"Le tiramos un poco las mechas al compañero que se contagió"
Ha transcurrido poco más de un mes y Johnny Herrera lentamente va superando el duelo tras la partida de su madre, fallecida a causa del coronavirus. Dice estar más tranquilo, asumiendo de cierta forma su falta, ese vacío de profundidades abismales, insondables.
Tras su regreso a Viña del Mar desde Angol, el portero de Everton estuvo dos semanas en cuarentena preventiva. Eso lo obligó a sobrellevar los primeros 14 días del duelo solo en su departamento, un momento de introspección intensa. Por seguridad frente a un eventual contagio, su señora e hijo se fueron donde sus suegros. No había otra alternativa. "Fue duro, duro", reconoce Herrera, recalcando el refugio que ha encontrado en su pequeño núcleo familiar.
"La pena más grande para mí fue que mi mamá estuvo entre las primeras diez personas que fallecieron en el país (producto del virus), y fue completamente fortuito. Por haberse ido a ver un resfrío común a la clínica se terminó contagiando. Fue increíble, fue difícil de asumir y creer", cuenta.
- Y poco después vuelven de vacaciones y se encuentran con un compañero afectado por el virus.
- Es que va a ser parte de esto... Gran parte de la población se va a terminar contagiando sí o sí, y más cuando no toman las medidas que corresponden. Uno se cansa de escuchar al gobierno que dicta y dicta medidas, pero si nosotros no somos capaces de asumirlas, no tenemos mucho qué hacer como sociedad... No sacamos nada con tomar todas las medidas del mundo, que nos digan todas las cosas y probables consecuencias, si no tomamos conciencia. Somos nosotros los que tenemos que tomar distancia, cuidar nuestra higiene, usar mascarillas. El individualismo es penoso, llega a ser penoso no ser empático con el que le pueden pasar cosas graves. Realmente, como sociedad en esta pandemia estamos dejando mucho que desear, lamentablemente.
- Hay gente que incluso opina que a los jugadores se les podría multar o sancionar de alguna manera, al igual que a los clubes, por los contagios.
- No he escuchado ese tipo de referencias. Pero creo que acá va a primar el sentido común. Si llegamos a jugar de nuevo, cosa que lo veo un poco difícil, la forma y las medidas que se van a tomar, van a ser muy paliativas, pero no van a ser concretas, ni tampoco vas a evitar los contagios porque en el fútbol hay mucho roce. Incluso cuando empezamos a jugar y estaba el tema de evitar los saludos de mano, por ejemplo, era ridículo. Te saludabas con el codo y después celebrabas un gol con diez tipos abrazados, y en un córner hay roce entre 20 jugadores, entonces a eso voy con las supuestas medidas que se están tomando. Acá hay una cuestión más general. Realmente, esto va a estar difícil y esperemos que se aplane lo más posible, que existan cada vez menos contagios para que el sistema de salud resista, y acá caemos todos, no solamente los futbolistas, sino que la sociedad.
- Cree que hay alguna posibilidad de achacarle responsabilidad al jugador, o simplemente al no haber nadie inmune no se puede juzgar de esa manera.
- Acá no hay nadie inmune, no hay ningún superhéroe ni nada. Las medidas al final son un poco para la galería, porque con tanto roce que hay en el fútbol es difícil si es que alguien tiene síntomas evitar el contacto con él.
- ¿Cómo ha sido lidiar con un compañero contagiado?
- Bien. En un principio fue como tirarle las mechas un poco al que se contagió, pero también, por lo que nos contó él, hay que eximirlo un poco de la culpa. Él avisó que estaba con síntomas y de pronto no fueron quizá las medidas que se pudieron haber tomado de prevención. Pero a estas alturas, acá es muy difícil que se escape alguien, así de simple.
- ¿Hay cierta angustia en el plantel por la posibilidad de que se haya contagiado alguien más?
- Yo creo que la mayoría está tranquilo, pero siempre van a haber compañeros que son un poquito más hipocondríacos que otros, y obviamente lo tomarán de forma distinta, es parte de también, pero insisto, acá lo más probable es que vamos a caer muchos, y que nos pille con las defensas altas no más, y bien, y con una red de salud que en caso que se ponga más crítica la cosa te pueda sostener. Ojalá que sea con los menos síntomas posibles, pero en caso que sea grave, ojalá que la salud te acompañe.
- El jugador afectado ha evolucionado bien por lo que se sabe.
- Está bien, pero lo pasó mal. Tuvo un par de noches bien críticas, con 39° C de fiebre. Yo soy bien cercano a él, entonces hablamos harto y hubo un minuto en que lo pasó mal, pero también con conciencia, porque no había respetado mucho las medidas que se habían pedido, entonces fue un tirón de orejas también para él. Existe una gran posibilidad de contagio, pero también existe una gran posibilidad de no contagiarte si respetas las medidas que te piden. Cosas que son difíciles, pero las tienes que respetar, tienes que hacerte nuevos hábitos, no tienes mucha opción. Por ejemplo, mi señora, es triste, pero le tocó a ella hacer el post mortem de una persona con covid-19, en la clínica. Y yo si fuera paranoico o hipocondríaco, me volvería loco, pero es tan simple como que me dice que tomó las medidas necesarias y tengo que creer en ella. Si por alguna razón se logra contagiar, habrá que asumir no más. Como digo, lo más probable es que muchos caigamos en esto.
- ¿Cómo ve el posible retorno del fútbol con un protocolo que contempla varias fases, con entrenamientos individuales primero y luego en grupos, un protocolo muy estricto?
- Va a ser difícil, pero es como la nueva normalidad que vamos a tener que entender, asumir. Si es que quieres que el fútbol sobreviva todo esto, son las medidas que tienes que tomar y habrá que acatar, no queda otra. Y así todo pienso que son medias para la tribuna, porque realmente evitar el roce cuando volvamos a jugar va a ser extremadamente difícil, porque erradicar el virus definitivamente va a llevar mucho tiempo, sin duda. También se entiende porque es una industria que abarca una gran cantidad de trabajos y tenemos que tomar los riesgos, no queda otra. Así como funcionarios de salud toman riesgos a la hora de tratar de evitar que la gente muera, nosotros vamos a tener que tratar de echar a andar esta industria. Son riesgos, pero es tan simple como que si no trabajas no hay dinero, y si no hay dinero no puedes comer. Es triste, pero esa es la realidad de todo el mundo.
"Realmente, como sociedad en esta pandemia estamos dejando mucho que desear, lamentablemente". "El compañero está bien, pero lo pasó mal... pero también con conciencia, porque no había respetado mucho las medidas que se habían pedido".
El acuerdo tras la rebaja salarial
Johnny Herrera cuenta que fue difícil asumir la rebaja salarial que afectó al plantel porque para nadie es fácil que de un día para otro le descuenten parte de su sueldo. Pero afirma que "en Everton lo solucionamos de la mejor forma". "Se dio súper rápido, en una o dos reuniones donde participó casi todo el plantel, y fue bien consensuado. Entendiendo la realidad del país era difícil hacer oídos sordos, y ponerte intransigente y no querer que descontaran nada era irreal para la industria", dice.