniano a rechazar la oferta wanderina y cerrar, ahora definitivamente su carrera, en Germinal de Rawson, con el que llegó a semifinales de la Nacional "B".
"A Everton lo adoro, y a Wanderers lo respeto. Siempre dije que ambos equipos reflejaban mucho la idiosincrasia de las dos ciudades. Mientras Wanderers simboliza ese juego de esfuerzo, de garra y lucha, como lo hacen los porteños, Everton debe ser todo disfrute y juego bonito, mucho más técnico, porque con eso se identifica Viña del Mar", cerró.
El "regalo" de Nicolás Massú
Una anécdota que es recordada con particular afecto por Edgardo Geoffroy, vincula al exvolante oro y cielo con el destacado extenista nacional Nicolás Massú. Y es que en sus años con la camiseta de Everton, el jugador concurría a los cumpleaños del futuro medallista olímpico. Un hecho que, comenta, pudo rememorar junto a parte de la familia de Massú en uno de sus pocos viajes a la Ciudad Jardín. "Yo solía ir, a petición de la familia, como regalo de cumpleaños para Nicolás, que hasta hoy es hincha de Everton. Yo iba y me quedaba jugando un rato con él y sus amigos. Me enteré muchos años después de que había sido y es aún una figura importante en el deporte, esas cosas a uno lo hacen sentirse contento".
4 temporadas defendió la camiseta de Everton el volante argentino Edgardo Geoffroy, entre los años 1987 y 1990.
1993 fue el año del retiro definitivo de Geoffroy, tras una aguda lesión que lo afectó jugando por Germinal de Rawson.
153 partidos con la camiseta evertoniana disputó el trasandino, siendo el tercer extranjero que más duelos jugó en los auriazules.