Coronavirus: la solitaria cuarentena de Vicente Cantatore en Valladolid
FÚTBOL. El histórico exjugador de Wanderers, campeón con Los Panzers en 1968, vive en una residencia para ancianos en España y no ha podido recibir la visita de su familia por el covid-19.
A fines de 2013, Vicente Cantatore abordó un avión para viajar a Valladolid, España, donde vive su único hijo.
El exjugador de Santiago Wanderers, campeón con Los Panzers en 1968 y además uno de los entrenadores más importantes del fútbol chileno, dejaba así su apacible vida en Viña del Mar, ciudad donde se había radicado hace años.
Un incipiente Mal de Alzheimer hizo que la familia del rosarino decidiera llevarlo a vivir en Europa.
En la localidad de La Cistérniga el ex DT que llevó a Cobreloa a dos finales de Copa Libertadores de América rehizo su vida junto a Marcelo, su único hijo, quien hace seis años relataba que la vida de su padre transcurría en tranquilidad, saliendo a tomar un café por la mañana, viendo televisión y jugando dominó.
Sin embargo, aparentemente el avance de su enfermedad obligó a su familia a llevar al patriarca a un asilo donde recibiera mejores cuidados.
Es ahí donde pasa sus días, en un lugar en el cual no ha podido recibir visistas en los últimos meses debido a las medidas preventivas existentes en España debido a la pandemia por el coronavirus.
Marcelo Cantatore señala desde Valladolid que "te puedo contar que mi padre por suerte se encuentra bien, en su residencia no han habido casos de contagio".
A reglón seguido, el hijo del extécnico revela que por las restricciones sanitarias lleva demasiado tiempo sin verlo, lo que evidentemente le preocupa.
"Lamentablemente llevo mucho tiempo sin poder ir a verle por las restricciones que ya conocemos", dice.
El único familiar cercano que tiene contacto con Vicente Cantatore agradece la preocupación por su padre, envía saludos a sus amistades en Chile y pide no extender la conversación.
"Déjalo así, gracias", señala.
A once mil kilómetros de distancia de Castilla y León, Jorge Luis Siviero recuerda a su viejo amigo en Viña del Mar.
Cantatore dirigió al uruguayo en Cobreloa y desde ese tiempo forjaron una férrea relación que se acrecentó en los últimos años que el entrenador pasó en Chile.
"Lamentablemente tengo muy poca información de Vicente, hace poco me llamó Juan Carlos Gangas, que fue su ayudante técnico, y lo único que sabe a través de su hijo es que está en una residencia de ancianos, que está bien físicamente, pero en Valladolid, que se ubica cerca de Madrid, donde hay miles de contagiados", expresa el exgoleador.
Aparentemente el único contacto que la familia Cantatore tiene en nuestro país es Gangas, quien hace años trabaja como formador en las cadetes de Audax Italiano.
Desde su cuarentena en Santiago, el también exfutbolista señala que eventualmente habla telefónicamente con Marcelo Cantatore, quien incluso alojó en su casa la última vez que vino a Chile.
El exayudante de Vicente Cantatore relata que conversó hace una semana con su hijo y ratifica que el rosarino vive en un asilo de ancianos cercano a la casa de su familia, en La Cistérniga. El único contacto es a través del teléfono, mediante el cual monitorean a menudo su estado de salud.
"El está bien, está sano, aunque su memoria no está bien, tú sabes que sufre de Alzheimer. Hace más de dos años que vive en una residencia, y quizás sea lo mejor para él", dice Gangas, quien reconoce que hace tres años no ha podido hablar con su viejo amigo.
"Lo llamé para su cumpleaños esa vez, hablamos muy poco, le pregunté si se acordaba de mí y me dijo que sí, 'tú eres el Juanca", me dijo, y se reía. La última vez que lo vi cara a cara fue el año 2013, el día en que lo fui a dejar al aeropuerto cuando se fue a España", dice el ayudante técnico de Cantatore, quien confidencia que el hijo de su amigo le dice que su padre no lo ha olvidado.
Siviero lamenta no haber podido tener contacto con su exentrenador desde que partió a España.
"Yo no he vuelto a tener contacto con Vicente ni con Marcelo, desde que se fue de Chile", dice el uruguayo, quien dice que tampoco ha vuelto a ver a Carlos, hermano de Cantatore, quien venía desde Rosario a visitarlo cuando vivía en su departamento de Recreo.
El exdelantero recuerda que muchas veces su amigo le confesó que quería morir en Viña del Mar, "'esto es un paraíso', me decía, le encantaba el clima, la ciudad, la gente. Pero su partida es un tema difícil, fue una decisión personal de Marcelo, que es su único hijo".
Un campeón en Valparaíso
Vicente Cantatore llegó a nuestro país el año 1960 para jugar por Rangers de Talca. En 1964 fichó por Santiago Wanderers, donde inicialmente se ubicaba en el mediocampo. Posteriormente comenzó a alinear en la zaga, donde hizo dupla con Elías Figueroa en 1966. Cuando partió el seleccionado chileno a Peñarol, defendió la zaga con Manuel Ulloa y en 1968 se tituló campeón del fútbol chileno, bajo la dirección técnica de José "Gallego" Pérez. En 1970 fichó en Concepción, donde se retiró en 1973. Dos años después inició su carrera como DT en el club lila. En su trayectoria como entrenador destacan las dos finales de Copa Libertadores de América con Cobreloa y sus pasos por el Valladolid y el Sevilla de España.
"Mi padre por suerte se encuentra bien, en su residencia no han habido casos de contagio, lamentablemente llevo mucho tiempo sin poder ir a verle".
Marcelo Cantatore, Hijo de Vicente Cantatore
"Vicente es un tipo muy correcto, un gran deportista, se le recuerda por eso, por ser una gran persona".
Juan Carlos Gangas, Exayudante técnico de, Vicente Cantatore
"'Esto es un paraíso', me decía, le encantaba el clima de Viña, la ciudad, la gente. Pero su partida es un tema difícil, fue una decisión personal de Marcelo, que es su único hijo ".
Jorge Luis Siviero, Exdelantero de Cobreloa y amigo de Vicente Cantatore
84 años tiene Vicente Cantatore, quien nació el 6 de octubre de 1935 en Rosario, Argentina. Luego se nacionalizó chileno.
1968 la temporada en que el zaguero logró el título con Santiago Wanderers, integrando el recordado equipo de Los Panzers.
0-1 ante Palestino, el 19 de abril de 1964, fue el debut del rosarino con la camiseta del Decano, que defendió durante siete temporadas.