Los actores en el reparto del botín
Integrante de la directiva de Cormuval identifica a responsables en el cuestionado concurso para nombrar a directores de escuelas. Gianni Rivera destaca que la importancia del concurso reside en que está destinado a nombrar directivos de planteles que atienden "a los niños y niñas más vulnerables y con mayor dificultad en el acceso a la educación de Valparaíso".
"Lo importante era repartir un botín para algunos". Quemante afirmación en entrevista con este Diario de Gianni Rivera (DC), integrante del directorio de la Cormuval, el ente municipal que administra la educación y la salud en Valparaíso.
Rivera, ingeniero comercial y exgobernador de la Provincia de Marga Marga, representa en la Cormuval al Consejo de Rectores y le ha cabido una acción decisiva ante el turbio caso del fallido concurso destinado a designar 15 directores de colegios municipales porteños, convocatoria que mereció reparos de sectores parlamentarios y desde el interior de la propia municipalidad a través de un informe jurídico que señalaba vicios del proceso.
Rivera destaca que la importancia del concurso reside en que está destinado a nombrar directivos de planteles que atienden "a los niños y niñas más vulnerables y con mayor dificultad en el acceso a la educación de Valparaíso".
Y tiene toda la razón cuando el discurso generalizado es la calidad de la educación que se debe entregar a esos sectores, materia que en la convocatoria pareciera se pasó por alto nombrando casi "a dedo" a personas afines a la administración alcaldicia. En primera instancia lo obrado fue validado por un informe jurídico de la propia Cormuval encargado por el alcalde Jorge Sharp, presidente del organismo. Sin embargo, la Contraloría Municipal identificó ocho vicios en el proceso, por lo cual el jefe comunal dejó sin efecto los resultados, anunciando un nuevo concurso; pero ante reacciones condenatorias de diversos sectores y el clima de desconfianza creado con el primer llamado, desistió de una segunda convocatoria.
Insistiendo en la opacidad del proceso, Rivera acusa que siendo miembro del directorio de la Cormuval se impuso por la prensa de la cuestionada convocatoria. Todo en circunstancias que el próximo año las municipalidades deben entregar los colegios al Servicio Local de Educación. Agrega que "nunca entendí cuál era el afán de adelantar este concurso, de malgastar cerca de $ 60 millones (en una consultora) para dejarle a la nueva administración un número importante de directores amarrados". Y estos "amarrados", dice Rivera, eran "en su mayoría personas vinculadas a la misma Corporación y al Frente Amplio".
Ante la petición de renuncia del gerente de la Cormuval y de la directora de Educación formulada por seis de los diez concejales, Rivera sostiene que en este caso esperaba "un terremoto", pero "no se ha realizado mea culpa alguno". Y va más allá afirmando que "aquí quien administra la Corporación, digamos las cosas como son, es el alcalde".
Contundentes afirmaciones desde el interior de la entidad, la Cormuval, donde uno de sus directores identifica a los actores en el "reparto del botín".