La dramática odisea de Roco para intentar volver a Curauma
CANOTAJE. Clasificada a los Juegos Olímpicos, la compañera de María José Mailliard fue enviada de vuelta a Constitución. No pudo cruzar San Antonio.
A mediados de marzo, poco después de regresar de una concentración en Guatapé, Colombia, las canoístas María José Mailliard y Karen Roco veían cómo el brote del coronavirus motivaba el cierre del Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) de Curauma, poniendo en suspenso su preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Cerca de dos meses después, ya confirmada la postergación de la cita de los anillos para el próximo año, y con la reapertura del CEO bajo ciertas condiciones y protocolos, Roco emprendió hace unos días el viaje a Valparaíso desde su natal Constitución. Sin embargo, lo que se suponía iba a ser el reencuentro con su pasión y los entrenamientos en las apacibles aguas del tranque La Luz, terminó transformándose en una pesadilla que todavía parece lejos de acabarse.
Luego de transitar por la intrincada ruta costera desde la región del Maule hacia la de Valparaíso, con su familia y todos sus pertrechos, incluyendo el bote que había cargado en la parrilla del auto, Roco tuvo que frenar en seco a la altura del río Maipo, justo a la entrada de San Antonio: una barrera sanitaria impedía el paso. Por más que evitó pasar por Santiago, en medio de una cuarentena total, igual se encontró con una barrera que terminó siendo infranqueable.
"Hablé con todo el mundo que estaba ahí. Les expliqué que era seleccionada nacional, que necesitaba pasar, y me dijeron que por ningún motivo", cuenta la canoísta, ya de vuelta en Constitución. "La funcionaria era súper pesada, porque me dijo: 'A mí no me importa que seas deportista'. Y me mandó de vuelta en forma muy prepotente", agrega la medallista panamericana.
Desde hace un tiempo, Karen Roco arrienda una casa en Curauma, donde vive junto a su marido y su hijo -que va al colegio Siglo XXI-, justamente para entrenar en el embalse. Pero ese argumento tampoco fue válido.
No era la primera vez que ella retornaba a su casa: algunas semanas atrás ya había ido por el día para echar un vistazo luego que una vecina la alertara sobre robos en el barrio. En esa ocasión no tuvo problemas, pero esta vez fue diferente.
Intentando encontrar apoyo, conversó con carabineros allí presentes. Le explicaron que solamente los residentes de San Antonio podían pasar, por más que ella siguiera de largo y ni siquiera se detuviese a comprar. "Me dijeron que no podía pasar porque a lo mejor iban a hacer cuarentena total y de ninguna región podían pasar. Si yo era de la Séptima, no podía pasar a la Quinta", recuerda.
Si bien fueron "más buena onda", de igual forma se vio obligada a dar la vuelta. "Estuve como media hora tratando de convencerlos y no hubo caso", lamenta.
Con frustración y sin encontrar respuesta, el viaje de regreso a Constitución fue incluso peor. "Me encontré con unas seis barreras sanitarias en todos los pueblos...Me demoré como un día, y quedé botada en la carretera, no me pasaban un papel notarial que tenía que sacar por internet. Me demoré un kilo en devolverme", sigue con el relato.
Clasificada a los Juegos Olímpicos en agosto del año pasado en la categoría C2 500 metros junto a Mailliard, Roco espera contactarse pronto con la ministra del Deporte, Cecilia Pérez, para así finalmente reencontrarse con su compañera y su entrenador Evidio González.
"Quiero ver si me consigo un salvoconducto o algo para dar cuenta que voy a entrenar. Quiero que me apoyen para poder pasar", dice la canoísta, un tanto desesperada.
Roco espera hacer un nuevo intento en la primera semana de junio, aunque el aumento del número de contagios le preocupa. Al menos en Constitución la situación es más tranquila, con apenas unos pocos enfermos, y eso le significa un gran alivio.
"Pero igual quiero ir para estar con un entrenador, porque no es lo mismo estar entrenando sola, y menos sin María José (Mailliard), porque entrenamos y como que competimos todos los días, nos vamos exigiendo. Eso se echa de menos", sostiene, a la espera de retomar como corresponde los entrenamientos.
Roco sabe que el tiempo apremia. Al estar en un periodo base del plan de entrenamientos, queda poco para que se haga indispensable su presencia en Curauma.
"Si dejamos pasar más tiempo creo que ahí nos va a perjudicar", asume Roco, mientras el reloj sigue corriendo.
Momentos de angustia en Constitución
Gracias a una autorización del alcalde de Constitución, Karen Roco todo este tiempo se ha mantenido entrenando con sesiones en el río Maule y en gimnasio. "Salgo por una orilla y nadie me ve del pueblo, y entreno como escondida, pero es un caso especial", explica. En este periodo su marido se ha tenido que hacer cargo de su hijo mientras ella luchaba por entrenar, y también contra sus propios demonios. La postergación de los Juegos Olímpicos fue un alivio; dice que antes de eso pasó unos tres días en que no paraba de llorar por la presión. "Estaba desesperada. Pensaba cómo voy a llegar tan mal a los Juegos Olímpicos. Estuve (vía Zoom) con dos psicólogos y ellos me ayudaron", cuenta Roco, agregando que "se me empezó hasta a caer el pelo de nerviosa. Pensaba que iba a dar la hora allá, eso me ponía nerviosa, porque uno quiere llegar a hacer un buen papel, no ir a dar vergüenza, porque vas a competir con puras potencias mundiales".
"Les expliqué que era seleccionada nacional, que necesitaba pasar, y me dijeron que por ningún motivo".
Karen Roco, Canoísta nacional
25 de agosto de 2019 fue el día en que Karen Roco y María José Mailliard clasificaron a los Juegos Olímpicos de Tokio.
8° lugar obtuvieron Roco y Mailliard en la prueba C2 500 metros del Mundial de Hungría, cuando sacaron pasajes a Japón.
2:09.82 el tiempo con que clasificaron a la cita olímpica, quedando a 7.01 segundos de las ganadoras, las chinas Sun y Xu.
2 meses el tiempo que Karen Roco lleva en Constitución, luego que cerraran el CEO de Curauma a mediados de marzo.