"Ese récord en la posta va a durar bastante más, no creo que se supere tan fácilmente"
Hoy se cumplen 20 años desde que en el Sudamericano Universitario de Sao Paulo, Brasil, el cuarteto compuesto por Juan Pablo Faúndez, Sebastián Keitel, y los hermanos Ricardo y Rodrigo Roach cumpliera su objetivo y con un crono de 39,49 segundos sacara pasajes para los Juegos Olímpicos de Sídney en la posta 4x100. Dos décadas después, esa marca del 11 de junio del 2000 sigue vigente como récord de Chile.
El viñamarino Faúndez fue el líder del equipo que poco después de lograr la clasificación a la cita de los anillos se quedó sin su hombre más rápido: Keitel, quien se cortó el tendón de Aquiles. Pese a la incertidumbre, el grupo salió adelante superando una serie de obstáculos, y ya con Diego Valdés corrió en Australia enfrentando a combinados de Brasil, Italia, Nigeria, Jamaica, Eslovenia, Liberia y Hong Kong, y concluyendo en el octavo lugar de su serie.
El tiempo no ha pasado en vano. Faúndez, quien poco después de los Juegos Olímpicos dejó el atletismo para continuar sus estudios, hoy es abogado y se desempeña como académico en la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Sin embargo, los recuerdos siguen frescos en la memoria de quien fuera seleccionado chileno desde los 15 a los 25 años, entre 1990 y el 2000.
- ¿Fue muy difícil recuperarse de la baja de Keitel, que era el que se dedicaba al atletismo de manera profesional?
- Primero fue el impacto psicológico. En ese momento la velocidad estaba muy fuerte en Chile por este mismo proyecto de posta y todo, entonces había otros atletas que estaban ad portas y peleando un cupo, que fue el caso de Diego Valdés y Felipe Castillo, y con ellos fue como que pasó el chaparrón, dar vuelta la página, apliquemos cabeza fría y a quién buscamos. Y ahí asociamos a los dos para que también pudiéramos tener una competencia interna entre nosotros y para que nadie aflojara.
- Y también está el tema de tener que volver revalidar la marca bajo los 40 segundos, según lo acordado con la Federación Atlética de Chile al dar la opción de reemplazar a Keitel, y más encima a pocos meses de Sídney 2000.
- Seguimos con ese objetivo y llegamos a este último torneo que era en Cochabamba, y ahí corrimos la final de la posta, no hicimos la marca, nos pasamos por unas centésimas, pero dijimos estamos acá, se acaba todo, entonces fui a preguntar a los responsables del campeonato si era posible volver a correr dado que teníamos esta fecha como última opción para poder cumplir con el objetivo, y dijeron que bueno... y coordinamos con un equipo juvenil, que los pusimos para que nos tirara dándoles cierta ventaja. Se anunció por parlantes que el equipo chileno va a volver a intentar la marca para los Juegos Olímpicos, y ahí corrimos y justo bajamos a 39,96 segundos. De ahí fue llegar a Chile a ver qué pasaba, pero ya había una palabra empeñada, la idea era que se cumpliera y así fue.
- ¿Y cómo fue ese proceso en caliente de no lograr la marca en primera instancia, de porfiar e intentar de nuevo?
- Claro, fue en caliente y muy rápido. En el fondo era 'aprovechamos esta oportunidad o no', y como las postas son siempre la última prueba, entonces corrimos y se acabó el campeonato, y dije estuvimos tan cerca, estamos acá, si volvemos a Chile con que no se hizo esta cuestión se acabó el proyecto, nos quedamos debajo del avión, habían años invertidos en esto, así que dije que intentáramos una última opción y ahí fue rápidamente ir al árbitro del campeonato, explicarle, decir que por favor autorizaran una nueva carrera para que fuera oficial, entonces tenía que estar el marcador electrónico con todos los jueces disponibles, y se anunció por los parlantes, ahí sí que era el todo o nada. Era cuarenta y algo, sonamos, y si bajamos, fiesta. Las entregas fueron perfectas, no hubo ningún error, fue muy bien hecho, pese a la carga y a la altura, con el cansancio y todo. Y al equipo juvenil lo pusimos que partiera antes, como 15 metros más adelante cosa que nos fueran tirando en la curva y la recta, y ya al llegar a la segunda curva los igualamos y después yo era quien remataba y ahí era fluir, velocidad total y esperar. Y cantan la marca y fue una emoción impresionante.
- ¿Qué le parece que siga vigente la marca de 39,49 segundos conseguida en Brasil?
- Primero coincidió que éramos cuatro velocistas, cosa que creo que después no ha habido en Chile, que estén al mismo nivel, aunque Sebastián se alejaba un poco y estaba totalmente dedicado al atletismo. Pero los otros estábamos todos con buenos tiempos, yo con 10,47, Ricardo en 10,50, Rodrigo por ahí también. Entre nosotros además había mucha mística, mucha amistad, había una cuestión de darnos fuerza, de mucho compañerismo, con un objetivo súper claro. Yo después me alejé del atletismo, pero he visto que en las postas las marcas al menos no han sido buenas, aunque las femeninas sí han tenido buenos equipos. Lo que nosotros hicimos fue un trabajo muy metódico, de tener un proyecto claro, calendarización de campeonatos en el extranjero, renunciamos a muchas cosas, estábamos todos dispuesto a sacrificar estudios y de todo, y lo hicimos, entonces hubo un objetivo prioritario, que fue la posta, sabiendo que teníamos la calidad para poder llegar al objetivo inicial que era 38,75 segundos, para poder llegar a una final olímpica. Claro, con Sebastián lesionado eso quedaba afuera, pero con él veíamos que podíamos perfectamente pasar de los 39,49 a los a los 38,75 por la curva que llevábamos. La idea después era seguir corriendo en otros torneos para seguir bajando la marca, lo que no se pudo, pero había una convicción clara, un objetivo súper determinante, entrenando veranos enteros mañana y tarde, con concentraciones en Rapel y en Santiago. Aunque no éramos los cuatro profesionales, lo tomamos con mucho profesionalismo y creo que eso fue lo que de alguna manera permitió lograr la marca y como no se ha hecho algo parecido después, no se ha podido. Creo que ese récord va a durar bastante más, no creo que se supere tan fácilmente. No sé si después ha habido otro equipo que hayan bajado los 40 segundos. Nosotros cuando empezamos el proyecto de la posta, el récord de Chile era 40,35 segundos me parece, que había sido batido tiempo atrás. El equipo bajó esa marca y corrimos varias veces en 40 y algo segundos, después varias veces 39 y algo, hasta llegar a 39,49, entonces fueron muchas carreras bajo 40 segundos, que ya es una muy buena marca, y con eso fuimos bajando y bajando, y por eso quedó un récord que creo que va a durar. Fue un proceso, no fue un chiripazo del momento.
Un equipo de cinco atletas en Sídney
Ante la baja de Sebastián Keitel, se incorporó oficialmente como su reemplazante a Diego Valdés, pero de igual forma Felipe Castillo viajó como reserva a los Juegos Olímpicos de Sídney. "Fue tan serio el proyecto que nos aceptaron llevar a un reserva para evitar que allá pasara una sorpresa con alguno y quedáramos sin correr. Me acuerdo que, como llegamos 10 días antes, hacíamos competir a ellos dos para que tuviéramos realmente al más rápido y que ninguno se sintiera seguro. Ahí quedó Diego, que era buen partidor, y él hizo la partida de la posta", cuenta Juan Pablo Faúndez.
"Renunciamos a muchas cosas, estábamos todos dispuestos a sacrificar estudios y todo, y lo hicimos. Hubo un objetivo prioritario, la posta".
"Por eso quedó un récord que creo que va a durar. Fue un proceso, no fue un chiripazo del momento".