Ante la dura llegada de la cuarentena total
La esperada medida de confinamiento cubre una población de 315.732 habitantes de Valparaíso y 361.373 de Viña del Mar. El intenso movimiento de personas evidenciaba la necesidad de la medida. Por otro lado, conductas impropias como juntas nocturnas, prácticas deportivas o "asaditos" como el de Pablo Quintanilla demostraban que muchas personas no se tomaban en serio la agresiva presencia de la pandemia.
La cuarentena total para Valparaíso y Viña del Mar, que estaba siendo solicitada por alcaldes y por la comunidad científica, finalmente llegó y se comenzará a aplicar desde mañana viernes, a las 22 horas.
El confinamiento afecta a los 315.732 habitantes de Valparaíso y a 361.373 de Viña del Mar, totalizando así, junto a San Antonio ya en cuarentena, 773.864 personas. Más de 8 millones 800 mil personas en todo el territorio nacional.
La cuarentena es una medida dura que se basa en altas cifras de contagios, 192 nuevos fallecimientos en todo el país, totalizando 2.475. Los contagiados suman más de 148 mil personas y los nuevos casos alcanzan a 5.737. La mayoría de estas cifras corresponden al Gran Santiago, pero en segundo lugar se ubicaba ya Valparaíso.
Más allá de las cifras que avalan la decisión oficial, está como base de la determinación la falta de cumplimiento por parte de la población a los llamados de confinamiento voluntario.
El movimiento en las calles, en locales comerciales y en medios de transportes así lo evidenciaban. Por otro lado, conductas impropias como juntas nocturnas, prácticas deportivas colectivas o "asaditos" como el de Pablo Quintanilla demostraban que muchas personas no se tomaban en serio la agresiva presencia de la pandemia.
La cuarenta total, una semana, prorrogable, tiene varios alcances. El primero de ellos es sanitario, ya que se trata de una medida para frenar el avance del covid-19. A la vez, ese confinamiento limita otros procedimientos médicos. Altera además el abastecimiento doméstico, muchas veces encareciéndolo por el uso de aplicaciones, y también afecta la asistencia al trabajo de las personas, en particular las de menos recursos, que tienen empleos eventuales.
En Santiago la medida ha sido menos efectiva en sectores más vulnerables, con aumento de contagios debido al hacinamiento y malas condiciones habitacionales. A esto se han sumado tomas que no dan garantías para la vivienda, situaciones todas que se reproducen en Valparaíso y Viña del Mar y que exigen un seguimiento en terreno.
Hay que recordar que la cuarentena no cubre a Quilpué, Villa Alemana y Concón, ciudades del Gran Valparaíso muy vinculadas a la totalidad de la intercomuna por la movilidad y necesidades de sus habitantes. Pese a todas las dificultades descritas, la medida era necesaria y el rol de la autoridad es hacerla cumplir aplicando las sanciones que correspondan.
Pero, a la vez, buscando un efectivo resultado de la medida, es fundamental atender en terreno a las necesidades de los sectores de menores ingresos, ocupándose de su abastecimiento, salud física y mental y de eventuales aislamientos en residencias sanitarias cuando ello proceda.