Cartas
Presupuesto para Bomberos
Llama profundamente la atención el hecho de que el Gobierno haya rebajado una cantidad considerable del presupuesto de Bomberos y que posteriormente diera pie atrás.
Es muy lamentable que se adopte una decisión tan absurda y poco fundamentada, perjudicando a una institución que entrega una labor inconmensurable en beneficio de la población, no tan sólo en incendios, sino que en múltiples actividades.
¿Por qué no reduce presupuestos a estamentos tales como el Instituto Nacional de Derechos Humanos? Más aún, se da el lujo de aumentarlo, considerando que su labor ha sido un fracaso y cuyo aporte a la sociedad ha sido sólo para aumentar la brecha ideológica entre los chilenos.
Pedro Pietrantoni N.
Preocupante retraso
Once años lleva tramitándose la ley del nuevo Servicio Nacional de Protección de la Niñez. Todo estaba preparado para la semana pasada con la aprobación del Senado y nuevamente no se aprobó y pasó a comisión mixta, lo que podría volver a retardar la nueva y urgente ley... y los niños de nuevo pierden… ¿por qué?
Se posterga lo más urgente e importante que traería la nueva ley: "El sujeto de atención no será sólo el niño, sino el niño y su familia". Hoy estamos incubando una nueva crisis que es la llamada "salud mental". Los niños necesitan especialmente a sus familias en este tiempo de angustia, de ansiedad y de estrés, y así evitaríamos fugas por miedos a contagios. Hoy no pueden ser visitados y si lo hacen es con severas restricciones, que es lo correcto, pero niños de 4, 6 u 8 años, eso no lo entienden. Si tuviéramos hoy esa ley, muchos de nuestros niños estarían con sus familias asistidas por nuestros profesionales en sus hogares.
Suplico a la presidenta de la comisión mixta, la senadora Ximena Rincón, no dilatar esta urgente ley, así lo exige "el bien superior del niño"; y nosotros, las residencias que los protegen, suplicamos por esta nueva ley de protección de la niñez y adolescencia con la que se termina la era del Sename.
P. Enrique Opaso Valdivieso Fundación Refugio de Cristo, Región de Valparaíso
Responsabilidad
Las percepciones, el sentir o el cómo se observa un fenómeno pueden ser muchas veces más determinantes que el suceso mismo. Esa es la estela que deja ver la última encuesta Cadem, que muestra cómo ha aumentado la sensación de que la principal causa del aumento del virus es que "la gente no respeta las medidas sanitarias, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas", con un 59%.
Conocidos son ya los reiterativos casos de incumplimiento de las medidas sanitarias o de sortear los obstáculos que la autoridad ha puesto para limitar desplazamiento. El control de esta pandemia depende en buena parte de la actitud que tomen los propios ciudadanos al momento de enfrentarla y no tan sólo de la actividad que despliegue o no el poder Ejecutivo.
Es deber de cada persona colaborar con el cumplimiento de las medidas y no forzarlas, no sólo por las sanciones que traerá aparejada esa conducta, sino para cuidarse a sí mismo y a los demás. La caridad parte por casa.
Jose Luis Trevia Fundación para el Progreso
Tarea de todos
Dado que una pandemia afecta a la humanidad en su conjunto, el impacto que produce en las diversas actividades humanas desencadena recesión económica y crisis humanitaria. En un escenario tal, la ciudadanía observa las decisiones tomadas por el Gobierno y se entrega al auxilio de los técnicos y profesionales de la salud, quienes constituyen la primera defensa contra el enemigo invisible.
¿Le cabe algo más que atender y acatar a la persona corriente? ¿Pueden los individuos, sólo en virtud de sí mismos, ser agentes de bienestar en tiempos de conflicto? La respuesta es afirmativa. En circunstancias normales, cada uno es dueño de la actitud que proyecta hacia los demás, y tiene libertad para rechazar el malhumor, la indolencia y toda otra fuente de discordia.
Pero se dirá que las circunstancias son anormales y que es ingenuo esperar el dominio de sí frente al encierro, la discontinuidad de los hábitos y la incertidumbre. Y habrá de responderse que aunque la fe en el individuo pueda ser mayor o menor, inevitablemente nos tenemos los unos a los otros. Que de todos depende resolver, con la miríada de contribuciones particulares, en sus distintos niveles y alcances, aquello que a todos nos toca.
Andrés Salas Profesor Escuela de Psicología Universidad Adolfo Ibáñez
Desarrollo
En su columna del 5 de mayo en The New York Times, Thomas Friedman analizó la brutal constatación que el covid-19 trajo a los estadounidenses: que sus deficiencias para combatir la pandemia son el resultado lógico de devaluar la ciencia y la lectura, atacar funcionarios públicos como deporte político, convertir la política en entretenimiento y adoptar horribles hábitos alimenticios.
Haciendo el mismo ejercicio, la lección para el Chile pospandemia sería la de sacudirnos de la mediocre condición de desarrollo frustrado, atascados en este extraño subdesarrollo (modernidad a medias) que nos tiene desde 2008 creciendo mínimamente y con altos niveles de polarización y conflicto.
Aspiremos a convertirnos en potencias regionales como Israel, Corea, Taiwán o Singapur (todas naciones pequeñas), cerrando nuestras contradicciones: relevemos la inteligencia a gran escala y convirtámonos en la población mejor educada de América Latina; profesionalicemos al máximo la política eligiendo individuos moderados y no fanáticos de cualquier signo o mediocres disfrazados de una banal fama; institucionalicemos lo mejor de la tecnocracia; impulsemos nuestros éxitos económicos con política tecnológica, y erradiquemos enfermedades metabólicas no transmisibles.
Camilo Barría-Rodríguez
Dieta parlamentaria
Todo indica que la palabra rebajar, y todos sus sinónimos que acepta la RAE, está fuera del lenguaje de los parlamentarios. Como que les produce urticaria. Basta con ver todas las "verónicas", al mejor estilo de "Dominguín" y olé, que le han hecho en pleno a la rebaja de las dietas parlamentarias, del número de senadores y de diputados, del número de asesores, etcétera, salvo que el uso de la palabra rebajar vaya en favor de sus propios beneficios. ¡Otra cosa es el bolsillo personal!
Luis Enrique Soler Milla