Descubren en la Antártica el fósil de huevo más grande de la era de los dinosaurios
HALLAZGO. Tiene 66 millones de años y es el más grande de ese tiempo, según revista Nature. Luego de ser rescatado en el año 2011, el objeto permaneció como '"no identificado" en el Museo de Historia Natural en Santiago. Lo llamaban "La Cosa".
Ayer se dio a conocer un descubrimiento de talla mundial realizado por investigadores chilenos y extranjeros. Se trata del fósil de un huevo que fue hallado por científicos de la Universidad de Chile y del Museo Nacional de Historia Natural durante una expedición a la Antártica en el año 2011.
Por esos días, y durante los años en que fue analizado y todavía no determinaban de qué se trababa, los científicos le llamaban "The Thing" (La Cosa), por la película de terror y ciencia ficción de John Carpenter de 1982, debido a su extraña apariencia, similar a una gran pelota de basquetbol aplastada o a un saco plegado.
La incertidumbre acabó luego de que los especialistas de ambas instituciones chilenas, en conjunto con la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, dieron a conocer ayer las conclusiones de los análisis científicos que realizaron.
La investigación, que fue destacada por la revista Nature, determinó que el inusual cuerpo se trataría de nada más y nada menos que el mayor huevo de la era de los dinosaurios del que se tenga registro, y el segundo más grande en la historia, después del huevo del "ave elefante", un ave extinta -similar a un avestruz- que habitó Madagascar hasta el siglo XVIII.
Tras análisis de microscopía electrónica de barrido, espectroscopía de rayos x y difracción, espectrometría y tomografías, el equipo de científicos determinó que se trata de un particular huevo de cáscara blanda, parecido a los que colocan lepidosaurios como lagartos, serpientes y tuátaras en la actualidad.
La base de datos construida por los investigadores para identificar la relación de este huevo con este grupo de animales, consideró a 259 especies de lepidosaurios. "Se hicieron dos estudios para identificar características del huevo y tamaños corporales de la madre. Uno de ellos permitió comprobar que el huevo era de cáscara blanda, una muy delgada. El segundo analizó una gran cantidad de lepidosaurios para intentar estimar el tamaño de la madre en relación a las dimensiones del huevo, lo que arrojó un rango amplio, entre 7 y 17 metros", explica Alexander Vargas, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y director del Proyecto Anillo Registro Fósil y Evolución de Vertebrados, integrado por la Universidad de Chile, el Museo Nacional de Historia Natural y el Instituto Antártico Chileno (INACH).
Antarcticoolithus BradyI
El fósil fue nombrado Antarcticoolithus bradyi, que significa "huevo de piedra antártico tardío", lo cual es algo inédito porque la regla general en el caso de los fósiles "es que se preserven sólo aquellos de cáscara dura, mientras que los huevos de cáscara blanda, compuestos principalmente de una capa proteica, tienden a descomponerse con facilidad, y no quedar preservados como fósiles", destaca David Rubilar, paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural que participó en el trabajo.
Además, el huevo fue catalogado como uno de los de cáscara blanda más grandes conocidos hasta la fecha, con un peso de 6,5 kilos y un tamaño de 29 centímetros en su eje mayor y 20 en el menor. Además, pese a que su aspecto de pelota de goma desinflada fue clave para plantear que se trataba de un huevo blando eclosionado, los estudios posteriores precisaron que posee una corteza calcárea externa 10 veces más delgada que la que tendría un huevo de cáscara dura de este tamaño (como los de aves y cocodrilos) y una membrana testácea proteica interna de gran grosor, características que le dan la apariencia de cáscara blanda a este tipo de huevos.
Así, su importancia está dada tanto por su enorme tamaño como por su rareza. De hecho, hasta hoy se conoce sólo un registro de huevo fosilizado de este tipo en China. "Gracias a este hallazgo ahora sabemos que existen huevos de cáscara blanda de este tamaño. La masa límite de estos es de 700 gramos, entonces el Antarcticoolithus Bradyi viene a romper el esquema con sus 6,5 kilos, comparables a la masa del gran huevo del "ave elefante" de Madagascar y a los mayores huevos de los dinosaurios no aviares. "Con este dato podemos comprender un poco más sobre la forma de reproducción de los grandes reptiles marinos de la era mesozoica", agrega Rubilar.
HUEVO de reptil marino
El estudio determinó que la especie que produjo este huevo correspondería a un reptil marino, muy probablemente a un mosasaurio, especie que vivió hace más de 66 millones de años en Europa Occidental, Norteamérica, Sudamérica y Antártica. "Los mosasaurios son lagartijas gigantes adaptadas al agua, directamente emparentados con lagartos monitores de lengua bífida, como el Dragón de Komodo, y serpientes. Este es probablemente un huevo vestigial de uno de ellos, es decir, un huevo cuyo desarrollo transcurre en el útero, y que apenas sale de la madre, la cría emerge de él. Se considera una forma distinta de viviparismo en reptiles, de dar a luz crías vivas", plantea Alexander Vargas.
Por su parte, el investigador de la Red Paleontológica de la U. de Chile, Rodrigo Otero (que encontró este huevo junto a David Rubilar) destacó que en la isla Seymour, donde hallaron el huevo, es abundante en fósiles de mosasaurios y plesiosaurios.
En esa línea, comenta también que desde ese sector extrajeron los restos que le permitieron, junto con otros científicos, describir al Kaikaifilu hervei el año 2017, el mosasaurio más grande de Antártica conocido hasta el momento, y de la misma edad del huevo.
"Todas las características de este huevo de cáscara blanda apuntan a afinidades con lepidosaurios, que es un grupo que incluye a los mosasaurios. Sabemos que existen mosasaurios de la talla suficiente para producir un huevo de estas características, como es el caso del Kaikaifilú hervei, cuyo tamaño se estima entre 7 a 10 metros. Pero la parte que no sabemos es lo que pasa con los plesiosaurios. Sabemos que hay plesiosaurios de hasta 12 metros en Antártica, pero es un grupo que se extingue en el límite K/Pg (evento de extinción masiva de los dinosaurios) y, por lo tanto, no tenemos forma de hacer una comparación con organismos vivos del mismo linaje", sostiene Otero.
Los investigadores dataron este fósil de huevo en cerca de 66 millones de años, justo al final del período Cretácico, por lo que fue puesto muy cerca del momento de la extinción masiva que pone fin a la era de los dinosaurios. "Antártica era un sector muy similar a un ar-
6,5 kilos pesa el fósil de huevo llamado "Antarticoolithus Bradyi". Mide 29 centímetros en su eje mayor y 20 en el eje menor.
66 millones de años atrás habría existido la especie que produjo este huevo, que correspondería a un reptil marino.