"No siempre el chileno te dice lo que está pensando, pero sí lo hace entre líneas"
¿Se ha preguntado cómo entenderse con el resto cuando todo parece andar mal? En medio de sus aventuras como deportista extremo y surfista, José "Goyo" Martos pensó lo mismo y se volcó a leer al español Álvaro González y el argentino Fred Kofman para entender las implicancias que puede tener el practicar una buena comunicación.
"Goyo", como le gusta que lo llamen, cree que las palabras cortan. De hecho, supo de eso cuando luego de una conferencia en Panamá, uno de sus clientes pidió despedirlo. Allí debió hacer gala de sus conocimientos y logró dar vuelta la situación. Ahora son amigos con quien pidió su salida de la empresa.
El director comercial de Clarke & Partners empezó de esta manera a moverse entre su natal Venezuela, México y Chile, asesorando a empresas del ramo petrolero, comunicacional y retail, convirtiéndose con el tiempo en un relator experto con casi 20 años en materias como servicio y liderazgo.
Fue que gracias a esa experiencia que el licenciado en Administración realizó una videoconferencia, organizada por la Empresa Puerto Valparaíso -junto a Clarke Chile y la Asociación Logística de Chile (ALOG)- y moderada por Carlos Cárcamo, coordinador Comercial y de Marketing de EPV, en la que se refirió a la importancia y el poder de la conversación en tiempos de crisis.
Ingredientes históricos
- ¿Cree que entendemos la importancia de la conversación?
- A veces emisor y receptor emiten y escuchan. Eso no quiere decir conversar. Esa comunicación no necesariamente llega a buen puerto. Al conversar se utilizan muchos elementos y herramientas que hay que tratar de sincronizar.
- ¿Cuánto falta en Chile para comprender el rol de la conversación?
- Chile es un tesoro dentro de Latinoamérica y en Chile hablan su propio idioma. No siempre el chileno te dice lo que está pensando, pero sí lo hace entre líneas. Es importante tratar de entender eso. La comunicación no verbal y el tono son importantes. Acá y en cualquier parte del mundo, la gente no siempre dice lo que está pensando y lo interesante es leer entre líneas entender a la otra persona respecto a qué quiere decir.
- ¿A qué se debe esa encriptación?
- No pasa por falta de redacción o falta de vocabulario. Es cultural. Los norteamericanos se comunican directo y claro, sin darle ruedas al asunto. En Latinoamérica es al revés. Ocurre que los seres humanos a veces nos comunicamos diciendo primero lo que no queremos decir, sino lo que el otro quiere escuchar. En Chile hay ingredientes históricos. Chile vivió muchos años bajo un gobierno de régimen militar, con toque de queda. Eso hizo que las personas se comuniquen de manera distinta, menos directa. Y eso quedó sembrado en el inconsciente.
Nutrición cultural
- ¿Hay mucha ideología en nuestra forma de comunicarnos?
- Creo que no. Hay ingredientes que ayudaron a que la comunicación sea distinta. Chile es poco visitado turísticamente. Hace años en el metro no veíamos gente de color. Esa nutrición cultural le ha dado mucha apertura al chileno. Ya conocen el acento de las personas. Y le hacía falta porque con eso se crece comunicacionalmente.
- ¿Se puede ser espontáneo en una conversación independiente del contexto o se corren riesgos?
- Depende. No es lo mismo una conversación entre un par de líderes de gobierno, en una rueda de prensa o conversando. Uno agarra un pedacito de la conversación y -fuera de contexto- un tipo puede quedar de racista. La espontaneidad le da más autenticidad a la comunicación. Hay que cuidar los detalles porque la comunicación es un arma de doble filo.
- ¿Cómo se conversa eficientemente en tiempos de crisis?
- Independientemente de la crisis o presión, se deben considerar varias cosas, sobre todo dos. Primero, el argumento. Cómo tú te preparas para enfrentar una conversación. Qué información, las partes en las que tú divides la comunicación. El otro eje es la capacidad de emoción y empatía. Cómo tú te conectas y entregas el mensaje a la otra persona. Cómo pienso y me pongo en tus zapatos para entregarte información. Sin argumento y empatía la conversación desaparece.
- En un escenario de confinamiento y -cómo dice- en una sociedad que habla entre líneas, ¿cómo conversar en redes sociales?
- Hay que cuidarse del consumo excesivo de información, distinguir y administrar la información chatarra. Muchas páginas no están alineadas con lo que estamos viviendo. Publican respecto a la dificultad para encontrar la cura del VIH y lo comparan con el Covid. Creo que cada uno debe verlo con su óptica y habría que optar por contar a las personas que se curan más que los muertos.
- A la fecha, ¿cómo han conversado las partes involucradas en el estallido social chileno?
- Es un tema espinoso. Para mí, Chile es la Perla de Latinoamérica. Es caro, sí. Las cosas funcionan, sí. Como extranjero me agarró sin previo aviso y lo veo con otro ángulo. Hay que meterse en los zapatos de los chilenos y vivirlo en carne propia. No vi liderazgos claros de parte y parte. No vi liderazgos que identificaran problemas y pasos. Hace falta decir lo que se piensa. Hay entretelones entre entender y no cuando el incendio está encima, pero como todo pueblo se quieren ver acciones. Hay que lograr acuerdos. Ojalá esto sea un lindo pasado y se construya un país mejor para nuestros hijos.
Comunicación compleja
- A la clase política llamada a resolver y representarnos, ¿cuánto le cuesta conversar?
- En todas partes del mundo les cuesta conversar. Los que gobiernan cuando están en camino de ser personas llegables, pero cuando pasan al otro nivel es más difícil. La comunicación entre políticos y el pueblo es muy compleja y hay un grado de separación que hay que entender. No todos los políticos son malos ni buenos ni el pueblo malo ni bueno. En Venezuela no ves a los políticos en un restaurante. No son gente de pueblo. Acá están un poquito más presentes.
"Hay que cuidarse del consumo excesivo de información, distinguir y administrar la información chatarra. Muchas páginas no están alineadas con lo que vivimos".