Ideas de apoyo para la reactivación
Las buenas intenciones necesitan ayuda para concretarse. Por lo mismo, la propuesta del core Millones debe ser tomada en serio. El Gobierno debiese tener la suficiente autocrítica para detectar los nudos que hoy dificultan las soluciones necesarias en estos tiempos de emergencia, tensión y desesperanza.
Ante la contundente amenaza de contracción económica (hasta -7,5% según las últimas proyecciones del Baco Central), la Cámara Chilena de la Construcción de Valparaíso presentó un interesante proyecto de reactivación a tres años plazo consistente en unas cien obras de rápida ejecución en vivienda (US$ 1.253 millones) e infraestructura (US$ 632 millones) que apuntan a generar más de 73 mil empleos directos e indirectos, enfocándose en corregir el déficit habitacional, de riego (32 obras), vialidad (71) y hospitalario (7) de corte público-privado.
Con todo, como bien advierte el consejero regional Manuel Millones, es necesario cautelar el nudo burocrático que suele trabar tales iniciativas y generar un necesario cambio en las unidades revisoras de proyectos de los ministerios y organismos públicos, hoy superadas por la falta de recursos humanos y los efectos lógicos de la pandemia, que terminan ralentizando los citados procesos en plazos medianamente razonables por la lentitud de los informes sectoriales de, por ejemplo, los organismos dependientes del Ministerio de Obras Públicas, como la Dirección General de Aguas (DGA) o la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH).
De esta forma, la propuesta de Millones -a la cual se han ido sumando diversos parlamentarios- es el fortalecimiento de las unidades revisoras de proyectos, incluso apelando a la contratación por un tiempo acotado de entes independientes para que apoyen los procesos, sin eternizar sus resoluciones. Ya alguna vez se intentó agilizar los procedimientos, como fue el caso de la "ventanilla única", cuyos efectos -ya sea por cuestiones sindicales o de improductividad propia del sector público- parecen no haber llegado a buen puerto.
En días en que la institucionalidad es marcadamente cuestionada por su escasa capacidad de respuesta a las demandas y necesidades de la población, el Gobierno debiese tener la suficiente autocrítica para detectar los nudos que hoy dificultan las soluciones necesarias en estos tiempos de emergencia, más aún si se tiene en cuenta que algunos entes ya han empezado a desplazar la esperanza de reactivación para el segundo semestre de 2021 e incluso para 2022.
Al insufrible centralismo que hoy parece pesarnos más que nunca, la Región de Valparaíso debe responder con propuestas concretas y soluciones prácticas. Así, el refuerzo de las unidades revisoras propuesto por Millones es una de las ideas más sencillas e inteligentes que se hayan escuchado en el último tiempo por estas latitudes. ¿Por qué los senadores locales no toman la posta y agilizan a su vez en el hemiciclo lo que quizás consiga ser un elemento diferenciador a la hora de concretar iniciativas, como las de la CChC, que apuntan al corazón del empleo regional?