"A mi juicio, el Gobierno debe buscar alternativas para apoyar a los estudiantes"
La inesperada obligación de volcarse exclusivamente a la modalidad de clases a distancia pilló bien parada a la Universidad Andrés Bello (UNAB), asegura su rector, Julio Castro, quien destaca que tienen años de experiencia en la materia.
"UNAB cuenta con la plataforma Blackboard, una de las más prestigiosas del mundo en esta materia, y ello nos da un respaldo importante a la hora de garantizar la calidad de la formación online que estamos entregando. Más del 88% de nuestros cursos se están impartiendo en forma online, y en las últimas semanas hemos tenido en promedio casi 10 mil sesiones de videoconferencias con un promedio diario de alrededor de 40 mil asistentes únicos. Este esfuerzo ha sido posible gracias a la capacitación de más de 4.000 académicos, proceso que veníamos realizando desde el año pasado, y que potenciamos desde enero pasado a la fecha, y el cual continúa en marcha", destacó Castro.
- ¿Qué dificultades han sido las más difíciles de sortear?
- La educación a través de la modalidad online no se trata sólo de contar con una plataforma adecuada y que estudiantes y docentes tengan los equipos y conectividad adecuados. Como universidades debemos ser capaces de conseguir que ésta se transforme en un medio para seguir desarrollando cada modelo educativo tal cual está planteado, con las mismas exigencias que la educación presencial.
De ahí que la capacitación a los docentes, así como también la capacidad de adecuar el proceso de enseñanza a este nuevo formato son clave. Junto a ello, las instituciones deben saber acompañar al docente y hacer seguimiento del proceso de enseñanza, de manera de reaccionar de forma efectiva y garantizar los aprendizajes esperados.
En esa línea, uno de los grandes desafíos son las evaluaciones de los aprendizajes y cómo cada docente es capaz de rediseñar este proceso y la capacidad de la universidad de disponer de la tecnología adecuada para implementarlo de manera exitosa.
- ¿Hasta cuándo cree que puede sostenerse una situación de educación a distancia?
- Creo que es muy difícil adelantar una fecha. La situación es demasiado compleja y cambiante y todo dependerá de la evolución de las condiciones sanitarias. Aquí lo importante es garantizar la continuidad de las actividades académicas y, al mismo tiempo, la seguridad de la comunidad, y por ello la virtualidad de las clases es la mejor alternativa. Haber estado ya preparados para esto hace mucho tiempo, nos ayudó muchísimo a poder implementarlo de forma exitosa.
Cuando las condiciones lo vuelvan a permitir, seguramente no existirá un retorno masivo a las aulas. Eso es algo que vemos lejano. Se buscará mantener a la comunidad segura y comenzar por aquellas clases y actividades que no puedan ser virtualizables, poco a poco, sin arriesgar a ninguno de nuestros estudiantes, docentes o colaboradores.
- Las universidades del CRUCh vislumbran una severa crisis económica asociada a la pandemia, si es que el segundo semestre se mantienen los problemas en los pagos de aranceles y la baja en las matrículas. ¿Cuál es la situación de la UNAB?
- La UNAB así como todas las instituciones y creo que todo el país, también se verá impactada por esta pandemia. Es algo esperable. Tenemos más de un 45% de nuestros alumnos dentro de los primeros 6 deciles de ingresos y, por ello, es esperable que se encuentren en una mayor situación de vulnerabilidad. A ello hay que sumarle el efecto psicológico de esta crisis, un tema del que se ha hablado poco pero que es palpable y es una consecuencia más de esta pandemia por la cual el mundo está atravesando.
La universidad ha sido tremendamente conservadora y responsable con sus finanzas a lo largo de los años y, por eso, a pesar de los impactos de la crisis, hemos podido poner en marcha una serie de medidas de apoyo financiero y académico para nuestros estudiantes, así como también apoyo vía becas de conexión para que muchos de quienes no tenían las herramientas para estudiar 100% online, puedan contar con ellas.
Creo que estamos en una situación crítica y creo también que existen muchas instituciones que se encuentran muy ajustadas -en especial en el sector privado que no tienen ningún aporte estatal directo- y la prolongación de esta situación, o la consecuente crisis financiera posterior, puede dejarlas en un muy mal pie a la hora de continuar sus operaciones.
- ¿Cómo evalúa la gestión del Ministerio de Educación frente a la pandemia?
- Creo que el Mineduc ha reaccionado de forma adecuada, así como también los organismos relacionados al sistema de educación superior, como la Comisión Nacional de Acreditación o la Superintendencia. En estos últimos casos se han tomado decisiones para apoyar a las instituciones, facilitando la gestión y haciendo de esa forma que éstas se focalicen en pasar adecuadamente esta emergencia.
Esta situación es nueva para todos y también creo que siempre se puede hacer más, y en la medida que esto va avanzando debiésemos ir viendo nuevas medidas que busquen apoyar a quienes más lo necesitan: nuestros estudiantes.
- ¿Tienen algún planteamiento o demanda que hacerle al Gobierno en lo que respecta a esta crisis sanitaria?
- Hoy el rol del Estado debe estar enfocado en las personas, por lo tanto, a mi juicio el Gobierno debe buscar alternativas para apoyar a los estudiantes. Estamos en una situación crítica y debemos, todos, hacer los mayores esfuerzos por garantizar que el proceso formativo se mantenga. En esa lógica, ideas como la creación de un sistema de créditos de emergencia por la coyuntura, ampliar el CAE, extender o reasignar becas estatales con el objeto de enfocarse en aquellos que se han visto afectados por esta crisis sanitaria, son opciones que debieran analizarse para dar apoyo en este complejo escenario.
- ¿Está de acuerdo con una rebaja de aranceles, como han planteado algunos estudiantes de diferentes universidades?
- Creo que aquí se ha instalado una idea que es errónea y que apunta a que las instituciones tienen ahora menores costos. Ello no es así. Los ahorros que se podrían estar dando son marginales respecto a las ayudas que se están entregando y las inversiones adicionales en el fortalecimiento de plataformas y adecuación de la operación. Si a ello le sumas la menor admisión y los problemas que están teniendo muchas con la cobranza, dejas a las instituciones muy tensionadas.
Hace poco, un estudio del CRUCh mostraba precisamente esa situación. Imagínese en universidades privadas que no reciben ningún aporte estatal.
El sistema privado ha hecho grandes esfuerzos y gran parte de las instituciones está entregando hoy ayudas y apoyo a sus estudiantes. Ojalá esto pueda ir en aumento.
- ¿Cree que debiera darse una rebaja o condonación analizando cada caso en particular, en vez de una rebaja general?
- Siempre he sido partidario de apoyar a quienes más lo necesitan. Una ayuda generalizada, si bien comunicacionalmente es muy potente, es poco efectiva, ya que al final el apoyo se diluye en muchos y quienes más lo requieren terminan por verse poco beneficiados.
Soy partidario de ver caso a caso e intentar, con las herramientas de cada institución, ayudar a que el estudiante termine su proceso formativo. Ese es nuestro rol.
"Una ayuda generalizada, si bien comunicacionalmente es muy potente, es poco efectiva, ya que al final el apoyo se diluye en muchos y quienes más lo requieren terminan por verse poco beneficiados".
"Resulta clave poder abrir nuevamente la postulación a los beneficios estudiantiles, ya que cuando se cerró el proceso, los estudiantes no estaban enfrentando la realidad económica que estamos viviendo hoy".
"Cuando las condiciones lo vuelvan a permitir, seguramente no existirá un retorno masivo a las aulas. Eso es algo que vemos lejano".